martes, 13 de agosto de 2013

Maximiliano Kolbe, Santo

Presbítero y Mártir, 14 de agosto

Maximiliano Kolbe, Santo
Maximiliano Kolbe, Santo

"No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos"
(Jn 15, 13).

Martirologio Romano: Memoria de san Maximiliano María (Raimundo) Kolbe, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que fue fundador de la Milicia de María Inmaculada. Deportado a diversos lugares de cautiverio, finalmente, en el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, se ofreció a los verdugos para salvar a otro cautivo, considerando su ofrecimiento como un holocausto de caridad y un ejemplo de fidelidad para con Dios y los hombres (1941).
Maximiliano María Kolbe nació en Polonia el 8 de enero de 1894 en la ciudad de Zdunska Wola, que en ese entonces se hallaba ocupada por Rusia. Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial.

A los 13 años ingresó en el Seminario de los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov, la cual a su vez estaba ocupada por Austria. Fue en el seminario donde adoptó el nombre de Maximiliano. Finaliza sus estudios en Roma y en 1918 es ordenado sacerdote.

Devoto de la Inmaculada Concepción, pensaba que la Iglesia debía ser militante en su colaboración con la Gracia divina para el avance de la fe católica. Movido por esta devoción y convicción, funda en 1917 un movimiento llamado "La Milicia de la Inmaculada" cuyos miembros se consagrarían a la bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los medios moralmente válidos, por la construcción del Reino de Dios en todo el mundo. En palabras del propio San Maximiliano, el movimiento tendría: "una visión global de la vida católica bajo una nueva forma, que consiste en la unión con la Inmaculada."

Verdadero apóstol moderno, inicia la publicación de la revista mensual "Caballero de la Inmaculada", orientada a promover el conocimiento, el amor y el servicio a la Virgen María en la tarea de convertir almas para Cristo. Con una tirada de 500 ejemplares en 1922, en 1939 alcanzaría cerca del millón de ejemplares.

En 1929 funda la primera "Ciudad de la Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów a 40 kilómetros de Varsovia, que con el paso del tiempo se convertiría en una ciudad consagrada a la Virgen y, en palabras de San Maximiliano, dedicada a "conquistar todo el mundo, todas las almas, para Cristo, para la Inmaculada, usando todos los medios lícitos, todos los descubrimientos tecnológicos, especialmente en el ámbito de las comunicaciones."

En 1931, después de que el Papa solicitara misioneros, se ofrece como voluntario y viaja a Japón en donde funda una nueva ciudad de la Inmaculada ("Mugenzai No Sono") y publica la revista "Caballero de la Inmaculada" en japonés ("Seibo No Kishi").

En 1936 regresa a Polonia como director espiritual de Niepokalanów, y tres años más tarde, en plena Guerra Mundial, es apresado junto con otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Es liberado poco tiempo después, precisamente el día consagrado a la Inmaculada Concepción. Es hecho prisionero nuevamente en febrero de 1941 y enviado a la prisión de Pawiak, para ser después transferido al campo de concentración de Auschwitz, en donde a pesar de las terribles condiciones de vida prosiguió su ministerio.

En Auschwitz, el régimen nazi buscaba despojar a los prisioneros de toda huella de personalidad tratándolos de manera inhumana e inpersonal, como un simple número: a San Maximiliano le asignaron el 16670. A pesar de todo, durante su estancia en el campo nunca le abandonaron su generosidad y su preocupación por los demás, así como su deseo de mantener la dignidad de sus compañeros.

La noche del 3 de agosto de 1941, un prisionero de la misma sección a la que estaba asignado San Maximiliano escapa; en represalia, el comandante del campo ordena escoger a diez prisioneros al hazar para ser ejecutados. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos.

San Maximiliano, que no se encontraba entre los diez prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio, y San Maximiliano es condenado a morir de hambre junto con los otros nueve prisioneros. Diez días después de su condena y al encontrarlo todavía vivo, los nazis le administran una inyección letal el 14 de agosto de 1941.

Es así como San Maximiliano María Kolbe, en medio de la más terrible adversidad, dio testimonio y ejemplo de dignidad. En 1973 Pablo VI lo beatifica y en 1982 Juan Pablo II lo canoniza como Mártir de la Caridad. Juan Pablo II comenta la influencia que tuvo San Maximiliano en su vocación sacerdotal: "Surge aquí otra singular e importante dimensión de mi vocación. Los años de la ocupación alemana en Occidente y de la soviética en Oriente supusieron un enorme número de detenciones y deportaciones de sacerdotes polacos hacia los campos de concentración. Sólo en Dachau fueron internados casi tres mil. Hubo otros campos, como por ejemplo el de Auschwitz, donde ofreció la vida por Cristo el primer sacerdote canonizado después de la guerra, San Maximiliano María Kolbe, el franciscano de Niepokalanów." (Don y Misterio).

San Maximiliano nos legó su concepción de la Iglesia militante y en febril actividad para la construcción del Reino de Dios. Actualmente siguen vivas obras inspiradas por él, tales como: los institutos religiosos de los frailes franciscanos de la Inmaculada, las hermanas franciscanas de la Inmaculada, así como otros movimientos consagrados a la Inmaculada Concepción. Pero sobretodo, San Maximiliano nos legó un maravilloso ejemplo de amor por Dios y por los demás.

Con motivo de los veinte años de la canonización del padre Maximiliano Kolbe (10 de octubre de 1982), los Frailes Menores Conventuales de Polonia abrieron el archivo de Niepokalanow (Ciudad de la Inmaculada, a 50 kilómetros de Varsovia), construido por el mismo mártir de Auschwitz. Entre los manuscritos del santo, destaca la última carta que escribió y que acaba con besos a su madre. Una carta que refleja una ternura que no aparecía en otros escritos, y que hace pensar que el sacrificio con el que ofreció la vida voluntariamente en sustitución de un condenado a muerte fue algo que maduró a lo largo de su vida. Este es el texto del escrito: «Querida madre, hacia finales de mayo llegué junto con un convoy ferroviario al campo de concentración de Auschwitz. En cuanto a mí, todo va bien, querida madre. Puedes estar tranquila por mí y por mi salud, porque el buen Dios está en todas partes y piensa con gran amor en todos y en todo. Será mejor que no me escribas antes de que yo te mande otra carta porque no sé cuánto tiempo estaré aquí. Con cordiales saludos y besos, Raimundo Kolbe».

Juan Pablo II, un año después de su elección, en Auschwitz, dijo: «Maximiliano Kobe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida». La expresión remite a unas palabras escritas por el padre Kolbe unas semanas antes de que los nazis invadieran Polonia (1 de septiembre de 1939): «Sufrir, trabajar y morir como caballeros, no con una muerte normal sino, por ejemplo, con una bala en la cabeza, sellando nuestro amor a la Inmaculada, derramando como auténtico caballero la propia sangre hasta la última gota, para apresurar la conquista del mundo entero para Ella. No conozco nada más sublime».

Los radioaficionados lo consideran su santo patrón, ya que San Maximiliano durante 30 años estuvo activo con el indicativo SP3RN.

Escucha la fascinante historia de san Maximiliano Kolbe, "héroe personal" de Juan Pablo II y cuya fiesta se celebra hoy, 14 de agosto aquí. Mauricio I. Pérez

Maximiliano Kolbe

   
San Maximiliano Kolbe
Maksymilian Maria Kolbe (sculpture).jpg
Escultura de san Maximiliano María Kolbe en la Iglesia de San José en Muszyna (Polonia)
Religioso mártir
NombreRajmund Kolbe
Nacimiento8 de enero de 1894
Zdunska Wola Merchant ensign of Vistula ships of Congress Poland.svg Reino de Polonia
Fallecimiento14 de agosto de 1941 (47 años)
Auschwitz, campo de concentración de la Bandera de Alemania nazi Alemania Nazi
Venerado enIglesia Católica
Beatificación17 de octubre de 1971 (por Pablo VI)
Canonización10 de octubre de 1982 (por Juan Pablo II)
Festividad14 de agosto
Atributoscon traje de recluso de campo de concentración.
Patronazgosiglo XX, drogadicción, familias, radioaficionados

Vitral que muestra a san Maximiliano en la iglesia franciscana de Szombathely (Hungría); fotografía de 2007

Monumento a san Maximiliano Kolbe en Chrzanów, Polonia.
San Maximiliano María Kolbe (Zduńska Wola, 8 de enero de 1894 - Auschwitz, 14 de agosto de 1941) fue un fraile franciscano conventual polaco asesinado por los nazis en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Fue un gran propagador de la devoción al Inmaculado Corazón de María y un acérrimo combatiente contra el modernismo y los peligros que acechaban a la Iglesia en el siglo XX.

 

Biografía

Su infancia

Nació el 8 de enero de 1894, en Zduńska Wola, en esas fechas parte del Zarato de Polonia, reino sometido al Imperio ruso, y fue bautizado con el nombre de Rajmund (en castellano: Raimundo). Fue el segundo hijo de Julius Kolbe (de origen alemán) y María Dabrowska (de origen polaco). Tuvo cuatro hermanos: Francis, Joseph, Walenty (que vivió un año) y Andrew (que vivió hasta los cuatro años de edad). Sus padres se trasladaron a Pabianice (Polonia) por motivos laborales .

Sus obras

Un domingo en una homilía oyó decir al predicador que los padres franciscanos iban a abrir un seminario, en 1910 fue aceptado como fraile. Le cambiaron el nombre, de Raimundo a Maximiliano María.
En 1915 obtuvo en la Universidad de Roma el doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en teología. De su estancia en Roma quedó fuertemente impresionado por las manifestaciones públicas masónicas. En ellas se atacaba duramente a la Iglesia católica y al papa, y según interpretó, se hacía apología satánica.[1]
Ante el impacto que le causan estos hechos escribe:
¿Es posible que nuestros enemigos trabajen tanto hasta prevalecer, y nosotros permanezcamos ociosos o al máximo rezando pero sin entrar en acción? ¿Acaso no tenemos armas más poderosas, la protección de la Inmaculada? La sin mancha, vencedora de todas las herejías, vencerá al enemigo que levanta la cerviz.
Así que dedicó su vida a promover la veneración a la Virgen y en especial a su Inmaculado Corazón. En 1918 fue ordenado sacerdote, mas un año antes, fundó con otros seis hermanos franciscanos conventuales el movimiento MI (Milicia de la Inmaculada).[1]
En 1927 fundó en Polonia a 40 km de Varsovia, la Ciudad de la Inmaculada (Niepokalanów), un lugar que alojaba una organización que tuvo mucho éxito y expansión como podemos observar en una descripción de la época:
Una extensa área libre para la construcción de una gran basílica de la Inmaculada. Un complejo editorial [que comprendía]: la redacción, la biblioteca, la tipoteca, el taller de los linotipistas, la cincografía con los laboratorios fotográficos, las tipografías [...] y además las distintas secciones de la encuadernación, de los almacenes y de los envíos. El ala izquierda [...] incluía, en diferentes edificios, la capilla, las dependencias de los religiosos, el postulantado, el noviciado, la dirección general, la enfermería y, a cierta distancia, la gran central eléctrica. Además, distribuidos por todas partes, los talleres de los herreros y de los mecánicos, los talleres de los carpinteros, de los zapateros, de los sastres, así como los depósitos de los albañiles y las grandes cocheras para el cuerpo de bomberos. Pero todavía no hemos terminado: además había un parque de maquinaria, una pequeña estación ferroviaria, con vía de empalme con la vía pública y estatal; incluso estaba previsto un aeródromo con cuatro aviones sin motor y un proyecto de estación de radiotransmisión. Por todas partes había gruesos troncos de árboles, depósitos de madera, tubos y toda clase de materiales de construcción.
Más tarde, como misionero en Japón, creó otra institución semejante. Fundó dos periódicos, El Caballero de la Inmaculada y El Pequeño Diario. Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó a Japón, donde empezó a editar hasta ocho revistas católicas. La de mayor distribución fue El Caballero de la Inmaculada, que pronto llegó a tener 15.000 ejemplares, llegando en su mejor época a vender casi un millón de ejemplares.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis invadieron Polonia y bombardearon la Ciudad de la Inmaculada, llevándose prisionero al padre Maximiliano y a todos sus colaboradores. Él había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista El Caballero de la Inmaculada. Todo se lo destruyó la guerra. Fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde se le adjudicó el número 16.670.

Sus últimos días

A fines de julio de 1941 se fugó un preso del campo de concentración de Auschwitz. El sargento polaco Franciszek Gajowniczek, de 40 años de edad, uno de los prisioneros, narró así su experiencia de aquel verano de 1941:
Yo era un veterano en el campo de Auschwitz; tenía en mi brazo tatuado el número de inscripción: 5659. Una noche, al pasar los guardianes lista, uno de nuestros compañeros no respondió cuando leyeron su nombre. Se dio al punto la alarma: los oficiales del campo desplegaron todos los dispositivos de seguridad; salieron patrullas por los alrededores. Aquella noche nos fuimos angustiados a nuestros barracones. Los dos mil internados en nuestro pabellón sabíamos que nuestra alternativa era bien trágica; si no lograban dar con el escapado, acabarían con diez de nosotros. A la mañana siguiente nos hicieron formar a todos los dos mil y nos tuvieron en posición de firmes desde las primeras horas hasta el mediodía. Nuestros cuerpos estaban debilitados al máximo por el trabajo y la escasísima alimentación. Muchos del grupo caían exánimes bajo aquel sol implacable. Hacia las tres nos dieron algo de comer y volvimos a la posición de firmes hasta la noche. El coronel Karl Fritzsch volvió a pasar lista y anunció que diez de nosotros seríamos ajusticiados.
Franciszek Gajowniczek[2]
A la mañana siguiente, Gajowniczek fue uno de los diez elegidos por el coronel de las SS (nazismo) Karl Fritzsch para ser ajusticiados en represalia por el escapado. Cuando Franciszek salió de su fila, después de haber sido señalado por el coronel, musitó estas palabras: «Pobre esposa mía; pobres hijos míos».[3] El padre Maximiliano estaba cerca y lo oyó. Enseguida, dio un paso adelante y le dijo al coronel: «Soy un sacerdote católico polaco, estoy ya viejo. Querría ocupar el puesto de ese hombre que tiene esposa e hijos».[4] El oficial nazi, aunque irritado, finalmente aceptó su ofrecimiento y Maximiliano Kolbe, que tenía entonces 47 años, fue puesto, junto con otros nueve prisioneros, en ayuno obligado para que muriera. Los diez condenados fueron recluidos en una celda subterránea el 31 de julio de 1941.
Pero como —tras padecer tres semanas de hambre extrema— el 14 de agosto de 1941 aún sobrevivía junto a otros tres condenados y los oficiales a cargo del campo querían dar otro destino a la celda, Kolbe y sus tres compañeros de celda fueron asesinados administrándoles una inyección de fenol. Los cuerpos fueron incinerados en el crematorio del campo.[5] [6] Incluso en prisión y también en la celda de hambre, celebró, mientras pudo, todos los días la Santa Misa, distribuyendo la Comunión a otros prisioneros: el pan dado a los prisioneros era ácimo (sin levadura), podía ser utilizado para la Eucaristía; guardianes que simpatizaban con él le hacían llegar el vino.
En agosto de 1945, en el final de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Nagasaki, donde Kolbe tenía una de sus imprentas, fue destruida por la bomba atómica. Todos los trabajadores fallecieron más tarde, pero la imprenta quedó incólume.
El papa Pablo VI lo declaró beato en 1971; a la fiesta asistió Franciszek Gajowniczek (de 70 años), el hombre por el cual Kolbe había ofrendado su propia vida treinta años antes. El 10 de octubre de 1982, el papa Juan Pablo II canonizó a éste ante una multitud de polacos. Posteriormente fue nombrado patrón de los radioaficionados a petición de los radioaficionados polacos.

Su legado


Iglesia de san Maximiliano Kolbe en el distrito Rubinkowo (Toruń, Polonia)
San Maximiliano Kolbe ha inspirado a muchos a vivir lo que algunos han llamado «la locura del amor». Con su nombre se bautizó la denominada «Operación Kolbe», una iniciativa ecuménica de relevo de personas secuestradas en Colombia, país en el que en 2011 permanecían cautivas más de cuatro mil personas. El propósito de esta operación era reunir voluntarios que se ofrecieran como relevo, para que cada uno de ellos tomara, eventualmente, el lugar de una persona secuestrada. Sus integrantes, varios cientos, están dispuestos, en forma libre, autónoma y anónima, a asumir el cautiverio a cambio de la libertad de uno de los secuestrados: responden como Maximiliano Kolbe al llamado de Jesús en los Evangelios: «Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos».[7]

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos




"Tenemos que ganar el mundo entero y cada alma, ahora y en el futuro hasta el final de los tiempos, para la Inmaculada
y a través de ella, para el Corazón Eucarístico de Jesús".
(San Maximiliano María Kolbe)



LA NIÑEZ
María Dabrowska, madre de San Maximiliano, era una joven piadosa que pensó en ser religiosa "para gozar del paraíso junto a las almas puras". Pero los problemas políticos de la época no lo hicieron posible. Polonia, su patria, estaba ocupada por los rusos, quienes habían cerrado los conventos y dispersado a los religiosos. Apenas existía algún que otro convento clandestino. Entonces rezó: "Señor, no quiero imponeros mi voluntad. Si vuestros designios fueran otros, dadme al menos un marido que no blasfeme, no tome alcohol, no vaya a la taberna a divertirse. Esto, Señor, te lo pido incondicionalmente".
María deseaba emprender una vida familiar cristiana. Dios la escuchó. El elegido de su corazón fue Julio Kolbe, católico fervoroso perteneciente a la Tercera Orden Franciscana, de la cual era dirigente y en la que ingresó ella también. Era dulce y sensible, casi tímido, y sin vicios.
Los jóvenes esposos de la ciudad de Pabiance tenían un su casa un taller y un altarcito con la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa, veneradísima patrona de Polonia.
PRIMEROS AÑOS; LA VIRGEN LO VISITA
Allí nacieron los hijos. El primero fue Francisco; luego, el 8 de enero de 1894 nació Raimundo quien mas tarde tomaría el nombre religioso de Maximiliano. Nacieron tres hijos mas: José, Valentín y Antonio. Los dos últimos murieron prematuramente. La casa de los Kolbe era pobre pero llena de amor. Los padres, laboriosos y religiosos educaron con rectitud a los tres niños, llenos de vida y traviesos. San Francisco era el ideal en el que los jóvenes crecieron.
"Maximiliano deseaba desbordar de alegría como San Francisco; y como Francisco deseaba conversar con los pájaros" (Proc.Vars., fol 340)
Alrededor del 1906, sucede un acontecimiento que marca un jalón fundamental en la vida de Maximiliano, y que deja preocupada y desconcertada a la madre. Ella misma lo relata, a los pocos meses del martirio del hijo. "Sabia yo de antemano, en base a un caso extraordinario que le sucedió en los años de la infancia, que Maximiliano moriría mártir. Solo no recuerdo si sucedió antes o después de su primera confesión. Una vez no me gusto nada una travesura, y se la reproche: Niño mío, ¡quien sabe lo que sera de ti!. Después, yo no pensé mas, pero observe que el muchacho había cambiado tan radicalmente, que no se podía reconocer mas. Teníamos un pequeño altar escondido ente dos roperos, ante el cual el a menudo se retiraba sin hacerse notar y rezaba llorando. En general, tenia una conducta superior a su edad, siempre recogido y serio, y cuando rezaba, estallaba en lagrimas. Estuve preocupada, pensando en alguna enfermedad, y le pregunte: ¿te pasa algo? ¡Has de contar todo a tu mamita!
Temblando de emoción y con los ojos anegados en lagrimas, me contó: "Mama, cuando me reprochaste, pedí mucho a la Virgen me dijera lo que seria de mi. Lo mismo en la iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja. Me miro con cariño y me pregunto si quería esas dos coronas. La blanca significaba que perseveraría en la pureza y la roja que seria mártir. Conteste que las aceptaba... (las dos). Entonces la Virgen me miro con dulzura y desapareció".
El cambio extraordinario en la conducta del muchacho, para mi, atestiguaba la verdad de las cosas. El tenia plena conciencia, y al hablarme, con el rostro radiante señalaba la deseada muerte de mártir. Este fascinante encuentro de Maximiliano con su "Madrecita" celestial es algo mas que un episodio pasajero. Es la raíz de todo su futuro; es el motor de sus amplios planes; es la fuerza para los vuelos mas audaces; es el manantial de su santidad y de apostolado.
VOCACIÓN FRANCISCANA
Alrededor de Pascua de 1907 se realizo en Pabianice una Misión predicada por los Franciscanos Conventuales, los que se ganaron la admiración de los jóvenes Kolbe. Al final, uno de los frailes, el P. Pellegrino Haczela, anunció que se había abierto en Leopolis un seminario que recibiría a todos los jóvenes que deseasen consagrarse al Señor en la Orden franciscana. Maximiliano sentía su vocación ya preparada por la Virgen y por la vida Franciscana de su hogar. Los dos hermanos en la sacristía hablaron con los Misioneros, pidiéndoles los recibieran en la Orden. Sus padres dieron su consentimiento aunque sabían que seria un gran sacrificio para toda la familia.
Ingresaban en los Frailes Menores Conventuales el mes de octubre del ano 1907 en Luov, en la Polonia ocupada por Austria. Raimundo tomó el nombre de Maximiliano María. El padre Wilk asi describe a Maximiliano: "era diligente en el cumplimiento de sus deberes, dotado por las matemáticas, obediente a los profesores, servicial con los compañeros, alegre y equilibrado. Rezaba con recogimiento. Un episodio se me grabó por siempre. Entrando en una sala, vi a Maximiliano de rodillas ante una gran cruz, absorto en oración."
Pero entró la crisis en los dos hermanos. Maximiliano llegó a convencerse y convencer a su hermano de abandonar el seminario. ¿La noche oscura del alma?, ¿temor ante un reto que el se tomaba tan en serio que le pareciera por encima de su potencial?,¿dudas de como cumplir con su opción de las dos coronas cuando se le apareció la virgen?. Cuando estaban por hablar con el superior, de pronto les visita la madre llena de alegría al verlos. Orgullosa les cuenta que el hermano menor también va a entrar en la orden. ¡Además ella y su esposo también tienen vocación religiosa de manera sera toda la familia Franciscana!. La madre les aseguró que ella siempre oraría por sus hijos. Abrazos y lágrimas acentuaban sus palabras.
Aquella visita disipó todas las dudas en los corazones de los hermanos. Nueve años mas tarde, desde Roma, recuerda aquella visita en una carta a su madre y la considera "salvador, providencial y regalo de la Inmaculada". Su madre tristemente le comunica la salida de su hermano Francisco de la orden.
El 4 de septiembre de 1910 vistió el sayal franciscano, ciño a su cintura el cordón de San Francisco, y comenzó su año de noviciado. ¡Que gran emoción, y tenia apenas dieciséis años!
En el otoño de 1912, el P. Provincial teniendo en cuenta las excelentes cualidades intelectuales de Fray Maximiliano, dispuso que, junto a otros, siguiera sus estudios de filosofía y teología en Roma. Los años romanos serán fecundísimos y decisivos en la vida de Maximiliano. La Virgen lo espera para inspirarle la fundación de La Milicia de la Inmaculada.
LOS AÑOS DE ESTUDIO EN ROMA
En 1917, por razón del 75 aniversario de la conversión de Alphonse Ratisbon, conocido agnóstico anti-católico de linaje judío, San Maximiliano fue inspirado a fundar una asociación pia de fieles conocida como "La Milicia de la Inmaculada". Su proposito es promover el amor y el servicio a la Inmaculada, la conversión de las almas a Cristo.
Era también ese el año de las apariciones en Fátima. La Milicia debía responder a la Inmaculada Mediadora para la conversión y santificación de los no católicos, especialmente aquellos que rechazaban a la Iglesia. Sus miembros se consagran a la Stma. Virgen María y cada día lo viven ofreciéndolo todo a ella por la conversión de los pecadores y esforzándose por todos los medios por establecer el Reino del Corazón de Jesús sobre el mundo.
A lo largo de siete años (1912-1919) le absorbe fundamentalmente el estudio. Maximiliano termina sus estudios romanos con dos doctorados. El primero en filosofía, 1915 en la famosa Universidad Gregoriana. El segundo en teología en 1919 en el Colegio Seráfico Internacional. No tenia por ello vanidad intelectual sino que su deseo era "poder confundir a los incrédulos".
"Por la misericordia de Dios a través de la intercesión de la Inmaculada, el 28 de abril de 1918, fui consagrado sacerdote de nuestro Señor Jesucristo", anota Maximiliano. Celebra su primera Misa en el altar de la Aparición en S. Andrés "delle Fratte", lugar de la conversión de Alfonso Ratisbonne. Es su primer sacrificio eucarístico, a los pies de su Reina inmaculada.
REGRESO A POLONIA Y CRECIMIENTO DE LA MILICIA DE LA INMACULADA
El P. Maximiliano vuelve a su Polonia querida. Solo tiene 25 años, pero intelectual, moral y espiritualmente, es un hombre cabal. Pero tiene mala salud, sus pulmones están lesionados. "Ha vuelto enfermizo, débil , sin dar grandes esperanzas de trabajo" escribe el P. Kubit. Pero había vuelto con una fuerza espiritual extraordinaria. Pocos lo escuchaban y lo comprendían y no faltaron las persecuciones y luchas, las calumnias y obstáculos. "Sin embargo, aunque todo este en contra de nosotros, tenemos, cual faro y brújula la santa obediencia, a través de la cual se manifiesta la voluntad de la Inmaculada".
Enseña Historia de la Iglesia en Cracovia, Polonia. Allí organiza el primer grupo de la milicia fuera de Italia. Por causa de su mala salud su orden lo libera de otros cargos para que pueda dedicarse exclusivamente a la promoción de la Milicia.
"La Milicia de la Inmaculada es todo el ideal de mi vida". Hablaba de ella y exaltaba su misión. Insistía en la necesidad de organizarse; invitaba a asociarse a la M.I. Su "idea fija" lo perseguía. Y el quería contagiar su entusiasmo a todos.
El 7 de octubre de 1919, Fiesta del Rosario, seis hermanos clérigos con su maestro el P. Keller han rubricado su adhesión a la Milicia de la Inmaculada, mediante la cual quiso expresar, ya antes de ser sacerdote, su amor a la Inmaculada y su ardoroso celo apostólico.
Pese a su pobre salud, fue dada la sesión inaugural de la M.I.: el 12 de enero de 1920. ¡Fecha preciosa en los anales de la M.I.! En ese día el P. Kolbe pudo cosechar para la Inmaculada la adhesión y consagración de todos aquellos a los que el había formado y comunicado su fuego mariano. Entre ellos había estudiantes y obreros, soldados y amas de casa. A pesar de la oposición y altibajos, muchos habían sentido un llamado interior de renovación cristiana, a la luz de la Inmaculada, y se consagraron para ser "cosa y propiedad" de la Inmaculada, esclavos de Ella, como Ella lo había sido del Señor (Lc. 1,48).
MaximilianoEL CABALLERO DE LA INMACULADA
El amor a la Inmaculda reclama un medio para comunicarlo y para salvar almas. Se debe hacer todo lo posible para llegar a todos y forjar santos que dieran su vida por amor. Además los miembros necesitaban vincularse y formar una verdadera familia espiritual, armarse con una visión clara de los designios de Dios, llegar a una coherencia de vida. Para ello nació la necesidad de un boletín de enlace. La M.I. debía utilizar todo medio de propaganda y divulgación, para el advenimiento del reinado de María.
En la mente del padre Kolbe "El Caballero de la Inmaculada" debía tener un aliento amplio y generoso. No solo debía servir para estrechar vínculos de fervor entre los asociados de la M.I, sino que también debía abrirse a todas las familias de Polonia y del mundo. Debía "llevar a la Inmaculada a las casas, para que las almas, acercándose a María, reciban la gracia de la conversión".
Por noviembre de 1922, la Milicia de la Inmaculada se traslada con todo su taller a la ciudad de Grodno. El padre Kolbe quiere conquistar para la gloria de la Virgen el mundo entero con las nobles armas de la cultura y verdad. Quiere "forrar el mundo entero con papel impreso para devolver a las almas la alegría de vivir". Allí el crecimiento de la M.I. será vertiginoso en las dos vertientes: editorial y vocacional. El padre Maximiliano emprendió esta nueva tarea editorial que llego a ser la obra quizás mas fecunda de apostolado en nombre de la Inmaculada. Como toda obra nueva conoció las dificultades iniciales. Le costo tiempo para ser conocida, apreciada e imponerse.
La M.I. necesitaba servidores, pero debían ser consagrados y no obreros a sueldo. El altísimo ideal mariano requería ser servido con todo el corazón y para toda la vida. La entrega y la generosidad de los servidores de la Inmaculada debían ser incondicionales y sin limites. El trabajo que realizarían, debía ser una liturgia, un acto de amor, una ofrenda. La obra de María no podía ser una simple empresa comercial, sino una consagración.
-"No olviden, muchachos, no se trata de ganar suscritores, sino de salvar almas." "Es muy importante que se imprima ‘El caballero’ en millones de ejemplares; pero es más importante que con él se invie una oración, porque cada número ha de ser preparado con la oración, con el postrarnos de rodillas"
El P. Maximiliano hizo fotografiar a los hermanos, en habito franciscano, ocupados en las distintas fases de trabajo en el taller, y publicar las fotos. Causaron tremenda conmoción. Todos, particularmente los jóvenes quedaron impresionados al ver frailes y monjas llenos de gozo en el servicio a la Virgen por medio de la imprenta. Cundieron los deseos de consagrar la vida a la Virgen, vinieron mas vocaciones. Una llamada a evangelizar con todas las fuerzas con la imprenta pero desde una base de vida consagrada y sin diluir las exigencias de los votos. He ahí la profunda innovación del P. Maximiliano.
La técnica del taller debía servir a la Inmaculada dentro de una vida en la Bienaventuranzas, con los votos religiosos y con el mas exigente seguimiento al Señor. El padre Kolbe era exigente como lo era consigo mismo: Les pide sus mismos ideales religiosos y marianos: una obediencia total, una filial devoción a la Virgen, fervor de apostolado a través de la prensa y otros medios de progreso moderno, heroicos renunciamientos según el lema: "¡Nada para si, todo para la Inmaculada!".
El diario se publica según estas ideas: 1-formato pequeño, 2-el mas bajo costo para hacerlo accesible a todos, 3-noticias frescas, breves y abundantes. Todo para el fin de llevar el conocimiento de la Inmaculada entre las clases mas humildes.
A los periodistas el P.Kolbe les sugiere:
1-Escribir la verdad objetiva aportando documentos.
2-Escribir no toda la verdad, sino sólo la que sirve al bien público.
3-No condenar a los que se equivocan.
4-No apresurarse a la afirmación de una mala voluntad.
5-Respetar siempre la autoridad espiritual y civil (En Masiero p.159).
 
SE PUEDE Y SE DEBE SER SANTO
He aquí un diálogo del padre Kolbe con los jóvenes:
-¡Quiero que sean santos y grandes santos!
-Padre, ¿no le parece pedir demasiado?
-¡No! La santidad no es un lujo, sino un deber y un compromiso de familia. Dios lo quiere: "¡Sed santos, porque yo soy santo!", Todo hijo ha de imitar a su madre. Nuestra madre es la Inmaculada, la santa. Por eso debemos ser santos.
-Pero ser santo ¿no es algo engorroso?
-No, muchachos, es lo más sencillo y fácil. ¿Tienen una tiza? Pues bien, aquí sobre el pizarrón voy a escribir la fórmula de la santidad. ¡Cómo es de simple!
Escribe: v = V = S
-Es apenas una ecuación. La v minúscula es nuestra voluntad. La V mayúscula es la voluntad de Dios. Cuando estas voluntades chocan, es el dolor, el sufrimiento. Cuando estas dos voluntades se identifican, cuando nuestra voluntad se identifica con la de Dios, es la santidad, es la paz del corazón. ¡Que sencillo es! ¿Verdad? (En Winowsca p.153)
"La vida es breve, Hemos de emplear todo nuestro tiempo... Se vive una sola vez. Es necesario ser santos, no a medias, sino totalmente, para gloria de la Inmaculada y la mayor gloria de Dios" (En Ricciardi p.306).
Hizo una modificación de la consigna de San Ignacio enseñando que "No sólo ad maiorem Dei gloriam, sino ad maximam Dei gloriam " (No solo para gloria de Dios sino para la máxima gloria de Dios)
"¡Todo esto se aprende de rodillas! (En Winowka p. 154).

Niepokalanów (ciudad deno es este lugar, o estos edificios, o esta maquinaria. Niepokalanów es nuestra alma, es nuestro corazón"
En Niepokalanow, María lo es todo: es el corazón y la meta; es el ideal y la fuerza. Por Ella se trabaja, se vive, se sufre, como por Ella se muere. ¡Todo a la mayor gloria de la Inmaculada!
NIEPOKALANOW: CIUDAD DE LA INMACULADA
En 1929, entre enfermedad y dificultades el P. Kolbe se lanza a su nueva fundación en unos terrenos que le fueron logrados milagrosamente: su ciudad mariana. NIEPOKALANOW, o ciudad de la Inmaculada, o mejor, "casa, propiedad y reino de la Inmaculada". Decía que el, la M.I., y cada caballero, son cosa y propiedad de la Virgen. En Niepokalanow María lo es todo: es el corazón y la meta; es el ideal y la fuerza. Por Ella se trabaja, se vive, se sufre, como por Ella se muere. Los caballeros son los hijos felices y los servidores fieles de la Madre celestial. "!Todo a la mayor gloria de la Inmaculada!"
Consistía de un convento de sacerdotes y hermanos franciscanos comprometidos a promover la Milicia por todas partes por medio del uso de todos los medios de comunicación que estuviesen a su alcance.
Ante todo se construyo la capilla. Mas tarde se trajeron las maquinarias y todos los elementos de la imprenta. La aspiración del P. Maximiliano era que Niepokalanow fuera una escuela de santidad. "No sólo para mayor gloria de Dios, sino para la Máxima gloria de Dios".
Todos eran pobres y felices, felices porque eran pobres, felices porque estaban al servicio de la Inmaculada.
"Niepokalanów no es este lugar, o estos edificios, o esta maquinaria. Niepokalanów es nuestra alma, es nuestro corazón"
LA INMACULADA EN EL JAPON
Dos años mas tarde San Maximiliano, como respuesta al llamado del Santo Padre a los religiosos a favor de las necesidades misioneras de la Iglesia desea ir al Oriente para fundar otra ciudad de la Inmaculada en Mugenzai No Sono, Japón. La visión del P. Maximiliano era llevar La Inmaculada a todo el mundo. En Roma ya había pensado en esto. En una ocasión, al encontrarse con un japones pagano sintió el deseo de evangelizar ese país. Ahora le parece que ha llegado el momento. Pide permiso para irse al Japón pero su superior no lo cree posible. No habla Japones ni tenia contactos para semejante obra. El padre Kolbe se somete con obediencia pero sabía que la Inmaculada lo quería y que por medio del superior se manifestaría su voluntad. Esa noche el superior no pudo dormir. Al fin el padre Kolbe recibió permiso para ir a Japón con cuatro frailes. Tan solo los movía el amor a la Virgen Inmaculada.
Un 25 de mayo de 1930 llega a la Niepokalanow polaca este telegrama: " Hoy expedimos "El Caballero en japonés. Tenemos imprenta. Viva la Inmaculada. P. Maximiliano".
Al leer el telegrama, no faltaron frailes que quedaron estupefactos y gritaron milagro, ya que , humanamente hablando, el hecho era inexplicable. El milagro fue fruto de la fe en Dios y la inmensa confianza en la Inmaculada. La heroicidad del trabajo intenso, los grandes sufrimientos, la oración y sacrificio. La Virgen corresponde a sus fieles.
En los años de 1935 y 1936 por el clima calido y húmedo del Japón, las condiciones de salud del P. Maximiliano habían empeorado notablemente. Sufría frecuentes vómitos de sangre. Ante el agravamiento de su salud, con la esperanza de una mejora, y ante el unánime deseo de los frailes de Niepokalanow, el nuevo Capitulo Provincial de 1936 nombro al P. Maximiliano superior de esa primera ciudad mariana.
ULTIMO PERIODO EN LA CIUDAD DE LA INMACULADA EN POLONIA
Vuelve a Niepokalanow en 1936 y bajo su dirección el número de frailes crece hasta exceder en los meses próximos a la II Guerra Mundial, el número de 900. El apostolado de publicaciones producía en exceso de un millón de revistas mensualmente y 125,000 ejemplares de un diario destinado para el millón de miembros de la Milicia en el mundo.
Pero el padre Kolbe no se hace ilusiones ni se deja absorber por los triunfos. Mas bien presentía su fin y el acercarse del calvario para sus hijos. Hizo de los tres años en Niepokalanow un cursillo de formación. Cada día se reunía con los hermanos de una sección. Aprovechaba toda ocasión para enseñarles una nueva verdad acerca de la Inmaculada y para prepararlos para todo evento. Lo que la Virgen le enseñaba el lo compartía con los suyos.
El padre Kolbe es un profeta de la Virgen. En marzo del 1938 dice a los hermanos:
"Hijos míos, sepan que un atroz conflicto se avecina. No sabemos cuáles serán las etapas. Pero, para nosotros en Polonia, hay que esperar lo peor. En los primeros tres siglos de historia, la Iglesia fue perseguida. La sangre de los mártires hacía germinar el cristianismo. Cuando más tarde la persecución terminó, un Padre de la Iglesia comenzó a deplorar la mediocridad de los fieles y no vio con malos ojos la vuelta de las persecuciones. Debemos alegrarnos de lo que va a suceder, porque en las pruebas nuestro celo se hará más ardiente, ¿Y que? ¿No estamos acaso en las manos de la Virgen?... Nuestro ideal, ¿no es también dar la vida por Ella?... se vive una sola vez. Se muere una sola vez. Vida y muerte, pero como gustan a ella" (Winowska p.160).
Dice también:
"La guerra está mas cerca de lo que pueda preverse, y las persecuciones en períodos bélicos son posibles...
Uds. Los profesores, que son los padres espirituales de Niepokalanóv, deben estar preparados para tiempos peores. Esto ciertamente lo permite la Inmaculada pare nuestro bien.
Estallada la guerra, sucederá la dispersión de la comunidad. No nos contristemos, sino que debemos conformarnos con la voluntad de la Inmaculada. Que esa conformidad con la Inmaculada sea cada día más fuerte, sentida y viva. De esta manera, la persecución no nos hará daño, sino que acrecentará nuestra santidad" (Ricciardi p.307)
Tres dias antes de estallar la guerra prepara los corazones:
"Trabajar, sufrir y morir caballerescamente, y no como un burgués en la propia cama. He ahí: recibir una bala en la cabeze, para sellar el propio amor a la Inmaculada. Derramar valientemente la sangre hasta la última gota, para acelerar la conquista de todo el mundo para Ella. Esto les deseo a Uds. Y me deseo a mi mismo.
"Nada mas sublime puedo augurarme y augurarles.
"Jesús mismo lo dijo: ‘No hay amor mas grande que dar la vida por el propio amigo" (Masiero p.154).

ver también:
Oración de consagración>>>
¡Amen a la Inmaculada! - Dialogo de San Maximiliano con sus frailes>>>Novena en honor of the Immaculate Conception>>>
Milicia de la Inmaculada  Mi-international.org  Milicia Inmaculada>>>




San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir
fecha: 14 de agosto
n.: 1894 - †: 1941 - país: Polonia
otras formas del nombre: Maximiliano Kolbe
canonización: B: Pablo VI 17 oct 1971 - C: Juan Pablo II 10 oct 1982
hagiografía: «L`Osservatore Romano»
Memoria de san Maximiliano María (Raimundo) Kolbe, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que, fundador de la Milicia de María Inmaculada, fue deportado a diversos lugares de cautiverio y finalmente, internado en el campo de exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, donde se ofreció a los verdugos a cambio de la vida de otro cautivo, ofreciendo su ministerio como un holocausto de caridad y como modelo de fidelidad para con Dios y los hombres.
oración:
Oh Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe, apóstol de la Inmaculada, le llenaste de celo por las almas y de amor al prójimo, concédenos, por su intercesión, trabajar generosamente por tu gloria en el servicio de los hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo, incluso hasta en la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Raimundo Kolbe nace en Zdunska Wola, Lodz (Polonia), el 8 de enero de 1894, de Julio Kolbe y María Dabrowska.
A los 13 años entra en el seminario de los franciscanos conventuales en Leópolis. Terminado el noviciado, hace la profesión religiosa a los 17 años y adopta el nombre de fray Maximiliano María. Al año siguiente viene a Roma. Permanece en Italia 7 años, de 1912 a 1919; son los años de su maduración humana, intelectual, religiosa y espiritual, con las siguientes etapas principales: 1 de noviembre de 1914, profesión solemne; 22 de octubre de 1915, doctorado en filosofía; 16 de octubre de 1917, con seis religiosos, comienza el Movimiento de apostolado mariano Milicia de la Inmaculada; 28 de abril de 1918, ordenación sacerdotal; 22 de julio de 1919, doctorado en teología. Seguidamente vuelve a Cracovia (Polonia).
En enero de 1922 publica el primer número del Rycerz Niepokalanej (Caballero de la Inmaculada), órgano de la Milicia de la Inmaculada (M.I.): dieciséis páginas con una tirada de 5.000 ejemplares. A fin de año, es destinado al convento de Grodno.
Enero de 1923, comienza el trabajo editorial con una máquina tipográfica manual de su propiedad. Imprime de momento sólo el Rycerz Niepokalanej. Noviembre de 1924. Se imprime el primer calendario-almanaque del Rycerz Niepokalanej para el año 1925, con una tirada de 12.000 ejemplares. El 13 de junio de 1927, estudia la posibilidad de conseguir que el Príncipe Juan Ducki Lubecki le dé un terreno a 42 Km. de Varsovia para levantar un convento y un centro editorial. Al cabo de pocos meses se instala con otros veinte frailes en el nuevo centro editorial que llama Niepokalanow (Ciudad de la Inmaculada o Lugar propiedad de la Inmaculada).
A principios de 1930 se prepara a abrir una misión en Extremo Oriente, y a primeros de marzo parte con otros cuatro religiosos, y llega a Nagasaki. Al mes de su llegada sale el Rycerz Niepokalanej en lengua japonesa, con el título Mugenzai no Seibo no Kishi, y tiene una tirada de 10.000 ejemplares. Permanece en Japón hasta 1936, con varios viajes a Europa en estos seis años.
Mientras tanto en Niepokalanow prosigue su obra. Aumenta el número de religiosos de modo que, al estallar la segunda guerra mundial el 1 de septiembre de 1939, los frailes son 700 y hay otros 200 preparándose a profesar. Continúa imprimiéndose en Niepokalanow mensualmente el Rycerz Niepokalanej, con este progreso: en 1930, 343.000 ejemplares; en 1935, 717.000; en 1938, un millón de ejemplares.
En 1933 nace la revista infantil El pequeño Caballero de la Inmaculada y luego El Caballerito, el Miles Inmaculatae en latín para el clero de todo el mundo, el Boletín misionero, y el Eco de Niepokalanow.
Pero lo más extraordinario fue la publicación en 1935 de un diario titulado Mali Dziennik (El pequeño periódico), que al comienzo de la guerra tiene una tirada de 180.000 ejemplares los días corrientes, y 250.000 los domingos, con siete redacciones periféricas en Varsovia, Poznan, Lodz, Gdinia, Vilna, Grodno y Cracovia, y gran número de corresponsales locales; sale diariamente en doce ediciones. Cuando a causa de su poco costo, que los otros periódicos consideraban de «competencia desleal», se prohíbe su venta en los kioscos, el P. Kolbe organiza una cadena de kioscos propios y recluta gran número de vendedores voluntarios.
Con la segunda guerra mundial, todo se para. El 19 de septiembre es arrestado el P. Maximiliano Kolbe por las tropas alemanas, junto con otros 37 franciscanos, y se les interna en un campo de concentración. El 8 de diciembre siguiente los frailes quedan en libertad. El P. Kolbe pide permiso reiteradamente para imprimir el Rycerz Niepokalanej; por fin lo obtiene, pero para un sólo número, el de diciembre de 1940 - enero de 1941. Sale con una tirada de 120.000 ejemplares. En el artículo editorial figura esta frase elocuente: «Nadie puede cambiar la verdad...».
El 17 de febrero de 1941, el futuro mártir es arrestado nuevamente y encerrado en la prisión de Pawiak de Varsovia. A fines de mayo se le interna en el campo de concentración de Oswiecim (Auschwitz). Y allí muere el 14 de agosto del mismo año, en las circunstancias de todos bien conocidas, sustituyendo voluntariamente a un padre de familia condenado a la muerte por hambre.
El día 10 de octubre de 1982, el Papa Juan Pablo II proclamó santo al beato Maximiliano Kolbe.
Nota: aunque la fuente es L'Osservatore Romano (edición de la semana de la canonización), nosotros lo tomamos de www.franciscanos.org, que lo reproduce de: Selecciones de Franciscanismo, vol. XI, n. 33 (1982) 377-378

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