miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sin María no hay Jesús.

Diario vivir



Sin María no hay Jesús. 
En los días de nuestro diario vivir no olvidemos de invocar a María, nuestra Madre, porque sin María no hay Jesús.
La Virgen quiere estar con nosotros en el día a día, y quiere solucionarnos todos los problemas. Sí, TODOS los problemas. Y si no creemos en ello, entonces hagamos la prueba de comenzar a rezarle el Rosario todos los días, y a invocarla durante el día, llamarla en nuestro auxilio y entretenernos conversando con Ella, y entonces veremos los grandes milagros en nosotros y en las vidas de quienes amamos.
Sin María no hay Jesús, porque sin Madre no hay Hijo. Y si María nos trae a Jesús, ¿qué nos puede faltar con Jesús en nuestro hogar? No nos puede faltar nada, porque donde están Jesús y María, está el Paraíso y todos los tesoros de la gracia.
Invoquemos a la Virgen, porque una madre nunca es tan feliz como cuando puede socorrer a sus hijos, ayudarlos, consolarlos, cuidarlos y amarlos.
Si María habita en nuestra casa –y habitará si en esa casa la invocamos y le rezamos el Rosario, o al menos las tres avemarías diarias-, entonces ese hogar, nuestro hogar, será un hogar feliz, al que no le faltará absolutamente nada, y en donde reinará la paz y la concordia, el amor y la misericordia.
Recémosle a María, llamémosla como un niño asustado, porque Ella es feliz cuando sus hijos la invocan y acude presurosa al auxilio de sus amados.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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