viernes, 4 de octubre de 2013

Pelagia de Antioquía, Santa


Una mujer disfrazada de ermitaño, Octubre 8
 
Pelagia de Antioquía, Santa
Pelagia de Antioquía, Santa

Virgen y Eremita

Martirologio Romano: En Antioquía, de Siria, santa Pelagia, virgen, a la que san Juan Crisóstomo dedica grandes alabanzas (c. 302).

La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de esta historia, que de algún modo lleva al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira... resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia.

Pelagia, era una muy celebrada y conocida comediante en Antioquía. Corría entonces el siglo V.

Siendo muy joven, había estado con los catecúmenos, olvidándolo después.

Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.

Se cuenta que un domingo, Pelagia, por curiosidad volvió a entrar a un templo, y al oír al obispo predicar sobre el infinito tesoro de la misericordia de Dios, su corazón se conmovió. Quiso rezar pero no pudo, porque ya no recordaba cómo hacerlo. Abandonó el templo con el deseo de dejar esa vida desordenada que llevaba. Se decidió a escribir al obispo. Le decía en su carta: "Al santo discípulo de Jesús: He oído decir que tu Dios bajó del cielo a la tierra para salvación de los hombres. Él no desdeñó hablar con la mujer pecadora. Si eres su discípulo, escúchame. No me niegues el bien y el consuelo de oír tu palabra para poder hallar gracia, por tu medio, con Jesucristo, nuestro Salvador."

El obispo, creyó en la sinceridad de Pelagia. Así fue bautizada y confirmada, recibiendo la Eucaristía.
Desde ese momento, cambió su vida. Repartió entre los pobres sus joyas y bienes, liberó a sus esclavos y vistiendo una humilde túnica, dejó Antioquía.

Cerca de Jerusalén, halló una gruta, donde se decidió a morar, haciendo una vida austera, penitencia y oración. Por prudencia, ocultó su condición de mujer, y quien le preguntaba el nombre respondía que era "Pelagio". En ese tiempo, se desarrollaba el concilio de Antioquía y un diácono del obispo queriendo ir a Jerusalén, le pidió permiso al obispo para ir allí, diciendo que quería conseguir noticias sobre un ermitaño llamado Pelagio.

Llegó a encontrar a Pelagio en su cueva, quien lo recibió y volvió luego a encerrarse a rezar. Se cuenta que cuando volvió el diácono, Pelagio, ya no respondió. Cuando entraron en la cueva, encontraron muerto al ermitaño. Al disponerse a ungirlo con mirra -como entonces se usaba-, hallaron que era una mujer.

Vinieron entonces de los monasterios mujeres que estaban en Jericó y en el Jordán y marchando con cirios y luminarias y cantado himnos, dieron sepultura al cuerpo de Pelagia. Era un 8 de octubre del año 468.

Las singulares características de esta santa nos proporcionan la oportunidad de recordar que el riguroso apartamiento de los ermitaños no es una rareza, sino el fruto de un decidido y exclusivo anhelo de buscar a Cristo.

Figuras como las de Pelagia, recordaban proféticamente a la Iglesia de su tiempo el verdadero orden de los valores, oscurecido frecuentemente por los crecientes compromisos temporales.



Santa Pelagia, virgen y mártir
fecha: 8 de octubre
fecha en el calendario anterior: 9 de junio
†: c. 302 - país: Turquía
otras formas del nombre: Felicia, Pelagius
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Antioquía, de Siria, santa Pelagia, virgen y mártir, a la que san Juan Crisóstomo dedicó grandes alabanzas.
refieren a este santo: Santa Marina o Margarita

El nombre de santa Pelagia destaca en el canon de la misa ambrosiana de Milán, y le dedicaron alabanzas san Ambrosio y san Juan Crisóstomo, además de que este último le tributó una, y posiblemente dos, de sus homilías. Pelagia era una jovencita cristiana de quince años nacida en Antioquía y discípula tal vez de san Luciano. Se hallaba sola en su casa cuando llegaron los soldados para aprehenderla, en tan gran número, que rodearon todo el sector, como si se tratase de un peligroso criminal. Algunos soldados entraron a la casa, y Pelagia, con la seguridad de que antes de darle muerte abusarían de ella, recurrió a una estratagema para salvar el honor: graciosamente pidió permiso para cambiarse de ropa y volver a ellos mejor presentada. Los soldados accedieron muy complacidos y la joven corrió escaleras arriba hasta llegar a la azotea de su casa y, desde ahí, sin el menor titubeo, se echó a la calle. Los soldados, que esperaban abajo, la mataron en el mismo lugar donde había caído. Pelagia había salvado su castidad que, evidentemente, apreciaba más que la vida. San Juan Crisóstomo afirma que la jovencita actuó inspirada por Dios, a quien llevaba en su corazón y que la exhortaba, la fortalecía y le evitaba sentir temor.

Esta es la santa Pelagia histórica cuyo nombre fue utilizado por dos biógrafos, o mejor dicho, novelistas, para fabricar sobre él un par de historias enteramente distintas e igualmente fantásticas. La conmemoración original de Pelagia ocurría -como ahora ha sido restaurado en el Martirologio Romano- el 8 de octubre; con esa fecha aparece en el breviario sirio y en el Hieronymianum. Sin embargo la celebración pasó durante siglos al 9 de junio. Quizás por compensación, porque la «memoria popular» conserva todo, aunque sea de forma confusa, el 8 de octubre comenzó a celebrarse a otra santa Pelagia, enteramente ficticia, surgida de una de esas novelas que menciona el Butler. Se la llamaba santa pelagia la penitente, y su «historia» -de una bailarina y pecadora arrepentida que se retira a la vida eremítica- no tiene relación alguna con la de la Pelagia histórica; pero la hagiografía legendaria ha tenido buen cuidado de mezclar sus historias con los sermones del Crisóstomo (que se referían al 8 de octubre), de modo que Pelagia la penitente quedó prestigiada y sobrevivió hasta la última reforma del calendario santoral.

Es una lástima que se pierda la historia de Pelagia la penitente, porque es una bonita fábula, pero el Martirologio de la Iglesia no es una colección de fábulas bonitas sino el auténtico recuerdo de quienes -con toda su vida y muchos de ellos con su muerte- nos señalan el modo de hacer completamente presente a Cristo en nuestra vida. En la iconografía tradicional los atributos de Pelagia mártir se confunden con los de Pelagia penitente, y no es raro que una imagen muestre a una mártir, pero mayor que la niña de apenas quince años de la historia, o que a la palma (mártir) se sume la calavera (penitente), o que aparezcan como accesorios de la escena instrumentos músicos (por el oficio de bailarina de la penitente). la historia de la penitente se repite en otras santas penitentes tradicionales, legendarias pero muy famosas, como santa Tais o santa Marina (que no debe confundirse con «La gran virgen santa Marina», del 20 de julio).

Las alusiones de san Ambrosio pueden verse en Migne Patrología Latina, vol. XVI, cc. 229 y 1093; el sermón del Crisóstomo en Migne Patrología Griega, vol. I, cc 579-585. Hay una segunda homilía atribuida al Crisóstomo sobre el mismo tema de santa Pelagia, pero no hay acuerdo sobre su autenticidad. Delehaye en Légendes Hagiographiques (ed. 1927), pp. 186-195, discute la cuestión de la leyenda de Pelagia la penitente. El texto de las actas imaginarias se encontrará en Acta Sanctorum, oct., vol. IV. En el Butler-Guinea, vol IV, México, 1965, págs. 63-64, se encuentra un resumen de la leyenda y más detalles bibliográficos. este artículo se basa en los dos del Butler, el de la santa histórica (que se encuentra n el tomo II, 9 de junio) y en el de la novelada, del 8 de octubre.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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