"Qué alegre es el estar solo con Dios... Qué paz tan grande se respira cuando nos vemos solos... solos el alma y Dios.
Qué caminos tan distintos lleva el mundo y lleva Cristo.
El mundo se busca así mismo, y a sí mismo se encuentra.
El alma que no busca a Dios, busca a otras almas, y si no las halla llora su soledad...
Tristes lágrimas que amargan el corazón y no dan consuelo.
Pero el corazón que busca a Cristo, ama la soledad de todo y de todos, pues es en esa misma soledad donde Jesús se muestra.
Y es en esa soledad donde busca a las almas, y allí las carga y lleva."
San Rafael Arnáiz Barón, monje trapense.-
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