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martes, 13 de septiembre de 2011

La piedad




Contra el Poder de las Tinieblas

Súplicas que pueden ser utilizadas privadamente por los fieles en la lucha contra el poder de las tinieblas

Ritual Romano de exorcismos y otras súplicas, Apéndice II
Versión castellana de la edición típica, 2005.

Ver también: Exorcismo

Oraciones

1. Señor Dios, apiádate de mi, siervo tuyo,
que, a causa de muchas insidias,
me he vuelto como un objeto perdido;
sálvame de la mano de mis enemigos
y ven a buscarme si estoy perdido,
acógeme cuando me encuentres,
y no me abandones,
así podré agradarte por siempre,
porque se que me has redimido con tu fuerza.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.

2. Dios todopoderoso,
que das cobijo a los afligidos en tu casa
y conduces a los cautivos a la prosperidad,
mira mi aflicción
y ven en mi auxilio;
derrota al enemigo malvado,
para que, una vez vencida la acción del adversario,
la libertad me conduzca a la paz,
de modo que restablecido en la piedad serena,
proclame que eres admirable
Tú que diste fuerza a tu pueblo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

3. Oh Dios, creador y defensor del genero humano,
que formaste al hombre a tu imagen
y lo recreaste mas admirablemente
con la gracia del Bautismo,
dirige tu mirada sobre mi, siervo tuyo,
y se propicio a mis súplicas.
Te pido que nazca en mi Corazón
el esplendor de tu gloria
para que, eliminado plenamente todo temor,
pueda alabarte
con animo y espíritu sereno,
junto a mis hermanos en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen

4. Oh Dios, origen de toda misericordia
y de toda bondad,
que quisiste que tu Hijo
sufriera por nosotros el suplicio de la cruz
para librarnos del poder del enemigo;
mira propicio mi humillación y dolor,
y concédeme,
pues me renovaste en la fuente bautismal,
que, habiendo vencido el ataque del Maligno,
me colme la gracia de tu bendición.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

5. Oh Dios, que por la gracia de la adopción,
quisiste que yo fuera hijo de la luz,
te pido que me concedas
no verme envuelto en las tinieblas de los demonios
sino que pueda por siempre permanecer plenamente
en el esplendor de la libertad recibida de ti.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

Invocaciones a la Trinidad

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Sólo a Dios honor y gloria.

Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
sea alabado y ensalzado por los siglos de los siglos.

Te invocamos, te alabamos, te adoramos,
oh santa Trinidad.
Esperanza nuestra, salvación nuestra, honor nuestro,
oh santa Trinidad.
Líbrame, sálvame, vivifícame,
oh santa Trinidad.

Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso,
el que era, el que es y el que vendrá.

A ti el honor y la fuerza, oh santa Trinidad,
a ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

A ti la alabanza, a ti la gloria, a ti la acción de gracias
por los siglos de los siglos, oh santa Trinidad.

Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal,
ten piedad de mí.

Invocaciones a Nuestro Señor Jesucristo

Jesús, Hijo de Dios vivo, ten piedad de mí
Jesús, imagen del Padre, ten piedad de mí
Jesús, Sabiduría eterna, ten piedad de mí
Jesús, resplandor de la luz eterna, ten piedad de mí
Jesús, Palabra de vida, ten piedad de mí
Jesús, Hijo de la Virgen María, ten piedad de mí
Jesús, Dios y hombre, ten piedad de mí
Jesús, Sumo Sacerdote, ten piedad de mí
Jesús, heraldo del reino de Dios, ten piedad de mí
Jesús, camino, verdad y vida, ten piedad de mí
Jesús, pan de vida, ten piedad de mí
Jesús, vid verdadera, ten piedad de mí
Jesús, hermano de los pobres, ten piedad de mí
Jesús, amigo de los pecadores, ten piedad de mí
Jesús, médico del alma y del cuerpo, ten piedad de mí
Jesús, salvación de los oprimidos, ten piedad de mí
Jesús, descanso de los abandonados, ten piedad de mí
Tú que viniste a este mundo, ten piedad de mí
Tú que libraste a los oprimidos
por el diablo, ten piedad de mí
Tú que estuviste colgado en la cruz, ten piedad de mí
Tú que aceptaste la muerte
por nosotros, ten piedad de mí
Tú que yaciste en el sepulcro, ten piedad de mí
Tú que descendiste a los infiernos, ten piedad de mí
Tú que resucitaste
de entre los muertos, ten piedad de mí
Tú que subiste a los cielos, ten piedad de mí
Tú que enviaste el Espíritu Santo
sobre los Apóstoles, ten piedad de mí
Tú que te sientas
a la derecha del Padre, ten piedad de mí
Tú que vendrás a juzgar
a vivos y muertos, ten piedad de mí

b)

Por tu encarnación Líbrame, Señor.
Por tu nacimiento, Líbrame, Señor.
Por tu bautismo y santo ayuno, Líbrame, Señor.
Por tu pasión y cruz, Líbrame, Señor.
Por tu muerte y sepultura, Líbrame, Señor.
Por tu santa resurrección, Líbrame, Señor.
Por tu admirable ascensión, Líbrame, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo, Líbrame, Señor.
Por tu gloriosa venida, Líbrame, Señor.

Otras invocaciones al Señor

Cuando se nombra la cruz, puede el fiel oportunamente hacer la señal de la cruz.

Sálvame, Cristo Salvador, por la fuerza de la Cruz Ì:
tú que salvaste a Pedro en el mar, ten piedad de mí.

Por la señal de la santa Cruz Ì,
de nuestro enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Por tu Cruz, Ìsálvanos, oh Cristo Redentor,
tú que muriendo destruiste nuestra muerte
y resucitando restauraste la vida.

Tu Cruz Ì adoramos, Señor,
tu gloriosa pasión contemplamos:
ten misericordia de nosotros,
Tú que padeciste por nosotros.

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu Cruz Ìhas redimido al mundo.

Invocaciones a Santa María Virgen

Bajo tu protección nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.

Dígnate aceptar mis alabanzas, oh Virgen santa;
hazme fuerte contra tus enemigos.

Madre mía, confianza mía.

María, Virgen Madre de Dios, ruega a Jesús por mí.

Dignísima Reina del mundo,
Virgen perpetua María,
intercede por nuestra paz y salvación,
tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.

María, Madre de gracia,
Madre de misericordia,
defiéndenos del enemigo,
y ampáranos en la hora de la muerte.

Socórreme, oh piadosísima Virgen María,
en todas mis tribulaciones,
angustias y necesidades,
alcánzame de tu Hijo querido
la liberación de todos los males
y de los peligros de alma y cuerpo.

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir,
que ni uno solo de cuantos han acudido a tu protección
e implorado tu socorro,
haya sido desamparado por ti.
Yo pecador, animado con esta confianza,
acudo a ti, oh Madre, Virgen de las Vírgenes;
a ti vengo,
ante ti me presento con dolor.

No desprecies, Madre del Verbo, mis súplicas,
antes bien inclina a ellas tus oídos
y dígnate atenderlas favorablemente.


Invocación a san Miguel Arcángel

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha;
sé nuestro amparo contra la maldad
y las asechanzas del demonio.
Pedimos suplicantes
que Dios lo mantenga bajo su imperio;
y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja con el poder divino, en el infierno
a Satanás y los otros espíritus malignos,
que andan por el mundo
tratando de perder las almas. Amén.

Letanías

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros / por mí.
San Miguel, ruega por nosotros / por mí.
San Gabriel, ruega por nosotros / por- mí.
San Rafael, ruega por nosotros / por mí.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros / por mí.
San Juan Bautista, ruega por nosotros / por mí.
San José, ruega por nosotros / por mí.
San Pedro, ruega por nosotros / por mí.
San Pablo, ruega por nosotros / por mí.
San Juan, ruega por nosotros / por mí.
Todos los santos Apóstoles, rogad por nosotros / por mí.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros / por mí.


(Pueden añadirse los nombres de otros Santos y Beatos)

De todo mal, Líbranos / me, Señor.
De todo pecado, Líbranos / me, Señor.
De las insidias del diablo, Líbranos / me, Señor.
De la muerte eterna, Líbranos / me, Señor.
Cristo, óyenos / me.
Cristo, escúchanos / me.


Tomado de la devota memoria de las siete caídas de nuestro Salvador.


Jesús pobre y abatido, ten piedad de mí Señor
Jesús no conocido y menospreciado, ten piedad de mí Señor.
Jesús aborrecido, calumniado y perseguido, ten piedad de mí Señor.
Jesús dejado de los hombres y del demonio tentado, ten piedad de mí Señor.
Jesús entregado y vendido por vil precio, ten piedad de mí Señor.
Jesús blasfemado, acusado y condenado injustamente, ten piedad de mí Señor.
Jesús vestido de un hábito de oprobios y afrentas, ten piedad de mí Señor.
Jesús abofeteado y burlado, ten piedad de mí Señor.
Jesús arrastrado con una soga al cuello, ten piedad de mí Señor.
Jesús tenido por loco y endemoniado, ten piedad de mí Señor.
Jesús azotado hasta derramar sangre, ten piedad de mí Señor.
Jesús pospuesto a Barrabás, ten piedad de mí Señor.
Jesús despojado de todas sus vestiduras con infamia, ten piedad de mí Señor.
Jesús coronado de espinas y saludado por burla, ten piedad de mí Señor.
Jesús cargado con la cruz de mis pecados, ten piedad de mí Señor.
Jesús triste hasta la muerte, ten piedad de mí Señor.
Jesús consumido de dolores, de injurias y de humillaciones, ten piedad de mí Señor.
Jesús afrentado, escupido, ultrajado y escarnecido, ten piedad de mí Señor.
Jesús pendiente de un madero infame entre dos ladrones, ten piedad de mí Señor.
Jesús aniquilado y sin honra para con los hombres, ten piedad de mí Señor.

Oración: Oh buen Jesús, que sufriste por mi amor una infinidad de oprobios y afrentas, que yo no puedo comprender; imprime poderosamente en mi corazón la estimación de tu paciencia y haz que desee imitarla. Amén.

Ahora se reza tres avemarías por las tres necesidades que tuvo María Santísima al pie de la cruz y se acaba con la siguiente oración:

¡Oh santísima cruz!
¡Oh inocente cordero!
¡Oh pena grave y cruel!
¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor!
¡Oh llagas muy lastimadas!
¡Oh corazón traspasado!
¡Oh sangre de Cristo derramada!
¡Oh muerte de Cristo amargada!
¡Oh divinidad de Dios, digna de ser reverenciada!

Ayúdame Señor para alcanzar la vida eterna en la hora de mi muerte. Amén.

A las invocaciones que siguen se responde: Ten piedad de mí, Señor”.


Mateo 15: 21 - 28
21 Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón.
22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.»
23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.»
24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»
25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»
26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.»
28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.

Salmo 51 Ten piedad de mí, ELOHIM


1. Melodía de David.

2. El profeta Natán lo buscaba, por haberse juntado con Barshebá.

3. Apiádate de mí, ELOHIM; de acuerdo a Tu amor.
Por tu inmensa misericordia borra mis transgresiones.

4. Límpiame de mis actos malvados, lava mis pecados.

5. Yo reconozco mis errores, me arrepiento de mis transgresiones y soy consciente de ellas.

6. Contra Ti, contra Ti solo he pecado; he obrado mal ante Tus ojos;
Lo digo para que todos vean que Tu eres Justo en Tu sentencia, y libre de culpa en Tu juicio.

7. Mira que nací sin conocer la verdad sobre el mal, así me concibió mi madre.

8. A Ti que Te gusta la sinceridad del corazón, mira en mi interior e infúndeme Sabiduría.

9. Purifícame con hisopo y quedaré puro, límpiame hasta quedar blanco como la nieve.

10. Haz que escuche revelaciones de alegría y felicidad, y se reparen mis huesos rotos.

11. No mires mis pecados y borra las obras que hice mal.

12. Crea en mí, ELOHIM , una mente pura, iluminada; renueva en mi interior mi espíritu en perfección.

13. No me arrojes de Tu Presencia, no me despojes de El Espíritu Santo (RUACH HA KODEISH).

14. Restaura en mí la alegría de Tu Salvación, susténtame con un Espíritu Enérgico.

15. Y yo enseñaré a los que transgreden Tus Caminos, para que los que han obrado mal; regresen a TI.

16. Líbrame de cometer delito de sangre, ELOHIM ELOHA; Poderoso Libertador mío, para que mi lengua cante Tus bondades.

17. ADONAY abre mis labios, para que mi boca transmita Tu Gloria.

18. Porque Tu no quieres sacrificios ni ofrendas de muerte.

19. El auténtico sacrificio para ELOHIM es un espíritu arrepentido. Tú acoges ELOHIM a un corazón arrepentido y avergonzado.

20. Que Te agrade en la expansión de Orión, fortaleciendo los Portales de JERUSHALEM.

21. Te agradan los sacrificios apropiados, las ofrendas de vida; de aquéllos que despiertan sobre Tu altar.

Salmo 51.


Video Ten piedad de mi oh Dios


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