sábado, 3 de septiembre de 2011

San Bernardo de Claraval



Lippi, Fra. Filippo: Aparición de la Virgen a San Bernardo

San Bernardo de Claraval (Clairvaux)
Fiesta: 20 de agosto
(1090-1153)
Abad Cisterciense,
Doctor de la Iglesia
Etim. de Bernardo:
"Batallador y valiente". (Bern=batallador; Nard=valiente)

Nacido en Borgoña, Francia. Llamado "Mellifluous Doctor" (boca de miel) por su elocuencia. Famoso por su gran amor a la Virgen María. Compuso muchas oraciones marianas. Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y muchos otros.

En esta página
Biografía
Dichos de San Bernardo
A la Virgen

Otras de nuestras páginas:

De sus sermones:
En la plenitud de los tiempos vino la plenitud de la divinidad Epifanía
Amo porque amo, amo por amar
Dios. Vendrá a nosotros el Verbo de Dios
Gracia. Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia
María. Todo el mundo espera la respuesta de María
María. Sobre las excelencias de la Virgen Madre
María. La Madre estaba junto a la cruz
María. Conviene meditar los misterios de salvación
Sabiduría. Hay que buscar la sabiduría
Castidad. La castidad sin la caridad no tiene valor
Angeles custodios. Que te guarden en tus caminos.
Santos. Apresurémonos hacia los hermanos que nos esperan


Biografía

San Bernardo, abad es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero uno de los que mas impacto ha tenido. Nace en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Con sus siete hermanos recibió una excelente formación en la religión, el latín y la literatura.

Personalidad de Bernardo

Bernardo tenía un extraordinario carisma de atraer a todos para Cristo. Amable, simpático, Inteligente, bondadoso y alegre. Todo esto y vigor juvenil le causaba un reto en las tentaciones contra la castidad y santidad. Por eso durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano. Pero las amistades mundanas, por más atractivas y brillantes que fueran, lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más desilusionado del mundo y de sus placeres.

A grandes males grades remedios.

Como sus pasiones sexuales lo atacaban violentamente, una noche se revolcó sobre el hielo hasta sufrir profundamente el frío. Sabía que a la carne le gusta el placer y comprendió que si la castigaba así, no vendrían tan fácilmente las tentaciones. Aquel tremendo remedio le trajo liberación y paz. S

Una visión cambia su rumbo:

Una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía a su Hijo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado. Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra, Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban, lo aceptó con gran alegría pues, en aquel convento, hacía 15 años que no llegaban religiosos nuevos.

La familia que se fue con Cristo.

Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y 31 compañeros. Dicen que cuando llamaron a Nirvardo el hermano menor para anunciarle que se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Conque ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se fue de religioso.

Antes de entrar al monasterio, Bernardo llevó a su finca a todos los que deseaban entrar al convento para prepararlos por varias semanas, entrenándolos acerca del modo como debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, entra en el monasterio de Cister. Mas tarde, habiendo muerto su madre, entra en el monasterio su padre. Su hermana y el cuñado, de mutuo acuerdo decidieron también entrar en la vida religiosa. Vemos en la historia la gran influencia de las relaciones tanto para bien como para mal.

En la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a la vida religiosa, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

Fundador de Claraval. En el convento del Cister demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio apartado en el bosque donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa valle claro, ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día. Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros a los pocos años tenía 130 religiosos; de este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos.

La Predicación de santo.

Lo llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo). Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

Su amor a la Virgen Santísima.

Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo por la claridad y el amor con que habla de ella. Él fue quien compuso aquellas últimas palabras de la Salve: "Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Y repetía la bella oración que dice: "Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno a Ti haya acudido, sin tu auxilio recibir". El pueblo vibraba de emoción cuando le oía clamar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante.

Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial.

Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.

Viajero incansable

El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le dañó la digestión) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos. Exclamaba: A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas (ya en las noches pasaría luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).

De carbonero a Pontífice

Un hombre muy bien preparado le pidió que lo recibiera en su monasterio de Claraval. Para probar su virtud lo dedicó las primeras semanas a transportar carbón, lo cual hizo de muy buena voluntad. Llegó a ser un excelente monje, y más tarde fue nombrado Sumo Pontífice: Honorio III. El santo le escribió un famoso libro llamado "De consideratione", en el cual propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados no vayan a cometer el gravísimo error de dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. Y llegó a decirle:

"Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo
a la oración y a la meditación".

Despedida gozosa. Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por Ej., Hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba:

"Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca". Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a sus eternidad feliz el 20 de agosto del año 1153. Tenía 63 años. El sumo pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.

San Bernardo: gran predicador, enamorado de Cristo y de la Madre Santísima: pídele al buen Dios que nos conceda a nosotros un amor a Dios y al prójimo, semejante al que te concedió a ti. Quiera Dios que así sea.

Nota interesante: San Bernardo escribió la vida de San Malaquías quién murió en sus brazos camino a Roma.


DE LA CASA DE LA DIVINA SABIDURIA,
LA VIRGEN MARÍA

1. ... Como hay varias sabidurías, debemos buscar qué sabiduría edificó para sí la casa. Hay una sabiduría de la carne, que es enemiga de Dios, y una sabiduría de este mundo, que es insensatez ante Dios. Estas dos, según el apóstol Santiago, son terrenas, animales y diabólicas. Según estas sabidurías, se llaman sabios los que hacen el mal y no saben hacer el bien , los cuales se pierden y se condenan en su misma sabiduría, como está escrito: Cogeré a los sabios en su astucia; Perderé la sabiduría de los sabios y reprobaré la prudencia de los prudente. Y, ciertamente, me parece que a tales sabios se adapta digna y competentemente el dicho de Salomón: Vi una malicia debajo del sol: el hombre que se cree ante sí ser sabio. Ninguna de estas sabidurías, ya sea la de la carne, ya la del mundo, edifica, más bien destruyen cualquiera casa en que habiten. Pero hay otra sabiduría que viene de arriba; la cual primero es pudorosa, después pacífica. Es Cristo, Virtud y Sabiduría de Dios, de quien dice el Apóstol: Al cual nos ha dado Dios como sabiduría y justicia, santificación y redención.

2. Así, pues, esta sabiduría, que era de Dios, vino a nosotros del seno del Padre y edificó para sí una casa, es a saber, a María virgen, su madre, en la que talló siete columnas. ¿Qué significa tallar en ella siete columnas sino hacer de ella una digna morada con la fe y las buenas obras? Ciertamente, el número ternario pertenece a la fe en la santa Trinidad, y el cuaternario, a las cuatro principales virtudes. Que estuvo la Santísima Trinidad en María (me refiero a la presencia de la majestad), en la que sólo el Hijo estaba por la asunción de la humanidad, lo atestigua el mensajero celestial, quien, abriendo los misterios ocultos, dice: "Dios, te salve, llena de gracia, el Señor es contigo"; y en seguida: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra". He ahí que tienes al Señor, que tienes la virtud del Altísimo, que tienes al Espíritu Santo, que tienes al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ni puede estar el Padre sin el Hijo o el Hijo sin el Padre o sin los dos el que procede de ambos, el Espíritu Santo, según lo dice el mismo Hijo: "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí". Y otra vez: "El Padre, que permanece en mí, ése hace los milagros" . Es claro, pues, que en el corazón de la Virgen estuvo la fe en la Santísima Trinidad.

3. Que poseyó las cuatro principales virtudes como cuatro columnas, debemos investigarlo. Primero veamos si tuvo la fortaleza. ¿Cómo pudo estar lejos esta virtud de aquella que, relegadas las pompas seculares y despreciados los deleites de la carne, se propuso vivir sólo para Dios virginalmente? Si no me engaño, ésta es la virgen de la que se lee en Salomón: ¿Quién encontrará a la mujer fuerte? Ciertamente, su precio es de los últimos confines. La cual fue tan valerosa, que aplastó la cabeza de aquella serpiente a la que dijo el Señor: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, tu descendencia y su descendencia; ella aplastará tu cabeza" Que fue templada, prudente y justa, lo comprobamos con luz más clara en la alocución del ángel y en la respuesta de ella. Habiendo saludado tan honrosamente el ángel diciéndole: "Dios te salve, llena de gracia", no se ensoberbeció por ser bendita con un singular privilegio de la gracia, sino que calló y pensó dentro de sí qué sería este insólito saludo. ¿Qué otra cosa brilla en esto sino la templanza? Mas cuando el mismo ángel la ilustraba sobre los misterios celestiales, preguntó diligentemente cómo concebiría y daría a luz la que no conocía varón; y en esto, sin duda ninguna, fue prudente. Da una señal de justicia cuando se confiesa esclava del Señor. Que la confesión es de los justos, lo atestigua el que dice: Con todo eso, los Justos confesarán tu nombre y los rectos habitarán en tu presencia. Y en otra parte se dice de los mismos: Y diréis en la confesión: Todas las obras del Señor son muy buenas .

4. Fue, pues, la bienaventurada Virgen María fuerte en el propósito, templada en el silencio, prudente en la interrogación, justa en la confesión. Por tanto, con estas cuatro columnas y las tres predichas de la fe construyó en ella la Sabiduría celestial una casa para sí. La cual Sabiduría de tal modo llenó la mente, que de su Plenitud se fecundó la carne, y con ella cubrió la Virgen, mediante una gracia singular, a la misma sabiduría, que antes había concebido en la mente pura. También nosotros, si queremos ser hechos casa de esta sabiduría, debemos tallar en nosotros las mismas siete columnas, esto es, nos debemos preparar para ella con la fe y las costumbres. Por lo que se refiere a las costumbres, pienso que basta la justicia, mas rodeada de las demás virtudes. Así, pues, para que el error no engañe a la ignorancia, haya una previa prudencia; haya también templanza y fortaleza para que no caiga ladeándose a la derecha o a la izquierda.

NO ERES MAS SANTO PORQUE NO ERES MAS DEVOTO DE MARÍA.
(San Bernardo)


De los sermones de San Bernardo, abad (Sermón 1 en la Epifanía del Señor, 1-2) Ha aparecido la bondad de Dios... y su amor al hombre.




Ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre. Gracias sean dadas a Dios, que ha hecho abundar en nosotros el consuelo en medio de esta peregrinación, de este destierro, de esta miseria.

Antes de que apareciese la humanidad de nuestro Salvador, su bondad se hallaba también oculta, aunque ésta ya existía, pues la misericordia del Señor es eterna. ¿Pero cómo, a pesar de ser tan inmensa, iba a poder ser reconocida? Estaba prometida, pero no se la alcanzaba a ver; por lo que muchos no creían en ella. Efectivamente, en distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios por los profetas. Y decía: Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Pero ¿qué podía responder el hombre que sólo experimentaba la aflicción e ignoraba la paz? ¿Hasta cuándo vais a estar diciendo: «Paz, paz», y no hay paz? A causa de lo cual los mensajeros de paz lloraban amargamente, diciendo: Señor, ¿quién creyó nuestro anuncio? Pero ahora los hombres tendrán que creer a sus propios ojos, ya que los testimonios de Dios se han vuelto absolutamente creíbles. Pues para que ni una vista perturbada pueda dejar de verlo, puso su tienda al sol.

Pero de lo que se trata ahora no es de la promesa de la paz, sino de su envío; no de la dilatación de su entrega, sino de su realidad; no de su anuncio profético, sino de su presencia. Es como si Dios hubiera vaciado sobre la tierra un saco lleno de su misericordia; un saco que habría de desfondarse en la pasión, para que se derramara nuestro precio, oculto en él; un saco pequeño, pero lleno. Y que un niño se nos ha dado, pero en quien habita toda la plenitud de la divinidad. Ya que, cuando llegó la plenitud del tiempo, hizo también su aparición la plenitud de divinidad. Vino en carne mortal para que, al presenta así ante quienes eran carnales, en la aparición de su humanidad se reconociese su bondad. Porque, cuando se pone de manifiesto la humanidad de Dios, ya no puede mantenerse oculta su bondad. ¿De qué manera podía manifestar mejor su bondad que asumiendo mi carne? La mía, no la de Adán, es decir, no la que Adán tuvo antes del pecado.

¿Hay algo que pueda declarar más inequívocamente la misericordia de Dios que el hecho de haber aceptado nuestra miseria? ¿Qué hay más rebosante de piedad que la Palabra de Dios convertida en tan poca cosa por nosotros? Señor, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Que deduzcan de aquí los hombres lo grande que es el cuidado que Dios tiene de ellos; que se enteren de lo que Dios piensa y siente sobre ellos. No te preguntes, tú, que eres hombre, por lo que has sufrido, sino por lo que sufrió él. Deduce de todo lo que sufrió por ti, en cuánto te tasó, y así su bondad se te hará evidente por, su humanidad. Cuanto más pequeño se hizo en su humanidad, tanto más grande se reveló en su bondad; y cuanto más se dejó envilecer por mí, tanto más querido me es ahora. Ha aparecido -dice el Apóstol- la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre. Grandes y manifiestos son, sin duda, la bondad y el amor de Dios, y gran indicio de bondad reveló quien se preocupó de añadir a la humanidad el nombre de Dios.

TRATADOS

  1. Grados de la humildad y de la soberbia
  2. Apología al Abad Guillermo
  3. Libro sobre el amor a Dios
  4. Sermón a los clérigos sobre la conversión
  5. Libro sobre la gracia y el libre albedrío
  6. Libro sobre las glorias de la nueva milicia, a los caballeros templarios
  7. Tratado sobre la consideración al papa Eugenio
  8. Libro sobre el precepto y la dispensa
  9. Vida de san Malaquías
  10. Tratado sobre el ministerio episcopal (carta 42)
  11. Tratado sobre el bautismo (carta 72)
  12. Errores de Pedro Abelardo (carta 190)

OPÚSCULOS

  1. Oficio de san Víctor
  2. Prólogo al antifonario cisterciense
  3. Epitafio de san Malaquías

EN ALABANZA DE LA VIRGEN MADRE

SERMONES LITÚRGICOS : ADVIENTO – NAVIDAD- CUARESMA – PASCUA

  1. En el Adviento del Señor : 8 sermones
  2. En la vigilia de Navidad : 6 sermones
  3. En la Natividad del Señor : 5 sermones
  4. En el día de los Santos inocentes : 1 sermón
  5. En la circuncisión del Señor : 3 sermones
  6. En la Epifanía del Señor : 4 sermones
  7. En la octava de Epifanía : 1 sermón
  8. Domingo I después de la octava de Epifanía : 2 sermones
  9. En la conversión de san Pablo : 2 sermones
  10. En el nacimiento de san Víctor : 2 sermones
  11. En la Purificación de Sta. María : 3 sermones
  12. En la Septuagésima : 2 sermones
  13. En la Cuaresma : 7 sermones
  14. Sobre el salmo 90 : 17 sermones
  15. En el nacimiento de san Benito : 1 sermón
  16. En la Anunciación del Señor : 4 sermones
  17. En el Domingo de Ramos : 3 sermones
  18. En el Miércoles Santo : 1 sermón
  19. En la Cena del Señor : 1 sermón
  20. En la Resurrección del Señor : 4 sermones
  21. En la octava de Pascua : 2 sermones
  22. En las Rogativas : 1 sermón
  23. En la Ascensión del Señor : 6 sermones
  24. En el día de Pentecostés : 3 sermones

FIESTAS DEL TIEMPO ORDINARIO

  1. En el nacimiento de san Juan Bautista : 1 sermón
  2. En la Vigilia de los Apóst. Pedro y Pablo : 1 sermón
  3. En la Solem. de los Apóst.. Pedro y Pablo : 3 sermones
  4. Domingo IV de Pentecostés : 1 sermón
  5. Domingo VI de Pentecostés : 4 sermones
  6. En las faenas de la cosecha : 3 sermones
  7. En la Asunción de María : 6 sermones
  8. Domingo de la octava de la Asunción : 1 sermón
  9. En el nacimiento de Sta. María (Acueducto) : 1 sermón
  10. Sermón a los abades : 1 sermón
  11. En la fiesta de San Miguel : 2 sermones
  12. En el primer domingo de Noviembre : 5 sermones
  13. En la festividad de todos los Santos : 5 sermones
  14. En la Dedicación de la Iglesia : 6 sermones
  15. En la fiesta del obispo San Martín : 1 sermón
  16. En el martirio de San Clemente : 1 sermón
  17. En la muerte de San Malaquías : 2 sermones
  18. En la Vigilia de San Andrés : 1 sermón
  19. En la muerte de San Humberto : 1 sermón

SERMONES SOBRE EL CANTAR DE LOS CANTARES : 86 sermones

SERMONES VARIOS: 125 sermones

CARTAS: 547 cartas

SENTENCIAS: 358

  1. Serie 1 : 43 unidades
  2. Serie 2 : 188 unidades
  3. Serie 3 : 127 unidades

PARÁBOLAS: 8 unidades

  1. El hijo del rey
  2. La comida entre dos reyes
  3. El hijo del rey que cabalga
  4. La Iglesia, prisionera en Egipto
  5. Las tres hijas del rey
  6. La mujer etíope
  7. Las ocho bienaventuranzas
  8. El rey y su esclavo querido

Sermones sobre el Cantar: Historia de la redacción

Tabla de Contenido

1. Sermones sobre el Cantar : Historia de la redacción

1.1.1. Génesis del Comentario

1.1.2. La tradición manuscrita

1.1.3. Estructura global del comentario

1.1.4. Visión sintética

1. Sermones sobre el Cantar: historia de la redacción

1.1.1. Génesis del comentario

Tiempo de redacción: 18 años, de 1135 a 1153. La fecha de los 24 primeros: 1135-1136. En su origen está la convalecencia de Bernardo y sus conversaciones con Guillermo de S-T sobre el Cantar de los Cantares, ±1120: unos 15 años antes del inicio de la redacción de S. Bernardo.

Guillermo resume lo esencial de las conversaciones en su Brevis Commentatio. Estas anotaciones contienen el primer estadio de los comentarios definitivos de Bernardo y de Guillermo, por el vínculo que muestran con ellos. La Brevis Commentatio llega hasta Cant 2,8: “¡la Voz de mi Amado!”, y es un marco para desarrollos posteriores, un documento de trabajo. Su contenido coincide con:

-Bernardo: Scant 1-51

-Guillermo: Scant Canto primero

Bernardo y Guillermo emprenden sus respectivas redacciones emprenden la redacción por el mismo tiempo, hacia finales de los años treinta. Esta es la duración de la redacción del Comentario de Bernardo. El conjunto del comentario muestra un profundo trabajo redaccional y de reelaboración, quizá más marcado en los sermones posteriores, que fueron apareciendo a un ritmo más lento.

-Scant 1-24, en menos de 6 meses

-Scant 25-66, en 5 años

-Scant 67-80, en 3 años

-Scant 80-86, en 5 años

-Scant 1-64: en 10 años: 1135-1145: 6 sermones por año (aunque Scant 50 lo terminó en 1140).

-Scant 65-86: en 8 años: 1145-1153: 3 sermones por año.

La Brevis Commentatio de Guillermo termina en Cant 2,8 y es claro que el autor considera cerrado ahí el comentario: termina con el grito de amor, del amor ordenado y la experiencia contemplativa de Cant 2,4: “a ordenado en mí el amor”. Ahí también termina el Canto primero del comentario definitivo de Guillermo: en Cant 2,8. Mientras que para el Canto segundo sigue paso a paso el Comentario de Orígenes: un nuevo marco exegético, a falta ya del primero. El Canto cuarto y último termina en Cant. 3,3 con referencia a Cant. Ahora ben, Bernardo termina igualmente su Comentario definitivo (Scant 86) en Cant 3,4: ¿casualidad? Evidentemente no.

Por tanto, la Brevis Commentatio (2,8) de Guillermo indica el modo como los dos amigos abordan su primera redacción de Scant, (que en Bernardo llega hasta Sant 49-51) terminándolo en la Voz del Amado, en el abandono contemplativo. Hacia fines de los años 30, bien a consecuencia de aquellas conversaciones, bien por necesidades posteriores, ambos autores decidieron proseguir su comentario hasta Cant 3,4. Dado que la Brevis Commentatio no tiene huellas de esta continuación, parece que ambos concibieron el proyecto de ir más allá de Cant 2,8 cuando estaban ya trabajando en sus comentarios definitivos.

1.1.2. La tradición manuscrita

Hay cuatro familias de manuscritoa:

-Morimond (M): primera redacción completa: llega hasta Scant 83.

-Filiación inglesa (I): redacción posterior y definitiva, también de S. Bernardo: llega hasta Scant 86

-Una redacción intermedia (T): llega hasta Scant 86

-Versión póstuma hecha en Claraval (C): llega hasta Scant 86

Diferencias entre M e I, aparte de la diferencia de número de sermones de cada serie:

-I funde en un solo sermón (Scant 24) lo que en M son dos (24a y 24b)

-I ofrece una formulación diferente y más explícita de Scant 71,7-8

-M muestra un corte claro tras Scant 49, y contiene Scant 24 en su doble versión primitiva.

-Dentro de la tradición de M, algunos manuscritos sitúan el corte en Scant 50-51 y contienen también la redacción unificada y posterior de Scant 24: es un subgrupo que indica una revisión intermedia realizada por el propio Bernardo.

-Finalmente, 8 ms revelan una redacción más primitiva que se detiene en Scant 23. Pero debido a las circunstancias que obligaron a Bernardo a interrumpir su comentario durante un año, terminando prematuramente Scant 24, es claro que este no es un corte querido por el autor, y no tiene importancia. Bernardo escribió estos primeros sermones en 6 meses.

El examen de los manuscritos indica que el conjunto de los Sermones 1-49 es la versión más original del Comentario: la que Bernardo quiso editar primero como un conjunto completo y cerrado. Llega hasta Scant 2,4 (como la Brevis Commentatio y el Canto primero del Comentario de Guillermo). Con vistas a su publicación el autor revisó la serie y la completó con los Sermones 50 y 51 (=Cant 2,8), donde añadió la experiencia y el sueño contemplativo. Al mismo tiempo pensó en una continuación del Comentario más allá del límite de la Brevis Commentatio y, quizá de acuerdo con Guillermo, concibió redactar una segunda serie (hasta Scant 83), que termina también con la unión mística, y que coincide con el Canto segundo del Comentario de Guillermo. En efecto, Scant 83 comenta Cant 3,1 y se acerca al fin que Guillermo se había propuesto en su Canto segundo: llegar hasta Cant 3,4.

1.1.3. Estructura global del comentario.

EN SUMA: hay dos grandes cortes, dos conjuntos acabados, que en la redacción definitiva aparecen como dos grandes movimientos o partes de la obra total:

-Scant 49 = el final de la Brevis commentatio (grosso modo) = Canto primero de Guillermo de S-T.

-Scant 83 = Canto segundo de Guillermo de S-T.

El primero va de la conversión a la pacificación interior y el reposo provisional en el sueño contemplativo. El segundo trata de la llegada al fin, cuando la búsqueda de la Esposa termina porque ha encontrado al Esposo y no le suelta. Esta parte es más eclesial: la pacificación capacita a la Esposa para afrontar el mundo exterior.

Bernardo retocaba el texto, por eso es difícil hallar líneas de ruptura en su interior. El hecho de concebir su Comentario en el género sermón: serie de pequeñas unidades más o menos independientes ayuda poco, pues introduce continuas rupturas naturales que no son las que buscamos. Además, Bernardo no se lanzó a la ligera a redactar: se tomó 15 años de preparación. Eso aunque los Sermones 1-49 los escribió en menos de 6 años. Y cuando se decidió a continuar, bien añadiendo sermones a los ya redactados (50-1), bien prosiguiendo el Comentario con una nueva serie, los añadidos no fueron improvisados, sino muy elaborados, de modo que todo quedase al final bien soldado.

No basta, pues, leer las observaciones finales de un Sermón y el comienzo del siguiente: un tópico del género sermón: serie de sermones escritos como pronunciados día a día a los mismos oyentes: el final de uno queda abierto y se promete la continuación para el día siguiente, invitando al lector a no detenerse (=novelas por entregas, cuentos).

El sentido global final de la redacción ofrece un itinerario del progreso espiritual. La línea es llevar al lector desde el espacio interior e íntimo donde el alma se convierte, hasta una actividad que abarca a toda la Iglesia. Nada hay aquí improvisado, ni siquiera las aparentes “digresiones” a las que Bernardo se aparentemente abandona. Las digresiones de la primera parte del corpus corresponden a la dimensión interior (Scant 26: muerte de Gerardo), mientras que las de la segunda parte corresponden a la dimensión exterior (Scant 65-66: herejes de Colonia; Scant 80: Gilberto de la Porrée).

Estructuración de los dos movimientos

El segundo movimiento se prepara con Scant 50-52 (Cant 2,8): la esposa está en el reposo contemplativo, y de ahí surge la necesitad de la acción, tema del segundo movimiento: Scant 57 trata del equilibrio entre Marta y María, y Scant 58 lanza la invitación a la Esposa a trabajar en la viña.

El Sermón 49,5-8 -final del primer movimiento- comenta también Cant 2,4 (orden del amor), pero sin incluir la tensión acción-contemplación. Es el amor ordenado como tensión a lo más importante y termina en el silencio interior (estabilidad interior), condición de la contemplación (Scant 50-52), que lleva en sí el germen de una actividad mayor. Aquí se sitúa el primer corte de la tradición manuscrita: en el primer gran abrazo, como en el Brevis Commentatio. Bernardo se toma un respiro antes de abordar la cuestión de la contemplación en sí, que va más allá de la Brevis Commentatio. Y a partir de ahí inicia el segundo gran movimiento: el del amor activo.

En el segundo movimiento, la actividad del alma va estrechamente ligada a la de la Iglesia, de modo que el alma-esposa se va identificando con la Iglesia-Esposa, y la Historia de la Salvación ocupa un lugar cada vez más importante:

-Desde Scant 60: Iglesia-Sinagoga

-Desde Scant 65-66: herejías

-Desde Scant 77: prelados indignos

-Desde Scant 79: reunión Iglesia-Sinagoga: culminación de la Historia de la Salvación. En este bloque culmina la interpretación alegórica. La interpretación moral prosigue hasta Scant 83.

Sermones 80-83

Aunque en Scant 79 Bernardo había llegado a Cant 3,4, en Scant 80 vuelve atrás: a Cant 3,1a-b (“busqué al amado de mi alma”), mediante un truco literario: los oyentes le reprochan haber descuidado hasta entonces la interpretación moral.

Sin embargo a la hora de la verdad, no empezará a comentar este versículo hasta Scant 84-86: el tema de la búsqueda del Verbo. Scant 80-83 no tienen relación con Cant 3,1, sino que tratan más bien el tema de la imagen, en una dirección doctrinal y teológica: la unidad, en base al restablecimiento del alma en su condición original. Como la imagen es condición capacitación para la búsqueda, Scant 80-83 pueden ser considerados como una introducción o preparación a Scant 84-86.

-Scant 80: el Verbo-Imagen; el alma, a imagen de la Imagen: base de unión con el Verbo. También introduce aquí una refutación de Gilberto de la Porrée.

-Scant 81-82: profundización en el tema de la semejanza: simplicidad original, libre albedrío, caída, pérdida de la unidad, duplicidad, retorno por la atracción de los semejantes (afinidad alma-Verbo), es decir, por el amor hacia la unión y perfecta semejanza: unidad de espíritu alma-Verbo, que desde el punto de vista de la interpretación moral se corresponde con Scant 79: unidad Iglesia-Sinagoga, desde el punto de vista de la interpretación doctrinal. Esto indica que se puede considerar Scant 82 como un comentario a Cant 3,4 (=Scant 79) y considerar este sermón como el término de la interpretación moral (de hecho, 10 ms terminan en Scant 82).

-Scant 83: muy ligado al anterior: tema de la unidad, pero vista desde la desemejanza y desde el amor como fuerza unificante y transformadora: vuelven los grados del amor. De hecho, el sermón es como una glorificación y un himno al amor, y termina con una alusión a la unión transformante, pero sin analizar la experiencia en cuanto tal, cosa que remite para más adelante, pero que ya no hará, dejando la cosa como un final abierto. Scant 83 concluye con unas palabras ligadas a Scant 79: “el amor que une a dos seres, no en una sola carne, sino en un solo espíritu”.

Para conocer la alegría y el gozo de esta unión, para describir la experiencia de la unión, Bernardo remite a otro futuro sermón, pero ya no volverá sobre ello, ya que, de hecho, la experiencia en sí trasciende la explicación moral (anagogía). Bernardo narra el camino hacia la unión, pero no la unión misma. Como la unión pertenece a la otra vida, el Comentario alcanza aquí un término, y quizá el final absoluto que no se puede sobrepasar: un final antes del final eterno. Este sería el final que Bernardo se habría propuesto.

Sermones 84-86

Tras la experiencia, continúa la búsqueda, porque ésta nunca termina (epéktasis). Se busca a Dios en el ímpetu del deseo, en una ascensión interminable. Este es el tema central de los tres sermones. Otro tema ligado a él es el de los hijos, la fecundidad del alma divinizada que engendra hijos a la fe (predicación, Esposa-Madre, amor activo)

-Scant 84: no puede buscar al Verbo, si éste no la busca antes, ni encontrarle sin ser antes hallada: el Verbo busca al alma.

-Scant 85: misma dinámica ascensional: síntesis de toda la ascensión del alma al Verbo, comparada con el crecimiento humano.

-Scant 84-85: infancia del alma que empieza su ascensión, y una vez unida se dedica a sus hijos.

-Scant 86: dirigido a estos “hijos”: a los jóvenes oyentes, por el anciano Bernardo. Se presenta como inacabada, pero es más bien un final abierto: corto, sin conclusión ni doxología. Frente a la opinión tradicional según la cual Bernardo no tuvo tiempo de acabar su comentario, Win Verbaal estima que no hay aquí un final improvisado, sino querido expresamente así por Bernardo.

Nada hay aquí improvisado. Scant 84-86 guardan estrecha relación y forman un bloque acabado. Es un final preconcebido y bien meditado.

Scant 86 es el término querido expresamente, incluso en su forma redaccional, que conduce a una conclusión acorde con el conjunto del Comentario. Se dirige a los jóvenes que buscan por la oración, en el retiro y tranquilidad, al Verbo. La oración siempre sera escuchado y el Verbo vendrá a ellos, y pasarán de la noche a la Luz: “caminad como hijos de la Luz”. Nada autoriza a pensar que Bernardo haya querido ir más allá de esta invitación: el texto aparece terminado, acorde con los sermones anteriores. La apelación a que la muerte le impidió dar forma acabada al sermón no se justifica, ya que se sabe que Bernardo aún dictó escritos estando prácticamente en el lecho de muerte.

-Scant 84: el alma buscada y encontrada por el Verbo, estímulo para los pequeños.

-Scant 85: crecimiento del alma que llega en su búsqueda a la madurez, y se hace fecunda poniéndose al servicio de los niños.

-Scant 86: se dirige directamente a estos niños, a los jóvenes inexperimentados entre sus lectores y les dice que la verdadera búsqueda del Verbo se vive a través de una oración humilde y pudorosa, que les transformará en hijos de la Luz: un final abierto para un camino sin fin (concluir apelando a la humildad es un lugar común en los autores de la época).

1.1.4. Visión sintética

1- Primero Bernardo quiso cerrar su Comentario con el sueño contemplativo de la esposa, en Cant 2,7-8: fin análogo a la Brevis Commentatio y al Canto Primero del Comentario de Guillermo. Quizá el cisma de Anacleto le incitó a ir más allá y dar más acento a la vida activa en el seno de la Iglesia:

2- Nunca quiso ir más allá de Cant 3,4 (unión Esposo-Esposa tras los trabajos de la viña). Por tanto Scant son un corpus terminado: Scant 82 sería el final inicialmente previsto; Scant 83 se le unió luego como un elogio al amor; Scant 84-86 fueron concebidos como un final abierto, ya que el tema que atraviesa los Scant es que la unión definitiva es imposible aquí y se realiza en una búsqueda incesante.

3- Scant muestran un pensamiento coherente con redacción muy preparada y hecha a lo largo de muchos años. La Brevis Commentatio lo muestra para Scant 1-50, lo que explica su rápida edición.

4- La preparación y remodelaciones del texto prueban que o hay nada improvisado: ni el final, ni el lamento por la muerte de Gerardo, etc.

5- Bernardo nunca quiso comentar todo el Cantar de los Cantares, sino exponer el camino espiritual que la exégesis espiritual descubre en esta obra. Una vez descrito, no hace falta seguir el trabajo. Cuando ha dicho lo que piensa y lo que tenía que decir, ya no tiene más que decir.

San Bernardo de Claraval,
Sermón 7 sobre el salmo 90
(1.3.5.6.12: Opera omnia, edit Cister. t. 4, 1966, 412-416. 421)

Vivimos en la esperanza

Vivimos, hermanos, en la esperanza y no nos desanimamos en la prueba presente, pues vivimos a la espera de los gozos indefectibles. Y esta nuestra espera no es vana ni incierta, apoyada como está en las promesas de la eterna verdad. Además, la comprobación de los dones presentes afianza la espera de los futuros, y la eficacia de la gracia presente hace en alto grado creíble la felicidad de la gloria prometida, que indudablemente ha de seguirle. En efecto, el Señor de los ejércitos, él es el Rey de la gloria.

Por lo cual, la piedad ha de sostener varonilmente en este siglo la confrontación, y habrá de padecer con ánimo sereno cualquier persecución. ¿Cómo no va a tolerarlo todo la piedad, ella que es útil para todo, y que tiene en su haber la promesa de la vida presente y de la futura? Resista esforzadamente al impugnador, pues el propugnador asistirá incansable al que resiste, ni faltará al que triunfa el liberalísimo remunerador. Su verdad te rodeará como un escudo.

Glorificad, pues, amadísimos, y llevad entretanto a Cristo en vuestro cuerpo, carga deleitable, peso suave, equipaje saludable, aun cuando a veces pueda antojársenos pesado, aun cuando en ocasiones golpee el costado y flagele al que se muestra recalcitrante, aun cuando alguna vez dome su brío con freno y brida y lo frene para colmo de felicidad. Escuchad, y escuchad en la alegría de vuestro corazón, lo que parece pertenecer a la promesa de la vida futura y es objeto de vuestra esperanza. Donde está vuestro tesoro, allí esté vuestro corazón.

Escuche, pues, el que, con el pensamiento y la avidez, se acerca ya al puerto de salvación; el que habiendo lanzado ante sí, cual áncora, su esperanza, parece haberse firmemente aferrado a aquella tierra envidiable, aguardando todos los días que dura su servicio a que le llegue el relevo. Este es sin ningún género de duda el principal y más seguro acercamiento al puerto; este tipo de vida, en que os desenvolvéis, es una preparación para la partida, es decir, para la llamada de Dios.

Esta, finalmente, es la gracia y la misericordia de Dios para con sus siervos y la visitación para sus santos: que como desentendiéndose de momento de su izquierda, centre toda su solícita protección sobre la derecha. Es lo que el profeta testifica de sí mismo: Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. ¡Ojalá estés, oh buen Jesús, siempre a mi derecha! ¡Ojalá me agarres la mano derecha! Pues sé y estoy cierto de ello que no me dañará ninguna adversidad, si no me domina ninguna maldad.


Frases de San Bernardo

«NO ERES MÁS SANTO PORQUE NO ERES MÁS DEVOTO DE MARÍA.»

San Bernardo
  • "Debemos amar a Dios porque Él es Dios, y la medida de nuestro amor debe ser amarlo sin medida." ...sobre la necesidad de acudir a la Stma. Virgen:
  • Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: invoca a María!.
  • Si te golpean las olas de la soberbia, de la maledicencia, de la envidia, mira a la estella, invoca a María!
  • Si la cólera, la avaricia, la sensualidad de tus sentidos quieren hundir la barca de tu espíritu, que tus ojos vayan a esa estrella: invoca a María!
  • Si ante el recuerdo desconsolador de tus muchos pecados y de la severidad de Dios, te sientes ir hacia el abismo del desaliento o de la desesperación, lánzale una mirada a la estrella, e invoca a la Madre de Dios.
  • En medio de tus peligros, de tus angustia, de tus dudas, piensa en María, invoca a María!
  • El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se parten nunca ni de tu corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino!
  • ¡Implorándola no te desesperarás! ¡Pensando en Ella no te descarriarás!
  • Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer.
  • ¡Bajo su guía no habrá cansancio, y con su favor llegarás felizmente al Puerto de la Patria Celestial! Amén!!

María en los escritos de San Bernardo de Claraval

Un nacimiento digno de Dios

Imitad al menos la humildad de la Virgen

Madre de Dios

La Profecia de Isaias (Sermon Segundo)

La Virgen como la Casa de la Sabiduria

De Susana, la Mujer Adultera y la Virgen Maria

De Lazaro y la Virgen Maria

La Anunciacion

En la Asuncion de la Virgen

Maria el dia de la Purificacion

La Natividad de Maria

Como Maria seamos casa que acoge al Salvador

Excelencias de la Virgen Madre

La Mujer Vestida de Sol (Apocalipsis 12)

María Madre de Dios


SAN
BERNARDO
DE
CLARAVAL

Para ver autor y características del cuadro CRISTO ABRAZA A SAN BERNARDO

De diligendo Deo

Liber de gratia et libero arbitrio

Apología dirigida al Abad Guillermo

Sermones sobre el Adviento

Sermones sobre la Navidad

Sermones sobre la Cuaresma

Sermones de la Resurrección del Señor

Sermones en la Octava de Pascua

Sermones de la Ascensión del Señor

Tratado de la Consideración al Papa Eugenio

Los grados de la humildad y del orgullo

Sermones sobre la Virgen María

- VIDA y OBRAS

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- TEXTOS

Monasterio de la Oliva

Pagina de informacion

Relación de Obras de San Bernardo de Claraval

Las piedras vivas pagina

Para ser como Dios hay que imitar a Jesucristo.


Todo lo demás, ni es camino, ni es verdad, ni es vida.

Imitación de Cristo para ser como Dios

¿A qué se debe que, de las tres personas que creemos, confesamos y adoramos en la soberana Trinidad, venga el Hijo y no el Padre ni el Espíritu Santo?

... ...

Aquel lucero, hijo de la aurora, en un intento de usurpar la categoría del Altísimo, incurrió en latrocinio por el hecho de equipararse a Dios, propiedad exclusiva del Hijo.

... ...

Cierto, nuestros príncipes, Adán y Eva, son el germen de nuestra raza, desobedientes y socios de ladrones. Porque, mediante la persuasión de la serpiente, o del diablo a través de la serpiente, intentan robar lo que pertenece al Hijo de Dios.

... ...

Todos me tienen envidia. Pero voy a venir y manifestarme de tal modo que quien me envidie y trata de imitarme le sea provechosa esa porfía.

San Bernardo. Primer sermón sobre el Adviento


La Pasión de Cristo es, a la vez, Acción de amor al Padre y a los hombres.

Louis de Broglie, en un apéndice de su libro "Continuidad y Discontinuidad en Física Moderna" (Espasa-Calpe Madrid 1957), explica la vida de André-Marie Ampère. Al final escribe este magnífico testimonio: "En su lecho de muerte, como un amigo le propusiera leer algunas páginas de la Imitación de Cristo, respondió: "Es inútil, la conozco integramente de memoria", dando así a la vez una última prueba de su prodigiosa memoria y de su profunda fe".


Páginas de San Bernardo



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