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lunes, 3 de octubre de 2011

El arte de vivir en pareja


Los seres humanos poseemos visiones del mundo muy particulares; dentro de la cuales están presentes las ideas y explicaciones sobre como somos y funcionamos. Estas explicaciones irrumpen en el dominio de la pareja y moldearan la manera en que me relaciono con el otro. Las concepciones que los seres humanos tenemos tendrán una relación sumamente estrecha con nuestra conductas, desde un marco relacional que incluye lo que siento; lo que pienso y por ende lo que hago.

La vida en pareja va a estar teñida de diferencias las cuales pueden desencadenar conflictos; situación propia de la vida en pareja. Los seres humanos somos diferentes unos de otros, por diversos factores tales como los biológicos, sociales, culturales y mas importante aun, por las microculturas en las cuales crecemos como lo sería la familia de origen. A partir de las experiencias en estos dominios entramos al dominio de pareja, con un bagaje de modelos particulares construidos dentro de dichas microculturas.

Ante dichas diferencias, es importante recalcar que para poder conversar y negociar sobre las mismas, las personas se deben respetar genuinamente y esto no es una tarea tan fácil. Lo que en la mayoría de los casos sucede, es que se entiende lo que el otro hace, piensa o dice desde el error. Por ejemplo; si las diferencias suceden en cuanto a como cada uno cree y piensa que se debe mostrar el amor; para el es con acciones, para ella es con palabras. Si ambos viven que esta expresión del amor no es recibida como “debería” ser recibida, la relación se teñirá de la sensación de no ser amados. Sin embargo, esta percepción o interpretación, no es necesariamente cierta. Que sucede si lo que realmente pasa es que cada uno está expresando el amor desde su propio modelo interno sobre “lo que es amar”? Si fuere esta la explicación, no creen que el conflicto se tenería distinto? Que sucede si la pareja acepta que sus maneras de expresar el amor son distintos así como las historias particulares de cada cual?

La mayoría de los conflictos en las parejas tienen que ver con las diferencias. Sin embargo, cambiando los lentes con los que vemos las situaciones; estas diferencias también podrían ser el camino para gozar de la vida en pareja. Aprender con el otro de uno mismo, puede ser una aventura la cual muchas parejas no se han decidido emprender. Esta aventura implica no pararse desde una verdad propia irrevocable que ciega a la persona ante otras posibilidades; sino mas bien, apunta a decidir relacionarse con un otro desde una verdad que construyen entre ambos la cual es el marco de la relación de pareja. Desde este marco se emprende la aventura de vivir en relación con esa persona que uno escoge desde el sentimiento de estar enamorado; de saber que uno puede decidir y escoger estar en otro lugar; pero quiere estar con su pareja. La vida en pareja es una aventura si uno lo decide que así sea, al aprender a lidiar con las diferencias manteniendo el vínculo que los une.

Vivir en pareja, es vivir desde un “yo” – “tu” que construye un “nosotros”, es seguir siendo quien uno es y además ser en un nosotros sin dejar de ser en un “yo”. El arte de vivir en pareja es aceptar a ese otro distinto a mi, con quien decido y quiero vivir y compartir, de quien espero que respete también mis diferencias; construyendo día a día un espacio común de ambos; donde el goce de dicha unión será el pilar de la relación.


El amor y el perdón la pareja perfecta.

Piensa en cuanto eres capaz de perdonar y tendrás la medida perfecta de cuanta capacidad tienes de amar.
Es común escuchar a las personas decir" Yo perdono pero no olvido". Es extraño. Porque que al recordar, sin duda vas a revivir el dolor que te han causado y lo más probable que vuelvas a sentir rabia, impotencia, rencor, dolor.
El perdón va de la mano con el amor.
¿ para qué perder el tiempo en lo que ya pasó?
¿ quién sufre más?
Ese ser humano que cometió el error de herirte, lo más probable es que ni siquiera tiene conciencia de haberte causado tristeza, por lo tanto, ni lo recuerda. Y si está conciente del daño que ha causado......¿ quién sufre más?
¿El que hiere o el que es herido?
Sin duda el que hiere. Piensa que esa persona le gustaría sentirse feliz con su forma de ser, pero su carácter no se lo permite y es más, tal vez es su mejor coraza para defenderse de un mundo cada vez más deshumanizado. Pero aún así, le gustaría ser distinta.... por lo tanto sufre más que tú.
El amor lo puede todo y transforma todo. Cicatriza heridas, borra huellas de dolor y tristezas, da cabida al perdón, al entendimiento, a la reconciliación, incluso a enviar bendiciones para quien ha sido responsable de sembrar desencanto y dolor en nuestras vidas.
Libera tu alma de toda amargura y muestra entrañas de misericordia para quien te haya herido.
Y es bueno que te preguntes.....¿ Nunca has herido a alguien?
¿ Te gustaría ser perdonado?
Entonces hazlo, primero contigo mismo y luego con los demás.
De esta manera conseguirás no sólo la paz que buscas sino que habrás crecido en el amor y el perdón... y Jesús, presente en cada uno de nosotros te lo agradecerá y te devolverá multiplicadas, todas las bendiciones que pidas por tu agresor.
Te envio mi amor y mi ternura


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