viernes, 25 de noviembre de 2011

“DIOS…SIEMPRE ACTÚA”



Se hallaba un sacerdote sentado en su escritorio junto a la ventana, preparando un sermón sobre la providencia. De pronto oyó algo como una explosión y supo que había reventado una presa, que el río se había desbordado

y que la gente estaba siendo evacuada.
Pero consiguió decirse a sí mismo: "Aquí estoy yo, preparando un sermón sobre la Providencia y se me ofrece la oportunidad de practicar lo que predico. No debo huir como los demás, sino quedarme aquí y confiar en que la provide
ncia de Dios me ha de salvar."
Cuando el agua llegaba ya a la altura de su ventana, pasó por allí una lancha llena de gente: "Suba Padre", le gritaron. "No, hijos míos", respondió el sacerdote lleno de confianza, "yo confío en que me salve la prov
idencia de Dios."
El sacerdote subió al tejado y, cuando el agua llegó hasta allí, pasó otra lancha que volvió a insistirle en que subiera, pero él volvió a negarse. Entonces se subió a lo alto del campanario, y cuando el agua le llegaba ya a las rodillas, llegó un helicóptero y ofreció llevarlo. "Muchas gracias", contestó el sacerdote sonriendo tranquilamente, "pero yo confío en que Dios en su inf
inita providencia me salvará."
Cuando el sacerdote se ahogó y fue al cielo, lo primero que hizo fue reclamarle a Dios: "Yo confiaba en ti. ¿Por qué no
hiciste nada para salvarme?".
"Bueno", le contestó Dios, "la verdad es que te mandé dos lanchas y un helicóptero.

¿No lo recuerdas?".

Virgen María;

Tú supiste ver la presencia del Señor en todo lo que ocurría a tu alrededor.

A nosotros, por el contrario, nos cuesta descubrir los signos por los cuales, Dios, se hace presente o nos quiere decir algo.

Que este mes de mayo nos ayude a ser sensibles a la llegada del Señor.

Son muchos los problemas que sacuden a nuestro mundo, a la familia, a la sociedad, a la iglesia.

Ponemos a tus pies nuestra sincera oración:

Que Dios escuche el clamor de un mundo roto

Que Dios no olvide a los que le queremos

Que Dios nos envíe auxilio para que no nos ahoguemos en las dificultades.

Amén.

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