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viernes, 27 de abril de 2012

CARISMA FRANCISCANO




FRANCISCO DE ASÍS: Carisma Franciscano


(El Carisma es el don que Dios da a una persona para que viva de forma especial un determinado valor o parte del Evangelio.)

El Carisma franciscano es el don que Dios dio a San Francisco y que lo podemos resumir en las siguientes características:

El Evangelio: El mismo Señor me reveló que la vida de los Hermanos Menores es vivir el Santo Evangelio... (2R,1), es decir en su totalidad, sin destacar un determinado valor o parte del mismo.

Amigo, ahora voy a empezar a explicarte algo sobre el llamado Carisma Franciscano, y lo haré de forma resumida, pues se han escrito libros y libros sobre ello.

Como sabemos cada cristiano, según su estado de vida, tiene que vivir el Evangelio. Un “Carisma” es el don que el espíritu Santo da a una persona para que viva de forma especial un determinado valor o parte del Evangelio. Dichos carismas pueden ser personales e íntimos, o personales y públicos dando origen así a grupos, movimientos, instituciones o Congregaciones religiosas. En definitiva es un don de Dios para servicio de la Iglesia y la sociedad.

Centrándonos ahora en nuestra reflexión franciscana, diremos que el Carisma franciscano es el don que Dios dio a Francisco para vivir de una determinada manera su vida cristiana. Y que luego con el nacimiento de la “Orden Franciscana” lo podemos aplicar no sólo a Francisco, sino también a todos los que seguimos a Jesús con su mismo estilo de vida.

El carisma que Dios regaló a San Francisco de Asís lo podemos resumir en las siguientes características: el Evangelio, la Iglesia, la oración, la fraternidad, la Virgen María, la pobreza, el servicio-minoridad, la paz y el bien. Iremos viéndolas detenidamente.

Como ya vimos antes, Francisco tiene una experiencia propia de la llamada de Dios, de que Dios mismo le dice lo que tenía que hacer. De ahí que Francisco siempre dijera: El mismo Señor me reveló que la vida de los Herma­nos Menores es vivir el Santo Evangelio... (2R,1). A esta convicción nunca cedió. Francisco quiso seguir por completo a Jesucristo pobre y crucifica­do.

Anteriormente dije que un carisma es un don de Dios para vivir un determinado aspecto o característica del Evangelio. Pues bien, podríamos decir que la excepción confirma la regla, valga la expresión, dado que en el caso concreto de Francisco su carisma es vivir el Santo Evangelio en su totalidad, sin destacar nada de él en particular, este constituye el carisma especial y específico de Francisco y sus hermanos.

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