| Valor de la familia |
Los hijos son el encanto de los hogares, la alegría y la ternura de los padres, los perpetuadores de su nombre, el estímulo de sus trabajos, el consuelo de sus sufrimientos y la esperanza de su vejez. Los niños fortalecen el amor de sus padres. Las estadísticas internacionales demuestran que hay menos rompimientos en los matrimonios con hijos. Los hijos enriquecen el amor conyugal. Hacen superar el egoísmo. El amor del marido a la esposa puede tener un matiz egoísta por los placeres físicos que le proporciona y por los servicios que le presta. El hijo va a aumentar sus sacrificios, y sin embargo lo ama. Igualmente en ella, la maternidad despierta enormemente la capacidad de amor sacrificado. Hogar donde abundan los niños es hogar feliz. Los niños arman ruido; pero, ¡qué triste es el silencio de un hogar sin niños! ¡Qué sola es la vejez sin hijos! Los hijos son el más fuerte vínculo de unión entre los esposos. Llenan de ilusión la vida. A veces dan disgustos, pero su amor hace felices a los padres. «El futuro de la humanidad se fragua en la familia. Por consiguiente, es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia» 26. «La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios, y a usar bien de la libertad» 27. «La misión de la familia, ante un mundo en permanente cambio, es proporcionar a los hijos sentimientos de arraigo y seguridad, elevar su autoestima y sentimiento de competencia, ofrecerles ejemplos y modelos válidos, dignos de imitar, ser una escuela de aprendizaje en el amor, la comprensión, el esfuerzo y la solidaridad, donde cada miembro sepa aceptar y acoger las diversidades de los demás, desarrollar convenientemente su singularidad e integrarse en una sociedad plural» 28.
«Los niños necesitan aprender en el seno familiar las normas elementales de convivencia, las reglas morales imprescindibles para su ulterior desenvolvimiento social. »El miedo de ciertos padres actuales a aparecer frente a sus hijos como autoritarios les hace prescindir de cualquier inculcación de reglas, de normas de comportamiento doméstico, incluso de aquellas normas indispensables de civilidad, llamadas de urbanidad. »Esta incapacidad de ciertos padres para hacer uso de una legítima autoridad en la trasmisión de los valores esenciales (...) constituye uno de los dramas fundamentales de la sociedad actual» 29.
«Son bien conocidos los problemas que en nuestros días asedian al matrimonio y a la institución familiar. Por eso es necesario presentar con autenticidad el ideal de la familia cristiana basado en la unidad y fidelidad del matrimonio abierto a la fecundidad y guiado por el amor. Y, ¿cómo no expresar vivo apoyo a los reiterados pronunciamientos del episcopado español en favor de la vida y sobre la ilicitud del aborto? Exhorto a todos a no desistir en la defensa de la dignidad de toda vida humana, en la indisolubilidad del matrimonio, en la fidelidad del amor conyugal, en la educación de los niños y jóvenes siguiendo los principios cristianos, frente a ideologías ciegas que niegan la trascendencia, y a las que la historia reciente ha descalificado al mostrar su verdadero rostro», así hablaba el Papa Juan Pablo II en Junio de 1993 en la homilía de la misa de la canonización en Madrid de San Enrique de Ossó.
La familia es la base de la sociedad, por eso Pío XII dijo el 9 de mayo de 1957: «La sociedad es para la familia, y no la familia para la sociedad». La familia es la institución natural establecida universalmente en el tiempo y en el espacio. Donde tiene origen la vida humana, el recinto de la educación y el vínculo de la transmisión normativa. Pero para que esta transmisión sea eficaz la normativa moral y religiosa debe hacerse con convicción, con motivación y con el ejemplo. No puede haber contradicción entre lo que se dice y lo que se hace. Se educa más con lo que se hace que con lo que se dice. En la familia todo educa o deseduca. La familia es el clima ideal para la educación de un niño. La familia tiene un valor insustituible para los hijos. Un hijo sin familia queda traumatizado. Las estadísticas de delincuentes juveniles y de anormalidades psíquicas hablan bien claro. Según Katherin Kasun, Presidenta de Family campaign Fundation de Suecia, en un país donde el Estado ha sustituido en gran parte a la familia en la educación de los hijos, de cada cuatro niños, uno necesita un psiquiatra, y el número de suicidios en menores de 16 años ha sido de 130 al año, y va en aumento 30.
«Según un estudio financiado por el Congreso de Estados Unidos. realizado durante cuatro años, a noventa mil estudiantes, de varias universidades, publicado en la revista American Medical Association revela que la presencia de los padres es fundamental para garantizar el crecimiento sano de los hijos. El proyecto se lanzó para poder prevenir los problemas de salud física y mental de los jóvenes. »La gran mayoría de los entrevistados aseguran que una relación afectiva intensa con sus padres ayuda a evitar la droga, el alcohol, la violencia, el suicidio y la vida sexual prematura. Richard Udry, uno de los autores del estudio afirma: «es un error creer que la influencia de los amigos sustituye a la de los padres. Los padres siguen siendo tan importantes para los adolescentes como para los recién nacidos 31.
En el Segundo Congreso Mundial sobre la Familia, celebrado en Río de Janeiro el Octubre de 1997, el Cardenal López Trujillo, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, dijo que la familia es «una comunidad de vida y amor de un hombre y una mujer, abierta a la trasmisión de la vida, en el matrimonio» 32. También dijo:«la familia es un patrimonio sagrado de la humanidad. (...) Es una realidad natural confiada a los cónyuges. (...) Merece el apoyo de las autoridades políticas nacionales e internacionales» 33.
Y la ONU en la Declaración.Universal de los Derechos del Hombre de 1948 afirma: «la familia es la célula fundamental de la sociedad».
Una sociedad que destruye la familia se suicida. Dijo Juan Pablo II en Octubre de 1997, en Río de Janeiro, en el estadio de Maracaná, convertido en una inmensa catedral 34: «Sin la familia la humanidad no tiene futuro. »La familia es un elemento esencial e imprescindible del designio de Dios sobre la humanidad. »La familia es el lugar privilegiado del desarrollo personal y social. Quien promueve la familia, promueve al hombre; quien ataca a la familia, ataca al hombre.» 35. En la clausura de este congreso, en opinión del portavoz del Vaticano Joaquín Navarro-Valls, el Papa celebró «una de las misas mayores de la historia»: asistieron más de DOS MILLONES de personas 36.
Los valores de la familia han sido reconocidos incluso por personas ajenas a la Iglesia Católica, como el Primer Ministro francés socialista Lionel Jospin y el ruso Michail Gorbachov.
De Jospin son estas palabras: «La familia es un lugar privilegiado donde los niños han de encontrar sus puntos de referencia y descubrir los valores que forjarán su personalidad. (...) La educación es función insustituible de los padres. La escuela tiene una misión muy importante, pero ha de cumplirla en relación con los padres».
Y de Gorbachov son estas otras: «La familia es el núcleo vertebrador de la sociedad en cuanto a continuidad de la especie y transmisión de valores morales») 37. El mayor tesoro de una nación son los niños. El futuro depende más de los niños que de las carreteras. Los niños necesitan un hogar. La guardería no puede suplir el hogar. Los psiquiatras hablan de los traumas psíquicos de los niños que no han conocido el cariño y el calor de un hogar 38. La crisis de la familia se debe en gran parte a su descristianización. Con Cristo LA FAMILIA IRÍA MEJOR. Pero se ha quitado el crucifijo de la cabecera de la cama para poner en su lugar un paisaje, se ha sustituido el rezo del rosario en familia por la televisión, se han cambiado los libros religiosos por las revistas «del corazón» o «de actualidad», se ha arrinconado la moral católica para vivir el hedonismo que difunde la televisión, etc., etc. Por eso la familia cruje. Sin Cristo se tambalea.
«El profesor genetista francés, Jerónimo Lejeune, narra cómo en una reunión de periodistas de París una mujer dijo: “Queremos destruir la civilización judeo-cristiana, y para ello tenemos que destruir la familia”» 39 .
«La familia es la fragua de la educación. (...) La historia de un pueblo se forja en la familia. Y en ella se forja también el santoral. (...) »La felicidad de este mundo, si alguna existe, se ha refugiado, como paloma en su nido, en la familia. (...) »Una sociedad donde está en crisis la familia es una sociedad próxima a derrumbarse» 40.
La base de la formación de la persona humana está en la trasmisión de valores. Y esto se realiza principalmente en la familia. Valores como la verdad, la justicia, la generosidad, la sinceridad, la servicialidad. etc. Saber descubrir el valor de cada cosa: lo bueno de lo malo; lo conveniente de lo peligroso, etc.
Hoy, en España, la familia está en crisis. Tenemos el índice de natalidad más bajo del mundo 41. La población española envejece. «Según estimaciones del Departamento Económico y Social de la ONU, España tendrá en el año 2050 la población más anciana del mundo 42. Los mismos datos revelan que por cada 3,6 personas de sesenta años sólo habrá una con menos de quince. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el 2020 siete millones y medio de personas tendrán más de 65 años» 43.
Uno de cada tres matrimonios se rompe.
La equiparación del matrimonio a las «parejas de hecho», permitiendo a los homosexuales adoptar niños, es un insulto a los matrimonios legítimos y a la familia normal. Y una injuria para esos niños que resultarán tarados psíquicamente cuando se den cuenta que sus padres son anormales, pues todos sus amigos tienen padre y madre.
Equiparar las «parejas de hecho» al matrimonio es una aberración. El Papa Juan Pablo II le dijo a doscientos políticos europeos reunidos en Roma que es muy grave que la ley iguale los derechos de las personas que actúan según la ley natural formando un matrimonio a las personas que actúan por caprichos arbitrarios 44.
El Consejo Pontificio para la Familia publicó un documento en el que se dice que «las uniones de hecho son una injusticia para el matrimonio, porque la justicia exige tratar lo igual como igual, y lo diferente como diferente. Si la familia matrimonial y las uniones de hecho no son semejantes ni equivalentes en sus deberes, funciones y servicios a la sociedad, no pueden ser semejantes y equivalentes en el estatuto jurídico (nº10). Las uniones de hecho no asumen para con la sociedad las obligaciones esenciales propias del matrimonio. La equiparación privilegia a las uniones de hecho respecto a los matrimonios. El matrimonio no puede ser reducido a una condición semejante a la de una relación homosexual (nº23).
El matrimonio es una unión estable entre un hombre y una mujer con el compromiso de formar una familia con determinados derechos y deberes, que hacen a cada una de las dos personas coposeedora de la otra. En las «parejas de hecho» se niega cualquier compromiso. Se rechazan los deberes y derechos mutuos. Se excluye todo vínculo para el futuro. Es decir, se trata de algo muy distinto del matrimonio. Por eso «tan injusto es tratar desigualmente lo idéntico, como imponer la igualdad a lo distinto» 45.
Los matrimonios hacen un servicio a la sociedad dándole ciudadanos para que no se extingan, lo cual no pueden hacer las parejas de homosexuales. No pueden tener los mismos derechos.
El futuro de la humanidad pasa por la familia. En una ocasión llegó a mis manos este cuento: Un pintor quería pintar su obra maestra, pero no encontraba inspiración. Se le ocurrió preguntar a los demás lo que consideraban más importante. Preguntó a un sacerdote. Éste le contestó:LA FE. Preguntó a una novia que venía de la boda. Ésta le contestó:EL AMOR. Preguntó a un soldado que venía de la guerra. Éste le contestó: LA PAZ. Al volver a su casa vio en su madre LA FE, en su mujer EL AMOR y en sus hijos LA PAZ. Ya tenía la inspiración. Pintó SU FAMILIA.
«Una de las grandes alegrías de la vida es tener una familia unida», dice el Catedrático de Psiquiatría, Dr. Enrique Rojas 46 .
26. JUAN PABLO II : Encíclica FAMILIARIS CONSORTIO, nº 86 27. Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2207 28. BERNABÉ TIERNO: Valores humanos, III, FAMILIA. Ed. Taller de editores. Madrid. 1994. 29.VICENTE L. NAVARRO DE LUJÁN: Cambio social y nuevos valores, II. A.C. de P. Cádiz. 1998. 30. Diario YA, 5-X-88, pg. 11 31.ZENIT: Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 11-IX-97 ( ZE 970911) 32. ZENIT: Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 1-X-97 ( ZE 971001-8) 33. ZENIT:Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 1-X-97 ( ZE 971002-7) 34. ZENIT: Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 5-X-97 (ZE971005-2) 35. ZENIT:Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 8-X-97 ( ZE 971008-7) 36. ZENIT: Boletín Informativo del Vaticano en INTERNET del 5-X-97 (ZE 971005-1) 37. LUIS RIESGO: Cartas al Director en el DIARIO DE CÁDIZ del 22-V-99, pg.4. 38.Dr. C. GÓMEZ LAVÍN: Salvemos la familia. Diario YA, 20-IX-87, pg. 20. 39. ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET, ZS00100603. 40. JESÚS MARÍA GRANERO, S.I.: Credo, 1º, XIV. Ed. ESCELICER. Cádiz. 41. Diario ABC de Madrid, 17-IV-97, pg.8 42. Diario ABC de Madrid, 24-IV-99, pg.41 43. ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET del 1-V-99 News Agency. 44. ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET del 23-X-98 (ZS98102304) 45. JUAN IGNACIO BAÑARES: Revista ALFA Y OMEGA, 161 (15-IV.99) 19. 46. ENRIQUE ROJAS: El amor inteligente, VIII. Ed. Temas de hoy. Madrid. 1997.
Érase una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo.Había trabajado duramente como sastre toda su vida, pero los infortunios lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar.Las manos le temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta.Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana.El anciano estaba cada vez más débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos.-No quieren estar conmigo ahora -se decía- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga.Se pasó una noche en vela pensando qué sería de él y al fin trazó un plan.A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidió que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidió que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidió todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.El anciano se llevó el cofre a casa, lo llenó hasta el tope de vidrios rotos, le echó llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies.-Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa.-Oh, nada -respondió el anciano-, sólo algunas cosillas que he ahorrado.Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo.-Debe estar lleno con el oro que ahorró a lo largo de los años -susurraron.Deliberaron y comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y así podrían cuidar también de él. La primera semana el hijo menor se mudó a la casa del padre, y lo cuidó y le cocinó. A la semana siguiente lo reemplazó el segundo hijo, y la semana siguiente acudió el mayor. Así siguieron por un tiempo.Al fin el anciano padre enfermó y falleció.Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabían que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían costearse un gasto grande con el viejo. Cuando terminó la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.-Qué triquiñuela infame! -exclamó el hijo mayor-. ¡Qué crueldad hacia sus hijos!-Pero, ¿qué podía hacer? -preguntó tristemente el segundo hijo-. Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habríamos descuidado hasta el final de sus días.-Estoy avergonzado de mí mismo -sollozó el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos pequeños. Pero el hijo mayor volcó el cofre para asegurarse de que no hubiera ningún objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramó los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre. Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripción que el padre les había dejado en el fondo:"Honrarás a tu padre y a tu madre." CATECISMO PARA LA FAMILIA CATOLICA FAMILIARIS CONSORTIO | |
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