Sierva de Dios Sor Lucía dos Santos (O.C.D.) | |
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Jacinta Marto, Lucía dos Santos y Francisco Marto | |
Nombre secular | Lucía de Jesús dos Santos |
Nombre religioso | Hermana María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón Sor Lucía |
Nacimiento | 22 de marzo de 1907 Aljustrel, Portugal |
Muerte | 13 de febrero de 2005 (97 años) Coímbra , Portugal |
Congregación | Carmelitas Descalzas |
Lucía dos Santos (1907 - 2005), conocida como Sor Lucía, religiosa católica portuguesa perteneciente a la orden de las carmelitas descalzas.
Sor Lucía fue una de las videntes, junto a sus primos Francisco y Jacinta Marto, de los sucesos de Fátima, donde el 13 de mayo de 1917 dijeron haber visto a la Virgen en la llamada Cova da Iria, donde hoy se levanta el importante santuario mariano.
Nació en la aldea de Aljustrel, cerca de Fátima y murió en Coímbra (Portugal) el 13 de febrero de 2005, a los 97 años de edad, y recibió sepultura en el cementerio del Carmelo de Santa Teresa, de Coimbra, donde pasó enclaustrada sus últimos 46 años después de haber tomado los hábitos con el nombre de Hermana María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón O.C.D.. Según su voluntad, al año (el 19 de febrero de 2006) sus restos fueron trasladados a la iglesia del complejo mariano de Fátima, para descansar allí junto a los de sus primos.
El 13 de febrero de 2008, el Cardenal José Saraiva Martins anunciaba el inicio de la Causa de Beatificación.1
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Biografía
La niñez y el milagro
Lucía dos Santos nació en Aljustrel una pequeña población junto (Fátima) en Portugal, el 22 de marzo de 1907, en el seno de una familia muy humilde. Desde muy pequeña tenía encargada la función del pastoreo de ovejas, que solía realizar en compañía de otros niños y, habitualmente, de sus primos Francisco y Jacinta.
El 13 de mayo de 1917 dijeron haber visto a la Virgen en la llamada Cova da Iria, y los días posteriores, hasta el 13 de octubre, se reunieron en el lugar miles de personas para ser testigos de dichas apariciones. Estas apariciones estuvieron precedidas, según se cuenta, de la aparición de un ángel durante 1916 en la cueva "Loca de Cabeço". En el transcurso de dichos actos se afirma que la Virgen María reveló a los tres niños tres mensajes, conocidos como los tres misterios de Fátima.
Lucía y Jacinta escucharon los mensajes de la Virgen; Francisco solo la veía y se enteraba del mensaje por boca de Lucía, que le recomendó rezar el Rosario y depositó en ella los tres misterios mencionados. Estos eran: el final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la muerte prematura de sus primos, Francisco (1908 - 1919) y Jacinta (1910 - 1920), la conversión de Rusia, que señalan que ocurrió con la desintegración de la URSS en 1990, y el tercer y mejor guardado secreto que se dice es la predicción del atentado contra el Papa Juan Pablo II.
Ingreso en el convento
En 1921, con 14 años de edad y 4 años después de los hechos de Fátima, ingresó en el colegio de las Hermanas Doroteas en la localidad de Vilar, cerca de Oporto, y en 1928 se trasladó al convento de esta orden en Tuy, Pontevedra (Galicia, España) y luego al convento que la orden tenía en la ciudad de Pontevedra, donde en 1925 se le volvió a aparecer la virgen.2 En 1946 volvió a Portugal y en 1948 decide ingresar en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra en régimen de clausura, profesando votos al año siguiente.
Allí moriría en el 2005, a la edad de 97 años, siendo muy contadas sus salidas al exterior. Durante su estancia en el convento, afirmó haber visto apariciones de la Virgen e incluso de Jesús, en las que recibió la Promesa de los Primeros Sábados, la Visión de la Trinidad y la petición de la consagración de Rusia.
Su obra
Una de las contadas veces que salió del convento fue para entrevistarse con el Papa Juan Pablo II y comunicarle el tercer misterio, que consistía en el ya pasado atentado contra esta personalidad religiosa.
Sor Lucía escribió dos obras: sus Memorias y los Llamamientos del Mensaje de Fátima.
Véase también
Referencias
- ↑ A petición del Obispo de Coimbra y de otros obispos y fieles, Benedicto XVI había dispensado del quinquenio previsto para el inicio de una Causa de Beatificación (cfr. art. 9 delle Normae servandae); en este caso se va a iniciar tres años después de su muerte.
- ↑ Pontevedra monumental. Pontevedra, capital de las Rías Baixas. Turismo Pontevedra. http://www.visit-pontevedra.com
Enlaces externos
Sor María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado
Vidente de Fátima, 1907-2005
BREVE BIOGRAFIA
Lucía Dos Santos nació el 22 de marzo de 1907 en Ajutrel, caserío junto a Fátima. Cuando tenía nueve años fue enviada con sus primos, los beatos Francisco y Jacinta Matos a pastorear ovejas como de costumbre. Fue entonces que recibieron la visita de la Virgen en la Cova de Iría.
Lucía ingresó en 1921 con las Hermanas Doroteas. Estuvo con ellas en Tui y Pontevedra, España. En ambas ciudades tuvo importantes visitas de Jesús y de la Virgen. Recibió la Promesa de los Primeros Sábados, la Visión de la Trinidad, la petición de la consagración de Rusia, 1929
En 1946 regresó Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, donde profesó sus votos como carmelita en 1949.
La Virgen dijo a Francisco y Jacinta que pronto irían al cielo pero Lucia debía quedar en la tierra para propagar sus mensajes. Así ocurrió. El Papa beatificó a Francisco y Jacinta Marto durante el año jubilar, 2000, en Cova de Iría, en el santuario de las apariciones. Estábamos presentes unas 700 mil personas en uno de los días mas fríos registrados en el lugar. Allí estaba, junto al Papa, Sor Lucia.
Sor Lucía escribió dos volúmenes con sus "Memorias" y los "Llamamientos del Mensaje de Fátima".
Murió el 13 de Febrero del 2005, durante la novena de los beatos Francisco y Jacinta, en su querido Carmelo, donde muchos creen que aun era visitada por la Virgen y donde también el Papa Juan Pablo II la visitó.
Entrevista con Sor Lucía
8 Marzo, 1998
COIMBRA, 8 marzo, 1998 (ZENIT).- La revista mensual católica portuguesa «Christus» editada en Lisboa por el grupo editorial «Semanario», publicó en el número correspondiente al 3 de marzo 98, la primera entrevista que ha concedido en su vida la hermana Lucía, única superviviente de los tres niños videntes a quienes se apareció la Virgen en Fátima en 1917. Sor Lucía cumplirá 91 años el próximo 28 de marzo. Ella se encuentra, en el convento de las madres Carmelitas de Coimbra, desde hace casi medio siglo y ha dialogado con los cardenales Antony Padiyara de la India y Ricardo Vidal, de las Islas Filipinas.
La conversión de Rusia
En la entrevista que concedió la religiosa portuguesa no podía faltar una alusión explícita a Rusia, su consagración a Dios y su conversión. Sor Lucía no ocultó un dato curioso. Cuando la Santísima Virgen les pidió a los tres pastorcitos rezar por esta intención, ni ella sabía lo que era Rusia: «Nosotros pensábamos que era una mujer muy mala». Con el paso del tiempo, Sor Lucía llegaría a conocer en toda su crudeza la dramática historia de este pueblo. Ella misma ha sobrevivido al comunismo y ha podido presenciar la disolución del bloque soviético. ¿No podría interpretarse este hecho como un signo de la conversión de Rusia? A este respecto, Sor Lucía hizo referencia a aquel hombre en Rusia que «sin saberlo fue un instrumento de Dios para la conversión».
-¿Gorbachov?
-Sí.
El tercer secreto
Muchas personas asocian la aparición de la Virgen en Fátima con el enigma del tercer secreto. A la pregunta de si el secreto tenía que ver con el Concilio Vaticano, la religiosa se limitó a responder: «No puedo contestar». Y el tercer secreto, ¿no estará en el Apocalipsis? Sor Lucía aclaró: «Nuestra Señora no dijo que estuviera en el Apocalipsis». Pero si ella no quiere dar a conocer el tercer secreto de Fátima, ¿no podría hacerlo el Papa? La hermana se permitió responder con toda sencillez que el Papa puede revelarlo si quiere, «pero yo le aconsejo que no lo revele. Si él decide hacerlo, le aconsejo que tenga mucha prudencia».
No se resistieron a preguntarle si continúa teniendo apariciones de Nuestra Señora. A lo que respondió: «Qué curiosos... No puedo decirlo».
El infierno
La Virgen también habló del infierno, un tema que antes obsesionaba y ahora brilla por su ausencia. Sin embargo, las palabras de Sor Lucía fueron claras: «El infierno es una realidad. Es un fuego sobrenatural y no físico, y no puede ser comparado al fuego que arde, de madera o de carbón».
Asimismo ofreció un consejo a los sacerdotes acerca de este tema: «Continúen predicando sobre el infierno porque Nuestro Señor mismo habló del infierno y está en las Sagradas Escrituras. Dios no condena a nadie al infierno. Dios dio a los hombres la libertad de escoger, y Dios respeta esa libertad humana».
Ateísmo y materialismo
Sor Lucía reconoce que «el ateísmo es todavía el mayor instrumento utilizado por el demonio en nuestros días, porque es un grave pecado contra Dios, que niega su propia existencia dando paso a la práctica de toda una variedad de actos diabólicos como el aborto».
«Como terminó el comunismo, ahora sigue el materialismo. Antes las personas no podían comprar nada. El materialismo es muy malo...Las personas deberían desear más las cosas de Dios y no querer antes las cosas materiales».
Mensaje final
Los cardenales le preguntaron si ella querría ofrecer alguna idea particular para concluir, algún mensaje para este mundo confuso de hoy. A lo que respondió sin dudar: «Quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa».
ZD980308-5 ZENIT
Mensaje de Juan Pablo II en el funeral de Sor Lucía
16 febrero 2005
Zenit.org
El cardenal Tarcisio Bertone, arzobispo de Génova (Italia), presidió la misa funeral en calidad de enviado especial de Juan Pablo II.
Al Venerable Hermano Albino Mamede Cleto, Obispo de Coimbra:
Con íntima emoción he sabido que Sor Maria Lúcia de Jesús e do Coração Imaculado, a la edad de 97 años, ha sido llamada por el Padre celestial a la morada eterna del Cielo. Ella ha alcanzado así la meta a la que siempre aspiraba en la oración y en el silencio del convento. La liturgia nos ha recordado en estos días que la muerte es herencia común de los hijos de Adán, pero al mismo tiempo nos ha asegurado que Jesús, con el sacrificio de la cruz, nos ha abierto las puertas de la vida inmortal. Recordamos estas certezas de la fe en el momento en que damos el último adiós a esta humilde y devota carmelita, que consagró su vida a Cristo, Salvador del mundo. La visita de la Virgen María, que recibió la pequeña Lucía en Fátima junto a sus primos Francisco y Jacinta en 1917, fue para ella el comienzo de una singular misión a la que se mantuvo fiel hasta el final de sus días. Sor Lucía nos deja un ejemplo de gran fidelidad al Señor y de gozosa adhesión a su voluntad divina.
Recuerdo con emoción los distintos encuentros que tuve con ella y los vínculos de amistad espiritual que con el paso del tiempo se intensificaron. Me he sentido siempre sostenido por el don diario de su oración, especialmente en los momentos duros de la prueba y del sufrimiento. Que el Señor la recompense ampliamente por el gran y escondido servicio que ha hecho a la Iglesia. Amo pensar que quien ha acogido a Sor Lucía en el paso de la tierra al Cielo haya sido precisamente Aquella que ella vio en Fátima hace tantos años. Que la Virgen Santa acompañe el alma de esta devota hija suya al bienaventurado encuentro con el Esposo divino. A usted le confío, Venerado Hermano, la tarea de hacer llegar a las monjas del Carmelo de Coimbra la certeza de mi cercanía espiritual, mientras que, para su consuelo interior en el momento de la separación, imparto una afectuosa bendición, que extiendo a los familiares, a usted, Venerado Hermano, al Cardenal Tarsicio Bertone, mi enviado especial, y a todos los participantes en el sagrado rito de sufragio.
Vaticano, 14 de febrero de 2005,
Juan Pablo II
LUCÍA DOS SANTOS (1907-2005)
Lucía ingresó en 1921 con las Hermanas Doroteas. Estuvo con ellas en Tui y Pontevedra, España. En ambas ciudades tuvo importantes visitas de Jesús y de la Virgen. Recibió la Promesa de los Primeros Sábados, la Visión de la Trinidad, la petición de la consagración de Rusia, 1929
En 1946 regresó Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, donde profesó sus votos como carmelita en 1949.
La Virgen dijo a Francisco y Jacinta que pronto irían al cielo pero Lucia debía quedar en la tierra para propagar sus mensajes. Así ocurrió. El Papa beatificó a Francisco y Jacinta Marto durante el año jubilar, 2000, en Cova de Iría, en el santuario de las apariciones. 700 mil personas estaban presentes en uno de los días mas fríos registrados en el lugar. Allí estaba, junto al Papa, Sor Lucia.
Sor Lucía escribió dos volúmenes con sus "Memorias" y los "Llamamientos del Mensaje de Fátima".
Murió el 13 de Febrero del 2005, durante la novena de los beatos Francisco y Jacinta, en su querido Carmelo, donde muchos creen que aun era visitada por la Virgen y donde también el Papa Juan Pablo II la visitó.
El fallecimiento de Sor Lucia de Fátima Padre Jesús Martí Ballester
Sor Lucía, la última superviviente de los tres pastorcitos a quienes la Virgen María se les apareció en Fátima, Portugal, ha fallecido el día 13 de febrero, domingo, a los 97 años de edad. Su tránsito a la Casa del Padre ocurrió un día 13, como el que en mayo de 1917 marcó su histórico encuentro con la Virgen. La hermana María Lucía del Corazón Inmaculado, nacida en 1907 y bautizada como Lucía de Jesús dos Santos, ha muerto en el Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa de Coimbra, Portugal, a las 17:25 horas, debido a complicaciones propias de su avanzada edad. La vida de Sor Lucía se ha apagado como un cirio, metáfora de su vida sencilla, pero siempre ardiendo. Ella y sus hermanas estaban practicando los ejercicios espirituales anuales. Antes habían visionado la Pasión de Mel Gibson, quien les proyectó y comentó la película y habló con Sor Lucía. |
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