sábado, 11 de octubre de 2014

Naturaleza y objeto de la filosofía de la religión

1. Los comienzos de la filosofía de la religión

La filosofía de la religión es un tema moderno, ya que en la antigüedad o el medioevo no se reflexionaba sobre la religión, se reflexionaba sobre Dios.
La teología revelada apelaba directamente a la fe, el hombre debía acatar la escritura. La teología natural, pretendía hacer un hueco a la razón partiendo del reino de lo visible, de lo experimentable. Desde Ramón Sabunde (médico catalán del siglo XV) hasta Ch. Wolf, pasando por las cinco vías de Tomás de Aquino, la teología natural nunca se jactó de haber demostrado la existencia de Dios, se limitó a sostener la posibilidad de tal demostración.
Wolf insistió siempre en que la teología, natural para la que exigía un estatuto de autonomía desvinculada de la revelación, debía ajustarse a los principios de la razón y la experiencia. La línea de Wolf fue continuada por su discípulo más importante, A.C Baumgarten. Concibe la teología natural como un conocimiento de Dios sin ayuda de la fe. Estos hombres fueron abriendo una brecha, creando un espacio propio para la teología natural, espacio propio que, paradójicamente fue su tumba, condenándola a una muerte segura en la segunda mitad del siglo XVIII a manos de I. Kant. La censura prusiana prohibió la obra de Kant que transformaba la teología natural en filosofía de la religión, se trata de La religión dentro de los límites de la mera razón (1795). Para K Feiereis, quien ha dedicado una exhaustiva monografía (Die Umprägung der natürlichen Theologie in Religionphilosophie, Lepzig, 1965) a la transformación de la teología natural en filosofía de la religión, el creador del término fue S. Von Storchenau en 1784. A nosotros nos parece correcto concluir que, aunque el creador del término fue Storchenau, el auténtico padre de la filosofía de la religión fue Kant. Fue el quien la propuso como culminación de los estudios de los estudios de teología. El hecho de que no llegara a emplear el término carece de importancia. Es cierto que fueron hombres de poco relieve filosófico los que entre 1794 y 1798, consumaron el paso de la philosophische Religionslehere (teoría filosófica de la religión) kantiana a la filosofía de la religión. Pero se trato de un paso meramente formal. El trabajo esencial había sido realizado por el filósofo de Köninsberg. Sus discípulos (Heydenreich, Pölitz y Jacob, entre otros) fueron ocupando cátedras de filosofía de la religión y deslindando los contenidos y métodos de la nueva disciplina.

2. El giro antropológico

El universo religioso consta de dos polos, Dios y el hombre. La historia de las religiones muestra las oscilaciones de la relación. Hegel señaló que la teología natural sólo se ocupaba del primer polo que nosotros hemos señalado, en cambio la filosofía de la religión se abre al segundo polo, el hombre.
Es sabido que Kant "retrotrajo todo a la subjetividad humana buscando en el sujeto personal (yo, nos) la clave de la solución{1} ".La revolución kantiana sitúa al hombre en el centro de todo. Y el hombre, en concreto su sentimiento religioso, será el centro del pensamiento de Schleiermacher. Ni la razón, ni el pensamiento conducen a Dios. Ni la iglesia, ni los evangelios, conducen en última instancia a Dios, sino el hombre. De él parte Schleiermacher y como buen romántico, otorga primacía a la sensibilidad, a las emociones, al sentimiento. Hegel ironizó sobre esta "teología del sentimiento" pero Schleirmacher no quería conocer a Dios sino sentirlo. La esencia de la religión no era para él pensar y actuar sino sentir e intuir.

3. El descubrimiento de nuevas religiones.

Durante mucho tiempo la religión no constituía un problema. Existía el problema de Dios. Se daba por supuesto que el cristianismo era la única religión verdadera.
La filosofía de la religión tuvo que reflexionar sobre la pluralidad de las religiones descubiertas en la modernidad por viajeros, comerciantes, misioneros, etnólogos y un largo etcétera.
Se presentaban problemas abrumadores para la filosofía de la religión ¿eran todas verdaderas? ¿Había alguna religión superior a las otras? Hegel afirmaba que el cristianismo era la religión absoluta porque era la religión de la libertad y del espíritu, pero no se incurriría así en la "tiranía del único anillo"(Lessing)

4. La quiebra del pensamiento dogmático

El nacimiento de la filosofía de la religión fue posible porque en el proceso que venimos narrando, muchos absolutos saltaron hechos añicos. La Filosofía de la religión sólo encontró su espacio cuando Europa se liberó de la asfixiante tutela religiosa en la que vivía. Toda la convulsión que supuso el descubrimiento de nuevas religiones en el Renacimiento, de nuevas zonas geográficas, hizo que el viejo mundo se resquebrajara, subiendo aún más de tono con la Reforma. Es difícil imaginar la sacudida y alteración de esquemas que la irrupción del protestantismo supuso para la Europa cristiana. Lutero sacudió dogmas, autoridades y tradiciones. Europa conoció guerras de religión que la devastaron, la Iglesia creó una inquisición que prendió fuego a pensadores y disidentes.
Sólo en aguas tan agitadas pudo nacer la filosofía de la religión. Lutero había dividido a la Iglesia y una iglesia dividida era una iglesia desmitificada en la que cabían diferentes interpretaciones de Dios. Partiendo de este hecho, importantes sectores de la modernidad pasarán a no tener "ninguna" concepción de dios y profesarán abiertamente el ateísmo.

5. El concepto de filosofía de la religión.

La filosofía de la religión no puede ahorrarse lo que Hegel llama el "esfuerzo conceptual". Es una empresa eminentemente teórica. Según él, la función de esta disciplina no consiste en hacer a los hombres religiosos, ateos o agnósticos, sino hacerlos lúcidos. La filosofía de la religión como cualquier otra filosofía, tiene grandes obligaciones contraídas con el verbo ser, no basta con describir como funciona la religión, ni para que sirve. Es necesario intentar la definición sustantiva, la que se pregunta por el ser de la religión. Esta pregunta está de antemano condenada al fracaso si se renuncia a la ayuda que le viene de las ciencias de la religión:
Fenomenología del hecho religioso: Comprensión del hecho religioso en la variedad de sus manifestaciones. Aproximación aséptica, descriptiva (Mircea Eliade)
La Sociología de la Religión: El filósofo no puede definir la religión ignorando que es un producto social que configura las prácticas y creencias de sus fieles (Weber, Durkheim)
La Psicología de la Religión: Pone de manifiesto que el ímpetu religioso del hombre, cuando se da, puede deberse a infinidad de factores: asombro, miedo, indefensión, deseos insatisfechos, etc. (Freud).
La Historia de las religiones: Quien solamente conoce una configuración del hecho religioso difícilmente podrá filosofar sobre él.
Pero admitidas todas estas valiosas ayudas sigue pendiente nuestra tarea: lograr una definición sustantiva de la filosofía de la religión.
El teólogo P. Tillich es muy contundente al respecto. El objeto de la filosofía de la religión -escribe- es la religión, pero la religión se resiste a ser objeto de la filosofía{2} . En la misma línea se expresa W. Trillhaas{3} . La experiencia religiosa fue descrita por R. Otto como "tremenda y fascinante". Tremenda porque roza lo terrible, fascinante porque se adentra en lo extático y arrebatador.
Fueron los místicos los que supieron de todo esto, no los filósofos. No son los hombres, los que acceden a Dios, sino Dios, que desciende hacia nosotros. Parecía necesario recordar esa versión fuerte de religión. Sus protagonistas, místicos y teólogos, no necesitan los servicios de la filosofía, pero la filosofía si los necesita a ellos. Con todo, la filosofía de la religión, no puede partir de la sublime experiencia de un místico, su punto de partida será la aldea, es decir, la normalidad. Podemos atenernos a la definición de J. Martín Velasco:
"Un hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la Historia" {4} .
A este concepto de religión suelen atenerse los proyectos de filosofía de la religión existentes. Por encima de notables diferencias hay algo que los une: Todos insisten en que la filosofía de la religión es filosofía. Sus primeros cultivadores (Hume, Kant, Hegel) fueron filósofos. Para determinar en que sentido sea filosofía es conveniente asomarse a algunas definiciones de esta disciplina.
En 1982 publicó L. Kolakowski un libro{5} en el que aparecen los grandes temas de la teología natural, la teología revelada, de la filosofía de la religión y de las ciencias de la religión: trata de teodicea, del Dios de los filósofos, del Dios de los místicos, de lo santo y de la muerte, de lo inefable, del lenguaje y del tabú.
Parece desprenderse que la filosofía de la religión se caracteriza más por un estilo que por un temario. Aunque Kolakowski no ofrece ninguna definición de filosofía de la religión, distingue entre la tradición alemana y la anglosajona. Para la primera, la filosofía de la religión es parte constitutiva de la filosofía de la historia. En cambio la filosofía analítica procede de forma empírica, intentando probar racionalmente sus contenidos. Kolakowski, propone llevar a cabo una síntesis con lo mejor de ambas tradiciones.
B. Welte{6} , conocido filósofo católico, amigo de M. Heidegger, publicó suFilosofía de la religión, 1982, por las mismas fechas que la de Kolakowski. En ella se afirma:
"La filosofía de la religión es un pensar filosófico que versa sobre al religión y por tanto, pone todo su empeño en esclarecer intelectualmente la esencia y la forma de ser de esta. La filosofía de la religión aborda la pregunta: ¿Qué es la esencia de la religión?"
Sin embargo Welte, coloca a Dios como centro de su reflexión en lugar de a la religión y dando más importancia al culto y a la oración que a la filosofía, al estilo de Unamuno.
"Un miserere, cantando en común por una muchedumbre, azotada del destino, vale tanto como una filosofía" {7}
Uno de los hombres que han presionado a la filosofía de la religión para que, de una forma crítica y abierta encarne los viejos temas ha sido E. Bloch. Su gran obsesión fue el "mal metafísico", el que no cabe a tribuir a los hombres, al orden social capitalista. Su expresión máxima es la muerte, a la que Bloch llama hacha de la nada, devoradora de toda teología. A Bloch le parecía absurdo que el hombre acabe igual que el ganado.
Algo desmedidas parecen las expectativas con las que W. Dupré{8} se acerca a esta disciplina. Por supuesto, le encomienda al estudio de los temas que afectan al sentido de la vida: pero además, le pide que haga horas extras , y profundice en los siguientes temas: su relación con la metafísica; el concepto de experiencia religiosa; lo religioso y su simbólica; la relevancia cultural del mito y el símbolo; el problema de Dios, el significado de la aparición y ocaso de las religiones; el lugar de la conciencia religiosa y de la teología en el mundo del espíritu; la relación entre ciencias de la religión y filosofía de la religión; el influjo de la religión sobre las ideologías y las cosmovisiones; la religión en el entramado de la ética, la política y la economía; la importancia de la religión para la verdad de la existencia humana.
Esta generosa asignación de funciones denota que la filosofía de la religión dista mucho de ser un campo unificado de temas, métodos y resultados, predominando una desconcertante pluralidad (p. e. no hemos hablado de los ingentes desarrollos analíticos del lenguaje religioso, en seguimiento del segundo Wittgenstein).

En conclusión:

La filosofía de la religión es una disciplina joven que busca aún su identidad, sin embargo, ocurra lo que ocurra, mantendrá dos características:
1. La amplitud temática.
2. La filosofía de la religión es una reflexión crítica, abierta rigurosa y no confesional sobre los temas relacionados con la religión. Pensamos que es asumible el catálogo de tareas confeccionadas por Dupré.

Notas
{1} Gómez Caffarena, El deísmo moral de Kant
{2} P. Tillich, Filosofía de la Religión, Buenos Aires, 1973
{3} "La religión solo empieza allí donde termina la filosofía de la religión" Trillhaas, Religionphilosophie, Berlín, 1972.
{4} Velasco, J. Martín; Introducción a la fenomenología de la religión
{5} Kolakowski, L. Si Dios no existe..., Tecnos, Madrid, 1985
{6} Además de recalcitrante teólogo, según Manuel Fraijó.
{7} Unamuno, M. Del Sentimiento trágico de la vida, Madrid 1967.
{8} Dupré, Enführung in die Religionphilosophie, Atuttgart, 1985

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