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miércoles, 17 de agosto de 2011

Moral fundamental

  • La moral define el ser del hombre y su estar en el mundo.

  • La moral hace relación a un modelo antropológico desde el cual se realiza todo ser humano. Así, la moral define el tipo de sociedad que se construya porque define el carácter jurídico normativo desde el cual el ser humano realiza su ser relacional o comunitario.

  • La moral nos ayuda a dar respuesta desde Dios y su revelación a la problemática moral del hombre y la sociedad moderna, teniendo un criterio claro y libre de subjetivismos o intereses particulares.

  • Es necesarios estudiar y profundizar la moral cristiana porque existen nuevos problemas de carácter moral: lo ecológico, bioética, protección de los derechos de las minorías, pluralismo en una sociedad globalizada, una crisis pragmática de los valores proponiendo nuevos modelos antropológicos, de sociedad y cultural. Si no existe claridad en los criterios morales se puede conducir al debilitamiento de la certeza y objetividad sobre lo auténticamente ético y moral.

  • Hay necesidad de tener una visión global y conceptos claros sobre la moral y ética cristina frente a la realidad actual envuelta en el sincretismo y relativismo.

  • Ver la moral en sentido diacrónico (a través del tiempo) y sincrónico (en referencia a los problemas actuales).


  1. ¿QUÉ ES TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL?


Teología moral fundamental es la reflexión teológica del comportamiento humano responsable, en cuanto catalogable como bueno o malo. Juicio que tiene en cuenta no sólo la reflexión racional, sino que tiene como base los contenidos de la revelación y de la fe. Aspecto que la diferencia de la ética filosófica y la constituye en una disciplina de la teología.


Desde el magisterio de Juan Pablo II presenta la definición eclesial de la teología moral: “La reflexión moral de la Iglesia, hecha siempre a la luz de Cristo, el “Maestro bueno”, se ha desarrollado también en la forma especial de las ciencias teológicas llamada teología moral; ciencia que interpela la divino Revelación y responde a la vez a las exigencias de la razón humana. La teología moral es una reflexión que concierne a la “moralidad”, o sea, al bien y al mal de los actos humanos y de las persona que los realiza, y en este sentido está abierta a todos los hombres; pero es también teología, en cuanto reconoce el principio y el fin del comportamiento moral en Aquel que “solo es bueno” y que, dándose al hombre en Cristo, le ofrece la bienaventuranza de la vida divina”.1


Teniendo como referencia la definición anterior, es muy claro identificar que la teología moral al acercarse la problema del que hacer humano, Cristo se convierte la norma imprescindible y la finalidad del comportamiento moral cristiano. Principio reconocido desde la alborada del cristianismo, como se atestigua en los mismo escritos del Nuevo Testamento: “Vivid, pues, según Cristo Jesús, el Señor, tal como lo habéis recibido, enraizados y edificados en él; apoyados en la fe, tal como se os enseñó, rebosando en acción de gracias” Col 2, 6-7.


El Concilio Vaticano II afirma: “La profunda y rápida transformación del mundo moderno pide urgentemente que no haya ni un solo que, despreocupado de la marcha de los tiempos o indolente en su inercia, se entregue a una ética meramente individualista. Hoy el deber de justicia y de caridad lo cumple cada día mejor si, contribuyendo al bien común según su propia capacidad y las necesidades de los demás... a su vez sirven para transformar y mejorar las condiciones de vida del hombre.”2 Así, hace un hincapié sobre la orientación y sentido propio de la reflexión de la teología moral actual, que debe ayudar a superar la ética individualista que promueve la sociedad actual, procurando que el hombre se reconozca como un ser situado y protagonista de las interrelaciones y las estructuras sociales que reflejan los principios desde los cuales está fundando su comportamiento y contribuye al crecimiento recíproco, persona y sociedad.

Y en contexto de la formación de los candidatos al sacerdocio el Concilio Vaticano II hace un acento y exigencia sobre la forma cómo debe orientarse la enseñanza de la teología moral renovada y robustecida de la Sagrada Escritura como depositaria de la revelación del proyecto de Dios para el hombre; afirma: “...Aplíquese un cuidado especial en perfeccionar la teología moral, cuya exposición científica, más nutrida de la Sagrada Escritura explique la grandeza de la vocación de los fieles en Cristo, y la obligación que tienen de producir su fruto por la vida del mundo en la caridad”.3



  1. ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS E IDENTIDADES ENTRE MORAL Y ÉTICA?


En el siguiente esquema encontraremos la identidades y diferencia entre estas dos palabras y ciencias que muchas veces se las utiliza como sinónimas, perdiendo cada una los elementos que la caracterizan y diferencian:


ELEMENTO A ANALIZAR

MORAL

ÉTICA

ETIMOLOGÍA DE LAS PALABRAS

Del latín moris, que significa prueba, certidumbre; o del latín morālis). adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia.

Del griego etos o htos costumbres.

DEFINICIÓN

  • Ciencia que estudia el bien en general y la praxis humana en orden a su bondad o malicia, catalogando lo último, como actos morales o inmorales.

  • Ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia.

  • Ciencia de las costumbres o del que hacer humano, indagando la acción, cualidad, virtud o modo de ser y de que forma repercuten de forma positiva o negativa en el individuo y la sociedad.


OBJETO DE ESTUDIO

El comportamiento humano, o deber ser del hombre.

CONTENIDO

Planteamientos racionales que promuevan el crecimiento del hombre y de su entorno social y cultural.

Planteamiento filosóficos desde los que se propone una posible explicación al qué hacer humano para justificar su aceptación o reprobación pero desde los planteamientos en los que se base el autor del concepto.

CARACTERÍSTICAS E IDENTIDADES

  • Se refiere a la realización de la misma humanidad. Es bueno el comportamiento que lleve al hombre a ser verdaderamente hombre, con independencia de lo que eventualmente determinen las leyes o las religiones, los pactos consensuados o las intuiciones del sentimiento”.4

  • No se identifica con el comportamiento asumido sobre el fundamento de un sentimiento o de una institución. La pedagogía de la moralidad tiene en cuenta la resonancia subjetiva de los valores morales”.5

  • El ser humano, su dignidad, sus últimos derechos determinan la bondad o maldad de lo que él hace, así como la maldad o la bondad de lo que ha él se le hace”. 6





  • Se enraíza en la antropología y el deber en el ser”. 7



  1. ELEMENTOS DEL DEBATE MORAL CRISTIANO Y MORAL DE LA SOCIEDAD.


El punto de partida del debate entre moral cristiana y moral de la sociedad es el concepto que se tenga del qué hacer moral, porque es desde ahí donde se fundamentan y construyen las reflexiones, postulados y la praxis moral del individuo.


Partiendo de una sociedad secularista y materialista desde la cual se cuestiona la cientificidad de la moral, donde sólo se puede calificar de científico en ella el proceso que establece hipótesis y leyes a partir de la observación de experimentos programados, admitiendo que se limita a describir el comportamiento de determinados individuos y sectores la población. En ese sentido la moral no se diferenciaría mucho de la sociología y se reduce la moral a la exhortación al mejoramiento de las costumbres humanas, individuales o colectivas. Pero en realidad la moral como ciencia es un estudio sistemático que cuenta con sus principios propios, su metodología y conclusiones. Por lo anterior, es una de las preocupaciones y parte del que hacer de la moral de la sociedad el buscar la valoración e identidad de la moral como ciencia al servicio del desarrollo del ser humano.


Los principios desde los cuales la moral social actual propone y cuestiona el comportamiento son relativistas, porque se distorsiona y manipula la concepción de los presupuestos o puntos de partida de la reflexión moral como lo son: el hombre como ser libre en búsqueda de su realización o fin último (la felicidad), la voluntad como fundamento del la opción y el derecho a decidir para buscar el beneficio personal y comunitario, la verdad y el bien; esto como producto del desconocimiento y separación de la dimensión religioso-trascendente que posee el ser humano, y no es un elemento que la sociedad o los grupos sociales predominantes crearon y utilizan para someter la voluntad y al hombre salvaguardando su poder e intereses.


Sumado a lo anterior nunca a sido fácil juzgar el comportamiento humano responsable y ofrecer una fundamentación clara e indiscutible para la emisión de un juicio sobre la conducta humana. En la moral del mundo esta dificultad se ve notablemente aumentada. Y ello por varias razones:

  1. En primer lugar nos encontramos con el rechazo a toda fundamentación objetiva de los juicios éticos, porque interesa más el sujeto que el objeto mismo de la moral, cediendo la ontología su puesto de privilegio a la antropología. Ya no interesa tanto la verdad como la certeza subjetiva, ya no interesa dialogar sobre al belleza; sino discutir sobre el gusto. Y ya no sería fácil hablar de la bondad; apenas si se podría hablar de la “apreciación” y la “valoración” de las acciones humanas. A la ética le queda entonces la mera posibilidad de describir los comportamientos humanos. Se redujo así la consideración de los principios y valores al ámbito de la consideración personal y subjetiva.


  1. La segunda dificultad le viene a la pregunta moral de las múltiples susceptibilidades que el propio discurso moral suscita. Algunas de ellas viene desencadenadas por la tradicional vinculación de la moral con la religión. La moral social actual, tiene la pretensión de vivir su autonomía; pretendiendo no convertir el discurso moral en una concepción sacra o divinizada del universo. Además esta unión entre moral y religión como la tradicional fórmula empleada por los poderosos, las clases dominantes para imponer su visión del mundo y defender sus propios intereses. Convirtiendo la moralidad en un instrumento y ejercicio de la autoridad. Concepción que desafortunadamente tiene peso en nuestra historia porque se ha hecho palpable y cercana.


  1. Por último la autoridad o ente educador de la moral, frente a un conocimiento claro y profundo pero sin aplicación y practicidad en el testimonio de vida, ha impermeabilizado e insensibilizado frente al problema moral, reduciendo a la aceptación subjetiva sus principios asumiéndolos de forma aleatoria y opcional, desconociendo que son valores imprescindibles y necesarios para un desarrollo personal y comunitario íntegro.



A diferencia de la moral cristiana que no admite estas acepciones subjetivistas y superficiales, reconociendo que la pregunta moral es indispensable. Y de una forma u otra, la humanidad siempre se interrogará sobre el bien y el mal, sobre lo que debe y no debe hacer; es allí donde es indispensable y aparece el concepto claro de moral y sus principios desde la persona de Jesucristo, que responde con claridad y fundamentos sólidos a estos interrogantes existenciales y enteramente humanos.


De esta forma nos abre el camino para preguntarnos por el supuesto que puede y debe ocupar Dios en una moralidad auténtica. El ser moral humano desde la óptica cristiana, se aborda desde la teología moral que debe superar la tentación de prescindir de la racionalidad al estudiar el comportamiento humano responsable; debe iluminarlos desde el testimonio de la revelación definitiva del ser humano, que ha sido gratuitamente ofrecida en Jesucristo.


La moral cristina es estudiada por la teología moral que se define como “la reflexión científica sobre el Evangelio como don y mandamiento de vida nueva, sobre la vida según la verdad en el amor (Ef. 4, 15), sobre la vida de santidad de la Iglesia, o sea, sobre la vida la cual resplandece la verdad del bien llevado hasta su perfección.”8 Así la moral cristiana es la orientación cristológica de la moral vivida y formulada de los creyentes en Jesucristo, o en la necesaria referencia a los valores éticos y las motivaciones especiales de la comunidad eclesial que forma y conforman el contexto de las decisiones morales de los cristianos. Tanto por lo que se refiere a la actuación concreta del creyente como por lo que afecta a la reflexión sistemática sobre la praxis cristiana, Cristo que vive en la comunidad eclesial se constituye en la norma imprescindible y la finalidad del comportamiento moral cristiano. Convicción que se ha tenido y vivencia desde los primeros tiempos del cristianismo como lo atestiguan diversos textos del nuevo testamento.

1 Encíclica “Veritatis splendor”, Juan Pablo II, Roma 1993. Núm. 110

2 Concilio Vaticano II, Constitución apostólica “Gaudium et spes”. Núm. 30

3 Concilio Vaticano II. Decreto, “Optatam totius”. Núm. 16

4 Teología moral fundamental. José Román Flecha Andrés. Biblioteca Autores Cristianos. Madrid. 1994. Pág. 10

5 Ibíd.

6 Ibíd.

7 Ibid. Pág. 11

8 Teología moral fundamental. José Román Flecha Andrés. Biblioteca Autores Cristianos. Madrid. 1994. Pág. 1

Documento

Diapo

http://www.juan1011.com.ar/moral_fundamental.html

http://moralfundamental.blogspot.com/

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