viernes, 14 de noviembre de 2014

Jesús viene a salvarnos

Mensaje espiritual 

Otro año en que nos acercamos a la fiesta de Navidad, y entre ruidos y regalos a veces nos olvidamos de la importancia de este acontecimiento. Porque no es solo un hecho pasado, pues Jesucristo, como Dios que es, está fuera del tiempo y misteriosamente volverá a nacer este 25 de diciembre.
¿Y para qué nace Jesús? Para salvarnos muriendo por nosotros en la Cruz.
Una vez pregunté a una religiosa por qué Jesús era el Salvador y por qué yo necesitaba de Jesucristo para salvarme, por qué no me podía salvar yo solo, sin necesidad de Jesucristo, si yo era bueno y hacía todo bien. Esa religiosa no supo qué responderme. Y muchos están también en esta ignorancia. Por eso vamos a tratar de dar luz sobre este tema de capital importancia.
Resulta que si Jesucristo no hubiera venido a morir por nosotros, estaríamos todos destinados al Infierno eterno. ¿Por qué? Por lo siguiente:
Dios es el Ser infinito, Perfecto, es la misma Bondad, el Amor, es el Todo, es el Ser de dignidad infinita. Pues bien, cuando Adán y Eva cometen el primer pecado, ofenden a Dios. Pero pensemos un momento en esto. Si un hombre insulta a otro hombre cualquiera es algo que está mal y merece castigo; pero si ese mismo hombre dirige ese mismo insulto a su propia madre, es algo que está peor y merece un castigo más grande; y si ese hombre insulta al mismo Dios, está ofendiendo al Ser de dignidad infinita y merece un castigo infinito. Entonces el pecado de Adán y Eva, que fue más que un insulto a Dios, merecía un castigo infinito, y no solo para ellos, sino también para toda su descendencia, que somos nosotros, pues el pecado de origen se transmite de los padres a los hijos.
Entonces el hombre, que merecía un castigo infinito, no podía pagar con nada dicha deuda, pues el hombre es un ser limitado y vive  a lo sumo un poco más de cien años, y por más que haga cualquier cosa en su vida, será todo limitado e imperfecto y no podrá saldar esa deuda infinita con la Justicia divina. El hombre estaba destinado al Infierno. Aclaremos de paso que el Infierno es eterno porque el hombre no puede soportar un castigo infinito en sí mismo, por ser una criatura limitada, entonces lo infinito del castigo se reemplaza por una pena terrible pero limitada y que dura para siempre, eternamente. Eso es el Infierno al que estábamos todos destinados.
Pero Dios no quiso dejar al hombre en esta situación porque lo ama mucho. Y entonces envió a su propio Hijo, Jesucristo, que es Dios y hombre a la vez. Por ser Dios es infinito, y por ser hombre es uno de los nuestros. Entonces Él, que es infinito, pagó con sus sufrimientos y muerte la deuda contraída por todos los hombres. El castigo infinito que merecían todos los hombres, fue pagado por el sufrimiento infinito del Hijo de Dios que es infinito por ser Dios. Por eso sin Jesucristo no hay salvación, y sólo Jesucristo es el Salvador y a Quien debemos acudir para ser justificados ante el Padre eterno.
Entonces, en esta Navidad, festejemos más conscientemente la alegría bendita del Nacimiento de nuestro Redentor y démosle gracias eternas por su amor.

No hay comentarios: