viernes, 5 de julio de 2013

Juana Scopelli, Beata


Virgen Carmelita, 9 de julio
 
Juana Scopelli, Beata
Juana Scopelli, Beata

Virge Carmelita

Martirologio Romano: En Reggio, de la Emilia, beata Juana Scopelli, virgen, de la Orden Carmelitana, que, con los donativos recibidos de sus conciudadanos, fundó un monasterio y con su oración consiguió proporcionar pan a sus hermanas en el refectorio (1491).
Nació en Reggio Emilia (Italia) en 1428. Sus padres, Simón y Catalina, fueron pobres en fortuna, pero ricos en virtudes cristianas.

Pronto manifestó el deseo de ser religiosa y consiguió revestirse con el hábito de carmelita, llevando vida retirada, penitente y de oración en su misma casa.

Muertos sus padres, aceptó la generosa oferta que le hizo una rica y piadosa señora, de su hacienda con su casa y sus dos hijas, que también deseaban ser carmelitas.

Así quedó establecido. aunque precariamente, un inicio de convento hasta conseguir otro lugar más espacioso y adecuado, que llegó a ser, previas las debidas licencias, el auténtico monasterio afiliado a la Congregación Mantuana de los carmelitas.

Poco tiempo después ya contaba este monasterio con 22 religiosas bajo el priorato de la Beata Scopelli y la dirección espiritual de un padre carmelita.

Dotada por Dios de extraordinarios carismas, se le atribuyen numerosos milagros.

Según sus biógrafos, el oficio de superiora tue para ella un nuevo estímujo en la práctica de la observancia regular de ayunos, silencio y sobre todo de oración, de donde dimanaban todas las demás virtudes.

Llena de júbilo, conoció por revelación el día de su muerte y sin disimulo anunció a la comunidad que, rotas las ligaduras de su carne mortal, muy en breve pasaría a las bodas celestiales.

A la comunidad, reunida y entristecida, recomendó la más estricta observancia y sobre todo la práctica de la caridad por ser el alma de la comunidades religiosas.

Entregó su alma a Dios el 9 de julio de 1491.

OEl papa Clemente XIV aprobó su culto inmemorial en 1771.

Su cuerpo yace hoy en la catedral de Reggio.

Su fiesta se celebra el 9 de julio.


Beata Juana Scopelli, virgen
fecha: 9 de julio
n.: 1428 - †: 1491 - país: Italia
otras formas del nombre: Juana de Reggio
canonización: Conf. Culto: Clemente XIV 1771
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Reggio, de la Emilia, beata Juana Scopelli, virgen de la Orden Carmelitana, que con los donativos de sus conciudadanos fundó un monasterio y con la oración consiguió proporcionar pan a sus hermanas en el refectorio.

Juana Scopelli nació en 1428 en Reggio Emilia. Muy pronto manifestó deseos de abrazar la vida religiosa; como sus padres no se lo permitiesen, se vistió el hábito y empezó a practicar la vida ascética en su propia casa. A la muerte de sus padres, decidió fundar un convento de carmelitas en Reggio; pero se negó a emplear en ello su herencia, pues quería que la fundación fuese obra de las limosnas de los cristianos. A los cuatro años de trabajo incesante por parte de Juana, se inauguró el monasterio de Nuestra Señora del Pueblo, del que ella fue elegida superiora.

A pesar del tiempo que empleaba en el gobierno de su comunidad y en el canto del oficio, Juana consagraba invariablemente cinco horas diarias a la oración privada. A las austeridades de regla añadía el ayuno constante; desde el día de la Santa Cruz hasta el de Pascua, vivía a pan y agua. Sus mortificaciones eran realmente asombrosas. Se cuenta que obró muchos milagros por la oración. Así, por ejemplo, curó a una noble dama, llamada Julia Sessi, a quien los doctores habían desahuciado. También convirtió a un joven llamado Agustín. Dicho joven profesaba algunas opiniones albigenses y otras herejías. Su madre, muy desconsolada, le llevó a ver a la beata Juana, la cual empleó toda clase de argumentos para convencerle, pero todo fue inútil. Cuando Agustín y su madre partieron, la beata oró fervorosamente y el corazón del joven se abrió a la gracia. También se atribuye a Juana de Reggio el milagro que se cuenta de Santo Domingo y de otros santos: un día, a la hora de comer, las religiosas encontraron la mesa sin viandas, pues la despensa del convento estaba vacía. Pero la beata se puso en oración y, a los pocos momentos había en la despensa pan suficiente para toda la comunidad. Juana murió en 1491, a los sesenta y tres años de edad, después de haber exhortado a sus religiosas al amor de Dios, a la caridad fraterna y a la estricta observancia de la regla. Su culto fue confirmado en 1771.

En Acta Sanctorum, julio, vol. II hay una traducción latina de la biografía, relativamente larga, escrita en italiano por el P. Benito Mutti.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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