viernes, 16 de agosto de 2013

Mamés (o Mamante o Mameto), Santo


Mártir, 17 de agosto
 
Mamés (o Mamante o Mameto), Santo
Mamés (o Mamante o Mameto), Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san Mamés o Mamante o Mameto, mártir, que, siendo pastor de condición muy humilde, vivió solitario en los bosques con la máxima frugalidad y, proclamando su fe en Cristo, consumó el martirio durante el imperio de Aureliano (273/274).
Según cuenta la leyenda, Mamés ("el que fue amamantado") nació en el seno de una familia modesta. Algunos historiadores datan la fecha de su nacimiento en el 259 y la de su martirio en el 275.

Hijo de Teodoto y Rufina, San Mamés nació en prisión al estar encarcelados sus padres por ser cristianos. Poco después de su nacimiento murieron el padre y la madre, estando ambos elevados a los altares. A partir de entonces, Mamés fue criado por una viuda rica llamada Ammia, también santa, que murió cuando Mamés tenía quince años dejando al joven heredero de su hacienda.

El gobernador de Cesarea de Capadocia (Asia Menor, actual Turquía) sometió a tormentos a San Mamés, sin conseguir que abjurara de su fe. Después, lo envió al emperador Aureliano que ordenó someterle a nuevas torturas. Cuenta la leyenda que un ángel lo liberó y le mandó refugiarse en un monte cercano a Cesarea.

Al parecer, San Mamés consiguió amansar a los leones a los que había sido entregado en el circo y, ante este portento, decidieron acabar con su vida clavándole un tridente en el abdomen. Aunque sangrando, el joven Mamés consiguió llegar hasta la cueva cerca del teatro, donde murió invitado al cielo por los ángeles.

También, hay versiones de que San Mamés fue arrojado y devorado por los leones (por eso al estadio del Athletic Club de Bilbao se le llama San Mamés y a sus jugadores, los Leones). Todavía se conserva la estatua de este niño mártir, apoyado en un pequeño león, en la Casa de la Misericordia de Bilbao, antiguamente el convento de San Mamés y actualmente uno de los mayores orfanatos de Europa.

Aunque los datos tradicionales del martirio bajo Aureliano (275 d. C.) no están plenamente confirmados, pueden considerarse verosímiles.

Tradicionalmente, es considerado como el protector de las personas con roturas de huesos y de los lactantes. Sin embargo en la localidad de Murero (Zaragoza) se le considera el abogado de los que sufren de hernia.

El primer centro de culto a San Mamés se construyó en Cesarea de Capadocia. El principal centro de culto en Europa es la catedral de Langres (Haute-Marne, Francia), cuyo titular es Saint-Mammès, siendo los peregrinos del camino de Santiago quienes trajeron su devoción a España. Uno de los principales santuarios dedicados a San Mamés en el Camino de Santiago se encuentra en la riosellana localidad de Cuerres y data del siglo XIV. Asimismo, siguiendo el Camino de Santiago, desde el siglo VI, aparece documentada una ermita extramuros de la ciudad de León a este santo, quien dio nombre a la carretera que luego daría a su vez nombre al barrio de San Mamés, el más populoso de la ciudad. En la Iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Zaragoza se conserva la cabeza del santo.
San Mamante, mártir
fecha: 17 de agosto
†: 273/274 - país: Turquía
otras formas del nombre: Mameto, Mammas, Mames
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Cesarea de Capadocia, san Mamante o Mameto, mártir, que, siendo pastor de condición muy humilde, vivió solitario en los bosques con la máxima frugalidad y, por haber proclamado su fe en Cristo, consumó el martirio bajo el emperador Aureliano.
patronazgo: patrono del ganado, los trabajadores fiscales, oficiales de finanzas, contadores y contribuyentes.

San Basilio y san Gregorio Nazianceno cuentan que san Mamés era un pastor de Cesarea de Capadocia que buscó desde la infancia el Reino de Dios con todas sus fuerzas y se distinguió por su fervor en el servicio divino. Según la tradición oriental, san Mamés soportó con intenso gozo espiritual los más crueles tormentos que le infligieron los perseguidores y alcanzó la corona del martirio. Fuera de la historicidad de su existencia, de su oficio de pastor y del sitio de su martirio, no sabemos nada sobre él.

Entre las leyendas asociadas con san Mamés hay una que recuerda la de Orfeo. El santo huyó de los «lobos» de la ciudad y vivió apaciblemente entre los animales salvajes, alimentándose de leche y miel. Cuando los perseguidores arrojaron al mártir a las fieras, éstas se acercaron mansamente a él, como ovejas que reconocen a su pastor, «se tendieron a sus pies y le mostraron su afecto moviendo regocijadamente la cola». Más tarde, «un león colosal» vio a san Mamés cargado de cadenas y se acercó a lamerle los pies. Cuando los soldados intentaron aproximarse al santo, el león los metió entre sus fauces y los depositó a los pies del santo. Entonces, san Mamés ordenó al león que se retirase a su madriguera; la fiera obedeció «llorando y suspirando».

Está fuera de duda que San Mamés fue un santo muy popular; basta con leer el panegírico de san Basilio y las alusiones de san Gregorio Nazianceno para comprender la devoción que le profesaban.

Véase Delehaye, Origines du culte des martyrs, p. 174, y Passions des Martyrs et les genres littéraires, pp. 198-200; y Analecta Bollandiana, vol. LVIII (1940), pp. 126-141, donde hay una novela extravagante en forma de actas.
Cuadro: Tapiz con la vida de san Mamés, por Jean Cousin el viejo, en el Louvre de París.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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