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miércoles, 27 de julio de 2011

Sensualidad


¿QUÉ ES LA SENSUALIDAD?


La sensualidad es una facultad que posee el ser humano, en mayor o menor grado, durante toda su vida y que está estrechamente unida a la sexualidad. Una educación demasiado rígida puede propiciar la inhibición de la sensualidad pero no su desaparición, puesto que se trata de una cualidad inherente a todas las personas.

Un hombre o una mujer sensuales emanan estímulos capaces de excitar o deleitar a quienes son receptivos a sus señales. También saben captar y disfrutar plenamente de todos los momentos de placer que se les brinda.

¿Qué sería de la sexualidad sin la sensualidad?
Absolutamente nada, si tenemos en cuenta que, en las relaciones amorosas más gratificantes, suelen ponerse los cinco sentidos.
A través de la vista nos llega la luz que irradia la persona amada, el color de sus ojos, la forma de su cuerpo, la manera de moverse...; mediante el sentido del oído percibimos el tono y el timbre de su voz, sus palabras cariñosas y susurrantes...; el olor del cuerpo penetra por medio del nervio olfatorio, situado en la nariz...; con el sentido del gusto saboreamos la dulzura de un beso y, finalmente, gracias a ese extenso órgano del tacto que es la piel, se da rienda suelta a la imaginación en un gozoso intercambio de amor, emoción y placer.

LA PRIMERA VEZ DESDE UN ENFOQUE REALISTA
Genera tanta expectación que basta decir “la primera vez” para saber de qué se está hablando. y es que, la influencia del cine y la literatura han hecho creer a muchos jóvenes vírgenes que la primera vez que se hace el amor con alguien es siempre un momento maravilloso, irrepetible y casi mágico. Por otro lado, también existe la idea preconcebida de que los inicios son dolorosos para la mujer y van acompañados de sangre. La realidad demuestra que la primera vez suele ser la más difícil y complicada de todas. Es normal que aparezcan sentimientos de pudor, ansiedad, temor, desencanto...


¿Cómo puede uno pretender alcanzar la perfección si no se tiene experiencia?
Por regla general, los chicos y las chicas tienen grandes deseos de satisfacerse mutuamente, pero el desconocimiento de los gustos del otro y la falta de práctica pueden dar al traste con los mejores sentimientos y la mayor de las pasiones. Ellos tienen temor a «no dar las expectativas», una expresión que engloba algunos contratiempos como la eyaculación precoz, la falta de erección, o la inhabilidad para dejar satisfecha a la pareja. Pero, es precisamente ese miedo, junto con los nervios, la sobreexcitación, la ansiedad y la inexperiencia, los causantes de tales percances.

En el caso de las chicas, existen múltiples temores: a quedarse embarazadas, a que les duela, a la hemorragia, a no gustar desnuda, a defraudar al compañero por la manera en la que se hace el amor... Con este cóctel de emociones no es extraño que no disfruten, y mucho menos que lleguen al orgasmo. A este respecto, no deberían angustiarse ni pensar que son frígidas, puesto que, para llegar al clímax, es preciso estar muy relajada.

Lo más adecuado sería conseguir una situación relajada, sin plantearse a priori la penetración como algo obligatorio, utilizando la ternura y la comunicación para conocer los deseos del otro. Pero, si aun así, la primera vez no ha salido «de película», no hay que decepcionarse. Con el tiempo, ya medida que se gane confianza en la pareja y en uno mismo, las relaciones serán más gratificantes.


¿CHICOS y CHICAS SIENTEN y PIENSAN IGUAL ANTE EL SEXO?
Es evidente que hombres y mujeres tenemos una sexualidad diferente por motivos biológicos pero, en el fondo, los sentimientos y pensamientos suelen ser muy parecidos. Lo que ocurre es que, los condicionamientos sociales y culturales influyen poderosamente en ambos sexos, inhibiendo o potenciando una serie de conductas, según se trata de una chica o de un chico.


Ellos
En general, se entiende que ellos, como se dice coloquialmente, «van más al grano» y aceptan de buen grado el sexo, sin implicaciones afectivas. La idea que se desprende del mundo masculino es la de que el amor no es lo más importante en la vida. Quizá, debido a la educación recibida, esto sea cierto en muchos casos, pero hay que tener en cuenta que nos movemos en un terreno complejísimo. Por un lado, en el grupo de los hombres existen grandes diferencias, y por otro, no hay que olvidar la evolución y adaptación experimentada por muchos de ellos, como consecuencia de la incorporación de la mujer al trabajo y sus demandas de igualdad.

Muchos hombres de hoy están «a años luz» de distancia de sus antepasados. No asocian necesariamente «virilidad» con términos como poder, protección, control, fuerza... Su masculinidad no sufre estragos cuando comprueban que la mujer que tienen al lado es sexualmente activa. También necesitan un cierto ritual antes de acostarse con una chica. Y, cada vez son más los que confiesan abiertamente que «lo que necesitan es amor».


Ellas
A pesar de que la educación sexual es cada vez mayor y más igualitaria, las chicas suelen tener más pudor y se manifiestan de forma más reprimida que los chicos en el ámbito sexual. Hay diferencias cuyo origen está en la propia naturaleza humana, como el hecho de que la respuesta femenina sea algo más lenta que la masculina, pero otras se alimentan de presiones externas provenientes del ámbito familiar, la religión, los medios de comunicación, el cine... Parece como si existiera un cierto temor a la libertad sexual de las mujeres. ¿Por qué aún se sigue asociando una mujer que disfruta sexualmente con un ser pervertido?

Ante las primeras relaciones sexuales de sus retoños, los padres suelen actuar de forma distinta, según se trate de un hijo o una hija. Por lo general, ven con muy buenos ojos el debut del chico. En cambio, es más difícil encontrar a un padre feliz por el estreno de su hija que ver a un camello entrar por el ojo de una aguja.


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