Por sugerencia del amigo Martin Ellingham,
pongo a disposición (espero que se puedan ver, no soy muy bueno en estas cosas)
la respuesta de don Cipriano Vagaggini al "Breve examen crítico del Novus
Ordo Missae" de los cardenales Ottaviani y Bacci.
Don Cipriano Vagaggini fue un monje y teólogo
italiano, impulsor de la reforma litúrgica, estudiante, profesor y decano del
Instituto Sant'Anselmo. En principio, todo esto podría ser motivo de acusación,
pero lo que diferencia a Vagaggini de otros exponentes de la reforma litúrgica
como Annibale Bugnini, es que siempre se le reconoció su ortodoxia, al punto de
que su obra más importante, "El sentido teólogico de la liturgia" (1959), sigue
siendo considerada hasta hoy una obra fundamental.
Poco antes de que entrara en vigencia el
Novus Ordo (30/11/69), es publicado con mucho eco la carta de los citados
cardenales. Pero Vagaggnini sabe que tanto Ottaviani como Bacci, los dos de
avanzada edad y enfermos, fueron utilizados por un grupo de teólogos liderados
por el sacerdote genovés Gianni Baget Bozzo. Ironías del destino, Baget Bozzo
tendrá un futuro sinuoso y terminara siendo suspendido a divinis por el
cardenal Siri al desobedecer y presentarse como candidato para el Parlamento
Europeo por el Partido Socialista (al cual se había acercado después de romper
con la DC y a la que veía como un freno al comunismo. Posteriormente sería un
activo defensor de Berlusconi y de Forza Italia).
El problema principal que
Vagaggini quiere resolver es el de la ortodoxía ya que la acusación más fuerte
es la de que el "Novus Ordo no quiere representar más la fe de Trento"
(p.25). Dos son los puntos que para el monje italiano sustentan las críticas de
Ottaviani y Bacci. La primera es la supuesta definición de la Misa en el N° 7
del IGMR. La discusión repetida hasta el cansancio es que el NO habla de "cena"
y no de sacrificio, no se hace mención a la Presencia Real, y la importancia que
se le da a la asamblea. Vagaggini responde que el NO no da una definición
ontológica de la misa. Dice el monje camaldoles "Nuestro escolásticos saben que
no toda predicación es definición en el mismo sentido y que hay definiciones
descriptivas o descripciones que tratan de precisar una cosa suficientemente, en
relación al fin perseguido, sin que por eso se niegue aquello que en la
definición es eventualmente omitido" (p.452). La razón para Vagaggini es clara,
el IGMR no es una tratado de teología eucarística por lo que no trata de dar una
definición. "¿No es que quizás nuestros teólogos son incapaces de leer un texto
sin imponerle las categorias de sus manuales fuera de las cuales no saben a que
santo acudir?" (p.452). El sentido de la Institutio es claro porque se
esta hablando de la estructura de la Misa. De elementos y de partes y no de
esencia y definición. No de la estructura ontológica sino de la estructura
litúrgico - ritual de la Misa, de su morfología, de su fenomenología litúrgíco-
pastoral.
Es en esta óptica (ritual)
que la Misa con asamblea es más perfecta que la Misa privada, si bien el valor
ontológico es el mismo (IGMR N° 4).
El otro punto es el de la presencia real. Baget
Bozzo había acusado que el IGMR hacía referenica a la Eucaristía como simple
memoria. Vagaggini responde que al separar el texto del contexto general
(lamentablemente este método hará escuela posteriormente en algún otro "teólogo"
cercano a Siri) de la obra esta actuando en forma deshonesta. Y lo prueba en el
hecho de que 25 líneas antes de la citadas en el N° 2 del IGMR. "Christus
Dominus sacrificium eucharisticum sui Corporis et Sanguis instituit, illudque,
velut memoriale passionis et resurrectionis suae, Ecclesiae dilectae sponsae,
concredidit."
Es entonces claro que para
la Institutio, Sacrificio Eucarístico, cena y memorial no es separable. Esto se
ve también claro en la 4° plegaria eucarística (tan atacada por tantos "nuevos
liturgistas") donde dice "Redemptionis nostrae memoriale nunc
celebrantes...offrimus tibi eius Corpus et Sanguinem, Sacrificium tibi
acceptabile et toti mundo salutare. Respice, Domine, in Hostiam quam Ecclesiae
tuae ipse parasti..."
Como buen tomista, Vagaggini recuerda que la
obra de la salvación no es solo el sacrificio de la Cruz, "sino que se refiere a
toda la obra salvadora del Señor y especialmente a la resurrección" (p.455).
Vagaggini sigue respondiendo a las objeciones
de Baget Bozzo, que opone la reforma con la Encíclica Mysterium Fidei, diciendo
que el IGMR no es un documento polémico contra los errores que pudiera haber en
materia de Teología eucarística, sino que trata de dar normas prácticas a los
católicos "en pacífica posesión de la fe". Las posiciones teológicas del concejo
quedaron bien claro en el documento Eucharisticum Mysterium donde dice
que "Unde Missa sirve Cena Dominica, est simul et inseparabiliter:
-sacrificium, quo sacrificium crucis perpetuatur, - memoriale mortis et
resurrectionis Domini dicentis: hoc facite in meam commemorationem; sacrum
convivium in quo, pero communionem corporis et sanguinis Domini populus Dei
bonca sacrificii paschalis participat, renovat novum foedus semel in sanguine
Christi a Deo cum hominubus factum, ac fide et spe convivium eschatologicum in
regno Patris praefigurat et praevenit, mortem Domini annuntuans donce veniat".
(Siendo un texto bastante desconocido creo que vale la pena trasncribirlo
completo).
A partir de estas premisas
Vagaggini quiere responder, punto por punto, a las objeciones de Baget Bozzo,
muchas de esas aun hoy se discuten. Un primer punto es el de la asamblea. Baget
Bozzo decía que al no hacer referencia al obispo no se notaba la diferencia
entre una Iglesia local y una asamblea protestante. Vagaggini responde diciendo
que tampoco allí que se quiere dar una definición de nada. Y dice con ironía
"Admito que Baget Bozzo es curiosamente generoso cuando no dice nada de la no
menos escandalosa ausencia de toda referencia al Papa, no menos necesaria que la
referencia al obispo, en una "definición" de Iglesia local. ¿No será que en
Baget Bozzo hay intenciones protestantes negadoras del primado del Pontifice y
de la necesidad de la comunión con el Papa?" (p.456).
Un segundo punto es el de la
importancia de las lecturas (y es esta otra objeción muy escuchada). Baget Bozzo
contrapone el N°9 de la IGMR que habla de "maximi momenti" refiriéndose a
las lecturas, con el hecho de que la máxima presencia es la de las especies
eucarísticas. Vagaggini hace notar que el Institutio habla de "lectiones verbi
Dei, quae elementum maximi momenti liturgiae praebent", en el mismo sentido que
la SC N°29 que habla de "Maximun est momentum sacrae Scripturae in Liturgia
celebrando". Simplemente allí no se esta refiriendo a la Eucaristía, pero su
silencio no quiere decir nada.
El último punto, también este muy discutido
hasta hoy, es el del ofertorio. El "Breve Examen" acusó de haber hecho
desaparecer la alabanza a Dios. Vagaggini contesta que también la berekah
bíblica es alabanza a Dios. Es este un punto polémico. En mi opinión esto solo
no es suficiente para cambiar el texto. Sobre todo porque parece ser hecho "a
tavolino", algo que Ratzinger ha sabido denunciar como el lastre más pesado
de la reforma litúrgica. Se podría encontrar mucho bellos y buenos significados,
pero en principio había una tradición que iba en otra dirección.
Ahora bien, Baget Bozzo va
más allá y denuncia que el "Novus Ordo desnaturaliza la oferta en una epsecie de
intercambio de dones enrte el hombre y Dios" y dice que los término "panis
vitae" y "potus spiritualis" son indeterminados. A esto Vagaggini
responde con justicia diciendo que el concepto de divinum commercium aplicado a
la eucaristía es expresado abundantemente en la liturgia antigua y moderna y es
esencial en el Canon Romano. "Offerimus tibi...de tuis donis ac datis" (...)
"offerimus tibi...panem sanctum vitae aeternae et calicem salutis
perpatuae".
Termina el monje italiano haciendo un acto de
optimismo. Hablando de la primavera y del soplo del Espíritu. Nosotros sabemos
muy bien que las cosas han ido en otra dirección. La discusión si la causa fue o
no la reforma no terminara nunca. En mi humilde opinión la reforma aceleró una
descomposición que tiene otras causas más espirituales. Cierto, espiritualidad y
liturgia van unidos. Pero no son lo mismo.
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