viernes, 25 de noviembre de 2011

Cuatro Manos






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Ikke admira las manos de su esposa. Antes que sus labios se juntaron, él ya se regocijaba en las manos de ella que solían sacar melodías de su guitarra, y disfrutaba de los ricos manjares que lo invitaban a compartir.

Ahora ya tienen años de formar cuatro manos. Se compenetraron en los caminos recorridos juntos, se unieron más en alti-bajos de empleos dispersos, idas y venidas hacia nuevas metas u objetivos que abandonaron, más nunca los separaron, todo en alegría, o con pena cuando sus manos de repente se soltaban.





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