martes, 13 de septiembre de 2011

SAN SERAPIO MÁRTIR


SAN SERAPIO PATRONO DE LOS ENFERMOS (CELEBRACION 14 DE NOV.)

San Serapio
Francisco de Zurbarán 026.jpg
San Serapio (Zurbarán) obra pictórica de 1628.
Nacimiento 1175
Londres
Fallecimiento 14 de noviembre de 1240
Canonización 1743 por Benedicto XIV
Festividad 14 de noviembre
Patronazgo de Azul (Buenos Aires),
de los enfermos

14 DE NOVIEMBRE,
SAN SERAPIO

San Serapio
Mártir mercedario - Patrono de los enfermos y afligidos

ORACIÓN

Glorioso mártir San Serapio,
ejemplo de fe en Cristo Redentor
y de Amor a los cristianos cautivos
por cuya causa fuiste crucificado en una cruz,
te pedimos, ruegues a Él
para que los cristianos vivamos conscientes
del compromiso con nuestra fe.
Tú que demostraste con tu muerte
que no hay mayor amor dar la vida
por el hermano;
te pedimos que los méritos de tu vida sean
una fuente de consuelo y esperanza,
para los enfermos del Cuerpo y del Alma
que desean verse libres de sus males.
Por Cristo Nuestro Señor.

AMÉN

Misa y Novena de la Festividad de San Serapio




De origen irlandés, nació hacia el año 1179. Fue militar enrolado en el ejercito de su rey Ricardo Corazón de León, y luego en la compañía de Leopoldo VI, el Glorioso, duque de Austria, se alineó en su escuadrón para ir a España, en apoyo del ejército cristiano de Alfonso VIII que luchaba contra los musulmanes. En la península, Serapio decidió quedarse al servicio del rey de Castilla, para proseguir luchando en defensa de la fe católica. Allí tuvo la ocasión de conocer a Pedro Nolasco y a sus frailes que se dedicaban a la defensa de la misma fe, pero no guerreando contra moros, sino sacando de su poder a los cristianos cautivos, empeñando en la empresa sus propias vidas.

Pidió y recibió el hábito mercedario en 1222. Realizó varias redenciones. En la última, que llevó a cabo en Argel con su compañero redentor Berenguer de Bañeres, debió quedarse como rehén por algunos cautivos en peligro de renegar. El otro redentor viajó rápidamente a Barcelona para buscar el dinero. Pedro Nolasco, que estaba a la sazón en Montpellier, escribió una carta urgente a su lugarteniente Guillermo de Bas: que avisase a todos los conventos que recogiesen limosnas y las enviasen pronto a Argel. No llegó en el tiempo estipulado el dinero del rescate y los moros, defraudados, dieron atroz muerte a Serapio, clavándolo en una cruz en forma de aspa, como la de san Andrés, y desmembrándolo ferozmente. El bárbaro y cruel rey de Argel, Selín Benimarin, fue quien regaló a la Iglesia y a la Orden mercedaria este santo mártir, el 14 de noviembre de 1240.

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