lunes, 8 de julio de 2013

Meditar la Palabra

     
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Preguntó uno al abad Poemen acerca de la dureza del corazón, y respondió el anciano: «El natural del agua es blando y el de la piedra duro, pero si el agua gotea continuamente sobre la piedra, goteando la perfora. Del mismo modo la Palabra de Dios es suave y blanda, nuestro corazón duro. Por eso el hombre que oye o medita a menudo la Palabra de Dios, da lugar a que el temor de Dios penetre en él»“.
“Sentencias de los Padres del desierto”
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“¿Qué creéis mejor ‒me preguntó el capitán‒, la Oración de Jesús o los Evangelios?
Son perfectamente la misma cosa ‒contesté‒. Lo que son los Evangelios lo es también la Oración de Jesús, porque el Nombre divino de Jesús encierra todas las verdades del Evangelio. Los Santos Padres nos dicen que la Oración de Jesús resume todo el Evangelio”.
“El Peregrino Ruso”

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