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viernes, 29 de julio de 2011

La confesión






¿Qué es la confesión?

La confesión es el sacramento en el cual, por medio de la absolución del sacerdote, recibimos el perdón de nuestros pecados si nos confesamos arrepentidos.
La sagrada Biblia dice: "Confesáos unos a otros vuestros pecados para que seais salvos".

¿Qué gracias o favores se obtienen
con la confesión?

Con la confesión se obtienen tres gracias o favores especiales: 1) Nos devuelve o nos aumenta la gracia santificante: la amistad con Dios.
2) Nos da fuerzas especiales para evitar el pecado y rechazar las tentaciones.
3) Nos da asco y antipatía por todo lo que sea ofender a Dios.

¿Cuántas cosas son necesarias para
hacer una buena confesión?

Para hacer una buena confesión son necesarias cinco cosas:
1) Un examen de conciencia
2) Arrepentirse de los pecados
3) Propósito de enmienda
4) Confesarse con el sacerdote
5) Cumplir la penitencia que impone el confesor.

¿Qué es el examen de conciencia?

Examen de conciencia es recordar los pecado cometidos después de la última confesión bien hecha.

"Cada uno examine su propia conducta, porque cada cual responderá por sus pecados ante Dios". (Gálatas 6,4)

¿Cómo debemos hacer el
examen de conciencia?

1) Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos recuerde cuáles son los pecados nuestros que más le están disgustando a Dios.

2) Vamos repasando los diez mandamientos para saber qué faltas hemos cometido contra ellos. Por ejemplo:

1er Mandamiento
¿Me acuesto o me levanto sin rezar? ¿Me avergüenzo de aparecer creyente ante los demás? ¿He creído en supersticiones, por ejemplo; amuletos, sales, brujas, lectura de naipes o de humo de cigarrillo, o espiritistas?

2ndo Mandamiento
¿He dicho el Nombre de Dios sin respeto y por cualquier tontería?

3er Mandamiento
¿He faltado a misa los domingos? ¿Cuántas veces? ¿Cuántos domingos voy a misa cada mes?

4rto Mandamiento
¿He desobedecido a mis padres? ¿No les he querido ayudar? ¿Los he tratado mal? ¿He perdido el tiempo en vez de estudiar o trabajar?

5to Mandamiento
¿He deseado que a otros les vaya mal? ¿He peleado? ¿He dicho groserías? ¿Tengo resentimientos contra alguna persona y no le quiero perdonar? ¿No rezo por los que me han tratado mal? ¿Me he burlado de alguien? ¿He puesto sobrenombres? ¿He tratado con dureza? ¿He dicho palabras ofensivas? ¿He hablado mal de otras personas? ¿He contado lo malo que han hecho o lo que dicen de ellos? ¿He escandalizado? (o sea, ¿he enseñado lo malo a los que no lo saben?) ¿Cuántas veces? ¿Me he aprovechado de los más débiles para golpearlos o humillarlos?

6to Mandamiento
¿He detenido en mi cerebro por varios minutos pensamientos o deseos impuros? ¿He mirado películas impuras, o revistas pornográficas o escenas impuras por televisión? ¿He dicho o celebrado chistes malos? ¿He hecho acciones impuras conmigo mismo o con algunas personas? ¿Tengo alguna amistad que me hace pecar?

7mo Mandamiento
¿He robado? ¿Cuánto vale lo que he robado? ¿Pienso devolverlo o dar eso a los pobres? ¿He devuelto lo prestado? ¿He tenido pereza en cumplir los deberes?

8vo Mandamiento
¿He dicho mentiras? ¿He inventado de otros lo que no han hecho o dicho?
¿He hecho trampas en negocios o estudios? ¿He creído que Dios no me va a ayudar?

9no Mandamiento
¿He codiciado la mujer o el esposo de mi prójimo? ¿He mirado a un hombre a una mujer de manera impura?

10mo Mandamiento
¿He deseado los bienes ajenos? ¿He sido evidioso? ¿He sido avaro? ¿He camido más de lo que necesito? ¿He sido orgulloso?

¿Qué otras preguntas me debo hacer al
examinar la conciencia?

¿Cuáles son las faltas que más cometo y repito? ¿Cuáles serán las causas por las cuales cometo esos pecados? Por ejemplo: Soy de mal genio: ¿por que será? ¿será que no descanso? ¿Será que me disgusto por pequeñeces que no disgustan a Dios? (Lo que no disgusta a Dios no me debe disgustar a mí) ¿Será que me preocupo demasiado como si Dios no cuidara de mí y no me fuera a ayudar? ¿Será que no me conformo con lo que Dios permite que me suceda? ("Todo lo permite Dios para el bien de los que lo aman", dice la Sagrada Biblia)

Otro ejemplo: Hablo mal de los demás. ¿Por qué será? ¿Será que vivo juzgando a los otros olvidando lo que dijo Jesús: "no juzguéis y no seréis juzgados, condenéis y no seréis condenados" (Mt 7,1), o será que trato con personas murmuradoras que me prenden su murmuradera?

Me vienen pensamientos o deseos impuros: ¿por qué será? ¿será que veo películas impuras o malas en TV o leo revistas pornográficas o no hago bastante ejercicio físico?

Otra pregunta: ¿Cuál será el pecado mío que más le está disgustando a Dios? Si Cristo se me apareciera a ofrecerme quitarme un pecado, ¿Cuál le pediría que me quitara? ¿Qué voy a hacer para tratar de no cometer ese pecado?

¿Qué es arrepentirse de los pecados?

Arrepentirse de los pecados es sentir tristeza o pesar de haber ofendido a Dios que es tan bueno y por haber hecho, pensado o dicho lo que nos hace daño a nosotros mismos o a los demás.

INTRODUCCIÓN
El hombre de hoy puede llenar su vida con un sinfín de experiencias a las que en otra época no había tenido acceso, pero en muchos casos no sabe para que, no tiene tiempo para pensar la meta hacia la que se dirige.
El objeto de este documento es colaborar para que esa confusión no nos haga perder la experiencia hermosa del encuentro con el Dios del perdón en el sacramento de la reconciliación.
I QUÉ ES EL PECADO
1. Dios no es el policía que se encarga de mantener el orden levantando infracciones. Ni el arbitro de fútbol que nos acecha para sorprendernos en un error.
Dios es amor. Y lo ha demostrado haciéndose hombre, rebajándose a hacerse un hombre como nosotros.
El cristianismo no es un conjunto de prohibiciones, sino un camino de vida, el camino de vida y de crecimiento que nuestro padre amoroso ha trazado para la felicidad de nosotros sus hijos.
2. El pecado es la osadía del hombre que rechaza ese designo de amor que Dios le propone. El pecado es desamor.
El hombre es el único animal capaz de decirle si a Dios ( esa es su grandeza), pero también es único capaz de rebelarse contra Dios.
3. El pecado es un verdadero suicidio eterno porque renunciamos voluntariamente a la felicidad eterna que Dios felicidad mayor que la recibida de manos de Dios y decidieron apartarse del plan que Dios les había trazado. Pero Dios había creado libres a Adán y a Eva y respetó la decisión que libremente tomaron. Los había querido hacer sus amigos, no sus esclavos; es decir, Dios no quiso crear un hombre que aceptara sus dones, su Amor, por imposición, sino libremente. Dios quiso crear al hombre para enseñarle a amar.
Con su pecado Adán y Eva le dicen a Dios que prefieren buscar la felicidad lejos de El, que confían mas en sus propias fuerzas que en amor de Dios.
3. El de los fariseos y jefes del pueblo judío
Sabían que Dios, en su absoluta misericordia, se había comprometido a mandar un Salvador que sacaría al hombre para siempre del abismo en que cayo por el pecado. Sin embargo fueron haciéndose una imagen del Salvador a su capricho y la deformaron tanto que, cuando lo tuvieron enfrente no lo reconocieron. Jesús de Nazaret era un impostor porque no encajaba en el molde que ellos habían ideado para el Salvador.
También en nuestros días tratamos de hacernos un cristianismo a la medida, listo para llevar. Estamos dispuestos a aceptar el plan de Dios sólo en caso de que se acomode a nuestros intereses y comodidades.
4. Tu pecado
Tú no has sabido seguir el plan de Dios y has cometido la insensatez de buscar la felicidad por tu cuenta. Quisiste ser tu propio dios y un dios así, con minúscula, no puede hacer feliz a nadie.
Dios nos ama individualmente y muere en la cruz por cada uno de nosotros. Pensamos que Dios no se entristece por las ofensas de un hombre insignificante como yo, sin darnos cuenta de que su tristeza, igual que su amor, es tamaño Dios.
III ACTITUD DE CRISTO ANTE AL PECADO Y AL PECADOR
1. La mujer adúltera
Los judíos pensaban poner en ridículo a Jesús: o negaba su mensaje de perdón o negaba la ley de Moisés.
"El que este libre de culpa, tire la primera piedra". ¿Quien soy yo para condenar a mi hermano caído? Por qué me siento con derecho a juzgar los actos de mis semejantes o incluso sus intenciones con tanta facilidad? ¿Por qué en vez de preocuparme por las fallas de los demás no me preocupo de pedirle perdón a Dios por las mías propias?
"Vete y no peques más". Es decir: Yo no te condeno a morir lapidada, porque lo que me interesa es que no peques más. A Jesús no le interesa acabar de hundir al pecado, sino sacarlo del abismo en que se encuentra, por profundo que sea.
2. Los perseguidores de Jesús
Cristo está en la cruz. Sus enemigos lo insultan y lo humillan. Cualquiera de nosotros, ante tanto abuso y bajeza, se sentiría justificado de liberar toda la furia en un castigo ejemplar. Jesús podía desintegrarlos allí mismo, pero quiso dejarnos una lección mucho más hermosa: el perdón. "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". El amor de Dios sufre porque esos corazones duros no quieren abrirle sus puertas.
3. Mi juez es Jesús
Encontramos un gusto muy especial en descubrir las fallas de los demás; porque nuestros corazones mezquinos tienden, por instinto, a aplicar al prójimo la rigidez de una ley que, quizá en el fondo, ni siquiera signifique mucho para nosotros.
Apoyados en nuestra justicia, tan humana como estrecha negamos otra oportunidad de rehacerse al hermano caído. Jesús, sin embargo, tiene siempre otra oportunidad para darnos, incluso cuando nuestro pecado es tan grande que nos hace perder toda esperanza. Para El, mientras haya un alma que lo busca, no hay casos perdidos.
El hombre cuando se atreve a pedir perdón es cuando mas se parece a Dios.
4. El pecado contra el Espíritu Santo
Hay un pecado que ni siquiera Dios puede perdonar y que, por ello, es el mas grave de todos: el pecado contra el Espíritu Santo. Es el pecado de aquel que cierra la puerta de su corazón a Dios; aquel que se siente tan satisfecho o desilusionado de sí mismo que no acepta el perdón de Dios.
IV ACTITUD DEL HOMBRE FRENTE AL PECADO
La diferencia abismal entre Judas y Pedro está en su forma de responder a la mano que Cristo les tiende a los dos traidores. Judas, angustiado, no acepta la mano misericordiosa de Dios y se ahorca, poniendo fin a toda esperanza. Pensó que la gravedad de su pecado era más grande que la misericordia de Dios, o, quizá, se le hizo muy duro reemprender el camino correcto.
Pedro siente en la mirada silenciosa de Cristo una mano de perdón y sale fuera de la casa del sumo sacerdote llorando amargamente por su pecado. Pedro sabe que le ha fallado a Jesús y sufre por ello, pero sabe también que el amor de su Maestro es mucho mas grande que su traición y arde en deseos de enmendar su error.
Donde hay hombres hay fallas, la diferencia está en que unos saben aceptar la misericordia de Dios y otros no.
V EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
Dios tiende su mano misericordiosa a todo pecador sin excepción. A nosotros nos llega esa mano a través del sacramento de la reconciliación.
1. Un poco de historia
El sacramento de la reconciliación lo instituyó Cristo.
Ya desde los primeros siglos de la Iglesia tenemos noticias de la práctica de este sacramento.
La iglesia prefiere el término "reconciliación", en lugar de "penitencia", para resaltar aquello que es más esencial en el sacramento: el reencuentro con alguien que me ama y a quien me duele haber tratado tan injustamente; a quien me duele haber lastimado con mi pecado.
2. Para valorar este sacramento
Meditar el precio que costó al Señor instituirlo.
Si para alguien es costosa una confesión es para Dios que nos perdona.
Cristo tuvo que sudar sangre de angustia; tuvo que soportar insultos, salivazos, bofetadas, latigazos, la corona de espinas, la crucifixión, la traición de los suyos, el desprecio y la burla de sus enemigos, la soledad: tuvo que afrontar la misma muerte. Este es el precio que Cristo estuvo dispuesto a pagar por salvarte de tu pecado, porque te ama.
VI PARA UNA BUENA RECONCILIACIÓN
A. EXAMEN DE CONCIENCIA
Se trata de zambullirte en ti mismo, en tu vida, en tu historia, para detectar aquello que no está como a Dios le gustaría que estuviese.
Hay que ser muy honestos con Dios, sin hacerse sofismas, llamar pan al pan y vino al vino.
Busca la raíz de tus problemas para remediarlos mejor.
Evita las grabaciones memorizadas.
Cuando el amor es grande se fija más en los pequeños detalles. Cuando más cerca está un alma de Dios, más sensible es a los pequeños detalles.
El examen de conciencia consiste en detectar en qué he lastimado a alguien que amo y que me ama.
El Decálogo es el programa de vida que Dios nos preparó al crearnos. El pecado está en rechazar ese plan de Dios.
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas
+1. Dios te pide: reconocerle como tu Creador y Dueño, como Aquel de quien vienes y a quien tienes ligado tu destino eterno.
+2. Pecados contra el primer mandamiento:
1o. Poner en el primer lugar de mi jerarquía de valores a algo o a alguien que no sea Dios.
2o. Descuidar negligentemente la intimidad y unión con Dios (oración, piedad, sacramentos).
3o. Sacrilegio: Tratar sin respeto cosas o personas consagradas a Dios.
4o. Tentar a Dios: Exigir una señal de Dios como condición.
5o. Abuso de la misericordia de Dios: No corregir nuestra vida pecaminosa por la seguridad de que la misericordia de Dios nos perdonará.
6o. Desesperanza: Considerar que Dios no nos puede salvar y dejar de esperar en la salvación.
7o. Rechazar las verdades de la fe.
8o. Superstición.
2. No tomarás el nombre de Dios en vano
+1. Dios te pide: guardarle el respeto debido.
+2. Pecados contra el segundo mandamiento:
1o. Perjurio (jurar en falso).
2o. Blasfemia.
3o. Incumplir las promesas y juramentos hechos a Dios.
3. Santificarás las fiestas
+1. Dios te pide: Dedicar un día a la semana al descanso para fomentar tu relación con Dios:
1o. Ir a misa todos los domingos y fiestas de obligación.
2o. Durante esos domingos o fiestas, no dedicarse a trabajos que impidan cumplir con el precepto.
+2. Pecados contra el tercer mandamiento:
1o. Faltar a misa los domingos o fiestas de precepto.
2o. Realizar trabajos que impidan cumplir con el precepto.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre
+1. Dios te pide: cumplir con los deberes que vincular recíprocamente a padres e hijos
5. No matarás (servirás a la vida)
+1. Dios te pide: no lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral.
+2. Pecados contra el quinto mandamiento
1o. Pecados contra la propia vida
a) Intento de suicidio
b) Autolesionarse físicamente
c) Exponer imprudentemente la vida
d) Embriagarse o drogarse
2o. Pecados contra la vida ajena
a) Las críticas y la difusión de los defectos ajenos; las calumnias.
b) Maltratar físicamente a otras personas.
c) El aborto
6. No fornicarás (servirás al amor)
+1. Dios te pide: el recto uso del instinto sexual, un uso acorde a la naturaleza que El, al crearnos nos dio.
Dios nos creó hombre y mujer. Dos sexos complementarios que, por su misma dinámica interna se atraen y cada uno busca en el otro lo que le falta. A diferencia de otros animales, Dios dotó al hombre de inteligencia y voluntad (racionalidad). El hombre es el único animal cuya sexualidad debe estar iluminada por el amor. Así, la sexualidad humana tiene dos finalidades intrínsecas: (1) manifestar el amor, en la unión plena, (2) toma vida en un ser nuevo igualmente capaz de amar.
Los esposos deben vivir su relación sexual de acuerdo al plan de Dios. Su sexualidad debe estar abierta a sus dos fines: la manifestación del amor y la procreación de la vida. Cuando se excluye uno de estos dos fines, el ejercicio de la sexualidad se aparta del plan de Dios.
+2. Pecados contra el sexto mandamiento:
1o. Pecados cometidos en solitario:
a) Masturbación
b) Pensamientos y deseos morbosos consentidos.
c) Pornografía
2o. Pecados cometidos con una persona del sexo contrario: fornicación, adulterio, caricias deshonestas, tocamientos...
3o. Pecados cometidos con una persona del propio sexo (homosexualidad)
7. No robarás (servirás a la justicia)
+1. Dios te pide: el contenido primario es muy claro. No es lícito adueñarse de cosas que pertenecen a otros.
Sin embargo, más en general, Dios nos recuerda en él la exigencia de la justicia.
+2. Pecados contra el séptimo mandamiento
1o. El robo
2o. El trato injusto a personas que dependen económicamente de mí.
3o. No cumplir a conciencia mis obligaciones profesionales.
4o. El despilfarro de bienes económicos.
5o. El apego desproporcionado a las riquezas o al poder.
8. No mentirás (servirás a la verdad)
+1. Dios te pide: vivir siempre de cara a la verdad
+2. Pecados contra el octavo mandamiento: La mentira. Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa para engañar.
9. No desearás la mujer de tu prójimo
+1. Dios te pide: fidelidad y respeto al sacramento del matrimonio.
+2. Pecados contra el noveno mandamiento: Adulterio.
10. No codiciarás los bienes ajenos
+1. Dios nos pide: disfrutar lo que el nos da sabiendo tomarlo como don de su amor sin poner los ojos en los bienes o la posición de los demás.
+2. Pecados contra el décimo mandamiento
1o. Envidia
2o. Malquerencias, calumnias, conflictos familiares, etc.
PECADOS DE OMISIÓN
Es no hacer todo el bien que razonablemente estaría en tus manos realizar.
El cristianismo no es sólo, evitar el mal, sino buscar el bien; no se trata de no pecar simplemente, sino de crecer en la santidad día a día. Tienes la responsabilidad de poner a producir todos los talentos que Dios te ha dado.
B. DOLOR DE LOS PECADOS
Que te duela haber pecado. No porque viste derrumbarse la imagen que tenías de ti mismo y descubriste la miseria en tu corazón, sino porque has entristecido injustamente a Jesús. Que te duela haber defraudado a un Dios que estuvo dispuesto a ser crucificado por amor a ti.
Dios quiere que todos alcancemos la felicidad eterna, que nadie se pierda eternamente para el Amor: pero nos creó libres y no puede contradecirse así mismo obligándonos al final a aceptar su amor cuando lo hemos rechazado.
"Dios que te creó sin pedirte permiso, no puede salvarte sin tu colaboración" San Agustín.
C. PROPÓSITO DE ENMIENDA
Para que el deseo de ser perdonado y el dolor por la ofensa a Dios tengan credibilidad, se necesita un sincero propósito de no volver a pecar.
El hombre no puede dar certezas de que no volverá a pecar pero sí puede asegurar que pondrá su mejor esfuerzo por ser como Dios lo quiere en adelante.
No tiene sentido pedirle perdón a Dios si no estoy dispuesto a luchar por el cambio.
D. DECIRLE LOS PECADOS AL CONFESOR
Jesucristo nos conquistó en la cruz el perdón de los pecados. El quiso dejar en manos de los apóstoles y sus sucesores ese perdón por el que pagó tan alto precio.
Fue el mismo Jesús el que quiso que el perdón nos llegara a través de la Iglesia, y concretamente, sus sacerdotes.
Algunos de los prejuicios que más afectan a la confesión:
1. "Mi pecado es demasiado grave, me da vergüenza lo que el sacerdote pueda pensar".
Sólo hay un pecado sin remedio y, por eso realmente abominable: no querer pedir perdón. Pero siempre es mayor la alegría de Dios por perdonarte y verte junto a El que lo trágico del pecado. El sacerdote es consiente de todo ello y participará del "gozo que hay en el cielo por un pecador que se arrepiente".
2. "El sacerdote es muy duro e irracible". Es una actitud infantil que revela un total desconocimiento del sacramento. Hay que saber prescindir de la persona concreta que está sentada en el confesionario: en ese momento es el representante de Cristo y eso es lo principal.
3. "Ha pasado mucho tiempo desde mi última confesión": en lugar de ser un obstáculo debe ser una motivación para acercarse al sacramento. Jesús quiere perdonarte y no lo dejas.
4. Evita "tantear" al confesor: para la validez del sacramento es necesario decir todos los pecados mortales desde la última confesión y se recomienda decir también los veniales aunque no haya obligación estricta. También es necesario hacer, cuando se requiera y de manera sucinta, aquellas especificaciones que pueden cambiar la naturaleza o gravedad del pecado.
5. Evita las tácticas dilatorias: frecuentemente se deben al deseo de justificarse o de rebajar la propia responsabilidad.
E. CUMPLIR LA PENITENCIA
La penitencia tiene dos finalidades: por un lado te ayuda como correctivo para no pecar más y, por otro lado, será una forma de recomponer el orden que Dios estableció y que tú has roto con tu pecado. En el sacramento se perdona tu pecado, pero el desorden que con él introdujiste en el mundo persiste y necesitas purificarte de él y de sus consecuencias.
VII ALGUNAS ACLARACIONES
1. Pecado mortal y pecado venial
Pecado mortal es aquel que, por su malicia, ofende gravemente a Dios, hace perder al hombre el estado de gracia y le hace merecedor del infierno. Se llama mortal por la muerte espiritual y eterna que genera. Encierra un rechazo radical de Dios-Amor: optar por algo que sabemos le ofende de manera grave supone, lógicamente, un alejamiento radical de El.
Pecado mortal es aquel que, ofendiendo también a Dios, no encierra una malicia o gravedad que conlleva un rechazo radical de su amor, un apartamiento total de su plan.
Son tres los elementos del pecado mortal:
+1. Materia grave: para que exista pecado mortal es necesario que sea lesionado algún principio moral básico, algún aspecto importante del plan de Dios para el hombre.
+2. Pleno conocimiento: Que la persona que comete el pecado se percate de lo que está haciendo.
+3. Pleno consentimiento: debe existir un movimiento de la libre voluntad humana. Un acto humano no será pecaminoso si no ha sido realizado libremente.
2. Frecuencia de la confesión
Es necesario acudir al sacramento de la reconciliación siempre que se haya cometido un pecado mortal.
Es recomendable acudir con mayor frecuencia al sacramento. Este te ayuda no sólo al perdonarte los pecados sino al fortalecer tu vida cristiana con la gracia que recibes.
3. La llamada confesión comunitaria
El sacramento puede administrarse comunitariamente, con una absolución general, en casos de emergencia. Pero, aquellos que reciben una absolución general o comunitaria, quedan obligados de todos modos a confesarse en forma individual con el sacerdote a la mayor brevedad posible.
4. Comulgar sin confesarse
No deberá comulgar nadie en pecado mortal sin antes confesarse. Si no existen pecados graves basta con hacer un acto de contrición internamente, arrepentimiento sincero, como costumbre saludable antes de recibir al Señor.
5. El juicio Final
Dios preguntará a tu corazón : "Has amado?". No nos preguntará que hemos hecho, sino si hemos amado. Para nosotros amar será olvidarnos de nosotros mismos y empezar a pensar más en Dios y los que nos rodean.
La esencia del cristianismo es el amor. Ciframos nuestra vida en no pecar. El cristianismo consiste no en no morir, sino en vivir y crecer, no en simplemente no pecar sino amar.
En cada una de nuestras faltas es Cristo el que me dice: "no me diste de comer, no me diste de beber, estuve enfermo y no me visitaste...necesitaba perdón y no me lo diste, me criticaste, me calumniaste, me insultaste, no me tuviste paciencia, creaste la división dentro de nuestra familia, me humillaste, me despreciaste, me juzgaste con dureza, preferiste tu vida cómoda en lugar molestarte en ayudarme".
CONCLUSIÓN
Perdonar es tarea de Dios y no hay alma más bella que aquella que vive el perdón, porque en el perdón refleja a Dios.
Cuando el alma hace la experiencia del perdón pedido y recibido como fruto del amor; cuando el alma vislumbra, aunque sea en una mínima parte, la hermosura del amor de Dios que le perdona, caen todos los prejuicios y entra en ella esa paz que tan lejos está de tantas personas. La misma paz que inundó el corazón de Pedro o que cambió para siempre la vida de María Magdalena.

1. ¿Qué efectos produce el pecado? Resumiendo lo que se dice en el tema sobre el pecado, los efectos del pecado son dos:
  • Inclinación de la voluntad hacia el mal cometido.
  • Alejamiento de Dios. Esta separación del Señor puede ser menor -pecados veniales o leves- o llegar a perder la vida sobrenatural y la gracia -pecados graves o mortales-.
2. ¿Ejemplos de pecados veniales o leves? Además de los actos graves realizados inadvertidamente, hay muchos ejemplos de pecados veniales: una mentira, algo de pereza, una falta de respeto o de caridad, murmuraciones o burlas, dejadez en las oraciones, excesos en la comida y en la comodidad, gastos superfluos, etc.

3. ¿Ejemplos de pecados mortales o graves? Se comete pecado mortal cuando conscientemente se realizan actos gravemente malvados. Algunos ejemplos: insultar a Dios, faltar a la santa misa un domingo, cometer actos sexuales impuros, emborracharse o drogarse, etc.

4. ¿Qué hacer para obtener el perdón divino? Para que el Señor perdone estas ofensas hay que realizar lo que el mismo Dios ha previsto. Precisamente para esto Jesucristo instituyó el sacramento de la confesión.

5. ¿Basta confesarse a solas con Dios? Es bueno pedir perdón a Dios con frecuencia y el Señor puede perdonar los pecados como desee. Pero Él ha dicho que perdonará los pecados si el sacerdote los perdona y no lo hará en caso contrario: "A quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos" (Jn 20, 23).

6. ¿Qué efectos produce el sacramento de la confesión? Los efectos de la confesión son variados y se relacionan directamente con los efectos del pecado:

  • Corrige la inclinación desviada de la voluntad.
  • Repara el distanciamiento respecto a Dios obteniendo su perdón.
  • Recupera la dignidad del alma disminuida por el pecado.
  • Da fuerzas para vencer en las próximas tentaciones.
  • En caso de pecados mortales, la confesión devuelve la gracia y la vida sobrenatural que se habían perdido, y abre de nuevo las puertas del cielo.
  • Al acercarse a Dios, el alma goza. Por esto, tras la confesión suele notarse alegría.
7. Cómo confesarse bien? Para confesarse se busca un sacerdote y se pide su ayuda para hacerlo bien. Se comienza diciendo el tiempo aproximado que ha pasado desde la anterior confesión. Luego se manifiestan los pecados teniendo en cuenta que deben decirse todos los pecados mortales distinguiendo unos de otros y exponiendo el número de veces aproximado que se cometieron; por ejemplo: he faltado cinco domingos a misa, me he emborrachado dos veces, etc. De los pecados veniales no es necesario precisar el número; basta decir por ejemplo: he tenido pereza, me he enfadado...

8. ¿Alguna condición más? Se trata de pedir perdón a Dios y el requisito principal es estar arrepentido; en consecuencia, habrá intención firme de no volver a cometer esos pecados.

9. ¿Si uno piensa que volverá a caer? Para confesarse no se requiere adivinar el futuro, sino en el presente tener la intención firme de no pecar.

10. ¿Es posible confesarse sólo de unos pecados, sin arrepentirse de otros? Es preciso arrepentirse y manifestar todos los pecados mortales, pues uno solo impide la recepción de la gracia y la curación del alma. Si se trata de pecados veniales, no es necesario abarcar todos.

11. ¿Qué hacer después de confesarse? Conviene dar muchas gracias a Dios por perdonarnos una vez más. Sin el sacramento de la confesión la vida sería triste y desesperada.

Hay una gran cantidad de personas que no se confiesan y aluden los más variados motivos, entre los cuales tenemos:

· Que yo no tengo pecados porque no he robado ni he matado
· Que no me sale del corazón
· Que yo me confieso directamente con Dios
· Que los curas también son pecadores
· Que eso no aparece en la Biblia
· Que ha habido curas inmorales y por lo tanto no dan el ejemplo
· Que la Iglesia está en contra de mis creencias políticas
· Que la confesión es un invento del Vaticano
· Que eso no te va a salvar
· y algunos aducen que en el pasado la Iglesia actuó con terror en la época de la Inquisición.

¿Cuál de estas es la tuya?

Te explico por qué ninguna de esas excusas es válida, y de paso definimos lo que es la Confesión.

La Confesión es uno de los siete Sacramentos instituidos por Cristo y que todo cristiano debe cumplir. Consiste en que Dios por medio del Sacerdote perdona nuestros pecados si nos confesamos arrepentidos y hacemos el propósito de enmendarnos. Es también llamado Reconciliación porque de esta manera nos reconciliamos con Dios.

Fíjate que no es el Sacerdote el que perdona los pecados, es Dios quien lo hace pero a través del Sacerdote.

Ahora bien, si nos llamamos cristianos es porque seguimos a Cristo y toda su enseñanza. No es que unas enseñanzas las sigo y otras no. Tampoco es que unas me gusten y las sigo y las que no me gusten no las hago.

Tampoco es aceptable ser un cristiano light. Se debe seguir a Cristo en todo.

Los mandamientos no son consejos, son mandatos, de ahí viene su nombre y hay que cumplirlos así no nos gusten. Y lo mismo pasa con los Sacramentos, debemos seguirlos porque proceden de Cristo quien los instituyó.

Déjate de Excusas.
Mira, se han escuchado de casos de curas con feos delitos sexuales contra menores de edad, los cuales deben ser castigados y el mismo Jesús se los advirtió: “habrán escándalos pero ¡ay! de aquellos que los cometan, mas le valdrían que le ataran una gran piedra de amolar en el cuello y lo lanzaran al mar antes que meterse con uno de estos pequeños inocentes”.

Y también dijo: “Al que mucho se le concede, mucho se le exigirá”. Por lo tanto En el otro mundo un castigo para un Sacerdote será muchísimo más feroz que a otra persona a quien no se le haya confiado tanto.

Dios se encargará de eso. Pero los sacerdotes que esta maldad hacen son una minoría. Por eso no puedes agarrarte de esa excusa para no confesarte.

La Iglesia ha cometido errores en el pasado y ha pedido perdón por esos pecados. Hace unos años pidió perdón por lo ocurrido con Galileo y por 300 Casos más.

De todos modos cuando te presentes ante Dios para ser juzgado no te valdrá de excusa la conducta incorrecta de los demás. Se te preguntará si cumpliste los mandamientos, no si los demás los cumplieron.

Por lo tanto ninguna excusa es buena para no confesarse porque la Confesión fue instituida por Nuestro Señor Jesucristo.

Es menos concebible que sea un católico el que no quiera confesarse. Es de recordar que el católico tiene un credo, que es llamado credo de los apóstoles. En él se dice, entre otras cosas: “creo en el perdón de los pecados”; y ese perdón viene a través de una confesión con un Sacerdote como lo enseña la Iglesia.

Tu análisis contra la inteligencia de los Sabios
Algunos no desean pararle a la Iglesia porque dudan que ella haya hecho una buena interpretación pero es que no se puede interpretar la Biblia como uno quiere sino como la Iglesia Católica lo enseña.

Lo que La Iglesia Católica enseña es porque lo ha sometido a una gran revisión de los eruditos, poniéndose antes en gran oración para ser inspirados por el Espíritu Santo. Estos temas son examinados minuciosamente por un grupo de expertos durante muchos años antes de dar sus conclusiones que nuevamente son sometidas a deliberación.

Muchos de estos temas de la Iglesia han sido tratados por los Doctores de la Iglesia.

Ahora fíjate, si caes en el error de hacer un análisis superficial que te lleva a decir: “la confesión que vale es la que se hace directamente con Dios y no con un cura”, entonces debes preguntarte: ¿De dónde sacaste esa conclusión? ¿Se la escuché a alguien o es producto de mis reflexiones? ¿La meditaste cuanto tiempo? ¿Crees que esa conclusión tuya es más razonada que la que han enseñado los grandes Doctores de la Iglesia?

Recordemos que a los Doctores de la Iglesia se les ha llamado así por sus extraordinarios escritos llenos de sabiduría y que han contribuido a la doctrina y al fortalecimiento y comprensión de la Fe. No son títulos que se les conceden por adulación porque son concedidos después que han muerto.

Por ejemplo San Alfonso María de Ligorio es un Doctor de la Iglesia que escribió 99 libros, todos muy bien documentados, razonados, apoyados en la fe. Sus libros son producto de una gran recopilación de información. Solo para escribir su monumental obra “Las Glorias de María” estuvo escribiendo y recopilando información por catorce años (14), información proveniente de fuentes confiables y creíbles. Escribió tantos libros porque aprovechaba al máximo su tiempo. Su lema era “No perder ni un minuto de mi tiempo”.

Tenemos también a Santo Tomás de Aquino que escribió no solo de religión sino que incursionó en otras ramas del saber con muy grandes aportes, incluso en economía todavía se estudian sus ideas sobre la usura y el lucro cesante.

También tenemos como Doctor de la Iglesia a San Agustín que incluso representantes de otras religiones como Calvino y Lutero han reconocido su gran sabiduría y lo han estudiado.

¿Acaso consideras que sabes más que los grandes doctores de la Iglesia que han estudiado el tema con inteligencia, oración y dedicación por muchos años? Si tu respuesta es afirmativa te pediría que trataras de ser más humilde. No te pido que seas un descerebrado que no debe indagar sobre las dudas.

No es malo tener dudas. Muchísimos santos tuvieron dudas y todas las fueron aclarando a través de la instrucción, la oración y pidiendo luces a nuestro Señor. San Agustín no entendía la Santísima Trinidad, Santa Teresa no lograba interpretar ciertos pasajes de la Biblia, otros santos se cuestionaban otros temas pero todos se instruyeron metódicamente. No sacaron conclusiones poco meditadas.

Repito: no es malo tener dudas. Pero trata de instruirte sobre la opinión de la Iglesia y no te apresures a sacar conclusiones sin tener una base sólida y bien fundamentada en Cristo. Tampoco trates de tener una religión a tu medida, que se amolde al estilo de vida que tu deseas y que justifique tus errores.


Con todo y esto, los santos doctores de la Iglesia no inventaron la Confesión. Lo que ellos hicieron es ayudar a interpretar temas que generaron dudas. Como ya se dijo la Confesión fue instituida por Jesucristo y aparece en la Biblia.

No es un invento de los curas, aparece en la Biblia:
Aparece en el Evangelio según San Juan (20,22) donde dice Jesucristo: “Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonen los pecados les quedan perdonados y a quienes se los retengan les quedan retenidos“.

También en el Evangelio según San Mateo (16,19) en la que Cristo hablando con Pedro le dice: “lo que ates en la Tierra quedará atado en los Cielos y lo que desates en la Tierra quedará desatado en los Cielos”.

Lo repite en Mateo 18,18.

Por eso cuando un Sacerdote te absuelve los pecados en nombre de Dios esos pecados son borrados tanto en la Tierra como en el Cielo, igualmente cuando un Sacerdote le retiene los pecados a uno que no hizo una buena confesión o que no da muestras de arrepentimiento, esos pecados no quedan borrados ni en la Tierra ni en el Cielo.

Importancia de la Confesión:
Es importante confesarse porque de esta manera nos ponemos en paz con Dios. Dios quiere nuestro arrepentimiento. Las ventajas de una confesión son una conciencia tranquila. Cuando uno se confiesa siente que se ha quitado un gran peso de encima.

Solo habiéndose confesado es que puede recibirse el Cuerpo de Cristo en la Eucarística. No se debe recibir la hostia estando en pecado porque sería tragarse su propia condena. Y así lo enseña la Iglesia.

Es conveniente que hagas una buena confesión porque es un Sacramento. Si a conciencia se realiza mal un Sacramento se está cometiendo un pecado gravísimo llamado Sacrilegio.

Algo muy importante de la Confesión es que una persona en estado de gracia (osea sin pecado grave) le es más fácil vencer las tentaciones.

Para confesarse bien:
Los pasos para confesarse bien son los siguientes:
1- Examen de Conciencia
2- Dolor de los Pecados
3- Propósito de la enmienda
4- Decir los pecados al Confesor
5- Penitencia

En el Examen de Conciencia se debe llamar al Espíritu Santo para que nos ayude a recordar todos los pecados que hemos cometido desde la última confesión.

El Dolor de los Pecados es arrepentirse de haber ofendido al buen Dios, el no haber sido fiel a sus mandamientos, a haberle desobedecido.

El propósito de la enmienda es el que hacemos la intensión de no cometer más pecados y por lo tanto debemos tomar medidas para no recaer. La prudencia es un arma muy buena aquí. No se debe acercar a la tentación.

A la tentación se le vence huyendo de ella. Es la única guerra donde triunfan los cobardes porque huyendo es como se le vence. Como lo dice un gran Santo: “enfrentarse a una tentación y salir airoso es mayor milagro que revivir un muerto”

Confesarse o decir los pecados al confesor es llegarse hasta donde esté un Sacerdote y pedirle que le confiese. El no revelará nunca lo que escucha aún cuando se lo pidiera el Papa en persona. Ninguna ley tampoco puede obligarle a eso. La única manera de que un Sacerdote revele un secreto es con autorización de la misma persona que se confiesa y eso ocurre solo en casos muy especiales.

La Penitencia es una pequeña obra que manda hacer el Sacerdote. Es a discreción del confesor. A veces manda una pequeña oración.

Da vergüenza Confesarse
A la mayoría le pasa que le da vergüenza confesar sus pecados y esto es normal, pero el no confesarse es tal vez el peor de los errores que una persona puede cometer. Piensen que si no se confiesan no quedan perdonados los pecados y ya saben ustedes cual es la pena por eso. No hay nada peor que caer en el infierno.

La vergüenza que da confesarse es algo por lo que hay que pasar y créanme que el Sacerdote está acostumbrado a oír cualquier cantidad de barbaridades y no se va a asombrar de nada que le digamos. A parte de que su función no es juzgarnos, el tiene el deber es de confesarnos y puede que nos de algunos consejos y orientaciones pero no va a juzgarnos.

El Secreto de Confesión:
Aquí les narro varios ejemplos acerca del secreto de confesión tomados de casos reales:

1) Una vez un sacerdote que confesó a un guerrillero fue solicitado por las autoridades para que contara lo que le había confesado aquel guerrillero. El sacerdote explica que eso no puede hacerlo y las autoridades recurren a la tortura y el sacerdote no suelta ni una sola palabra.

En eso las autoridades que realizaban su interrogatorio en una oficina le advirtieron al Padre: “Ahora si nos vas a decir todo porque te vamos a inyectar el suero de la verdad”. En lo que los interrogadores salieron de la oficina a buscar la inyectadora, el Sacerdote registró en todo el lugar hasta que encontró una hojilla y con la misma se cortó la lengua para no tener que faltar al secreto de confesión.

2) Otro caso fue el de un Sacerdote de un pueblo donde habitaba una señora que se había enamorado perdidamente de él y quería incitarlo a tener relaciones sexuales con ella. Como el Padre no accediera ella ideó un plan funesto.

Un día pidió al Sacerdote que la confesara y cuando comenzó la confesión ella le dijo que deseaba acostarse con el Padre y que si no accedía inventaría que el Padre la iba a violar y el Sacerdote no podría el defenderse porque se lo estaba diciendo en plena confesión.

Aún así el padre no accedió y la mujer quitándose la blusa empezó a gritar y cuando llegó la familia decidieron llamar a la policía a quienes el Padre solo dijo que no la estaba violando pero no pudo explicar que ese era el plan de la Señora porque lo había escuchado en una confesión.

Cuando el Obispo pidió ver al Sacerdote le preguntó los detalles sin saber que todo esto había ocurrido en una confesión. El sacerdote no pudo revelar nada y fue castigado enviándolo a un país lejano de África.

Transcurrieron muchísimos años y la mujer ya anciana en su trance de muerte se confesó y contó la maldad que había hecho con aquel Sacerdote y autorizó que se divulgara esa confesión.

El Obispo que había enviado al Sacerdote al África ya había muerto. El nuevo Obispo mandó a buscar al sacerdote al África y cuando lo encontraron ya muy envejecido lo trajeron de regreso y lo presentaron ante el Obispo quien arrodillándose ante el Sacerdote le besó los pies y le dijo: “Tú eres mártir de la Confesión”, y de esa manera quedó reivindicado.

Conclusiones y Exhortación
La Confesión es un Sacramento
La Confesión la creó el mismo Jesucristo
Debemos confesarnos con frecuencia
La Iglesia manda por lo menos una vez al año pero es recomendable hacerlo mucho más a menudo.

La Confesión debe hacerse con un Sacerdote, ninguna otra es válida.

No debe comulgarse sin haber hecho antes una buena confesión porque cuando comulgamos estamos recibiendo el cuerpo de Cristo y eso no puede hacerse con un corazón impuro. Hay una presencia real de Cristo en la Hostia, no es una simbología.

La vergüenza que da confesarse no debe ser la causa de nuestra condenación.

Hermano mío no lo pienses más. Has los 5 pasos para confesarse bien y ve y confiésate. Repara el daño que hayas hecho. Y si vuelves a caer revísate en que fallaste, arrepiéntete y vuelve a confesarte. Llegará un momento que tus caídas se distanciarán.

Recuerda que Cristo dijo: “Sed Santos como su Padre Celestial es Santo”. Y nadie llega a la Santidad sino cumple los mandamientos, hazlo así hermano mío que el buen Dios te lo premiará.



Al terminar de confesarte dice lo siguiente : Padre me acuso de todos mis pecados olvidados, mal confesados e ignorados .


Diapo

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