Hace algunos días, en un
hecho que para algunos fue histórico, el Papa respondió en televisión preguntas
que distintas personas le hicieron. No he visto el programa. Ni esperaba que
sucediera nada trascendental. Ahora leo que el Papa hablará con los astronautas
del transbordador espacial "Endeavour". Alguna vez espero de entender ciertas
políticas comunicacionales del Vaticano. Como si todavía no se hubieran enterado
de la situación de la Iglesia.
En fin, el programa no me
generaba especial interés. Hasta que dos blog (Sandro Magister y Ex orbe)
llamaron la atención por una de las respuestas de Su Santidad a la pregunta
sobre el descenso a los infiernos de Cristo, que los cristianos confesamos en el
Credo. Es una pregunta difícil, llama la atención que haya sido elegida y uno
sospecharía que fue preparada.
La respuesta del Papa
trae cierta polémica. Ya en otros discursos Benedicto XVI había explicado el
hecho de una forma no convencional. A mi me llamaron la atención tres
puntos:
a) "este alma
humana (de Cristo) abraza hasta los últimos confines del ser humano. En este
sentido baja a las profundidades, hasta los
perdidos, hasta todos aquellos que no han alcanzado la meta de sus
vidas, y
trasciende así los continentes del pasado."
Hay algunos términos que
me parecen imprecisos. ¿Cuáles son los confines del ser humano que el alma de
Cristo abraza? ¿Quiénes son los perdidos? ¿Los condenados por el pecado? ¿O los
que genéricamente no han alcanzado la meta de sus vidas? La respuesta parece
presuponer que la meta de todo hombre es Dios mismo y el no haberla alcanzado
significa haber sido separado de Dios. Si así fuera se contrapone con lo que el
mismo Papa había dicho inmediatamente antes, que "el alma de Jesús esta siempre
en contacto con el Padre". ¿Puede el alma de Cristo estar en contacto con el
Padre y a la vez no estarlo? La teología clásica hacía una distinción entre el
infierno de los condenados y los infiernos de todos aquellos que esperaban la
resurrección antes de Cristo. El Catequismo (citando el Catechismo Romano 1, 6,
3) dice que "son estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de
Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos. Jesús no
bajó a los infiernos para liberar a los condenados" (CIC 631 ss). Y aclara con
fuerza que la expresión significa que Cristo conoció verdaderamente la muerte,
esto es la separación del alma y del cuerpo.
Las palabras del Papa son
imprecisas, pero la sensación que queda es que siguiendo a otros teólogos como
von Balthasar, parece querer significar que también el alma de Cristo conoció de
alguna manera la separación de Dios que vive aquel que es
condenado.
b) "Dicen los
Padres de la Iglesia, con una imagen muy hermosa, que Jesús toma de la mano a
Adán y Eva, es decir a la
humanidad, y la encamina hacia adelante, hacia las
alturas.".
Los Padres creían que a
quien había Cristo tomado de la mano era a la persona de Adán y Eva que eran
considerados justos por haberse arrepentido del pecado cometido. No a toda la
humanidad sin distinción. También los condenados forman parte de la humanidad y
a estos Cristo no los puede encaminar hacia ningún lado y mucho menos hacia las
alturas.
c) "creo que
todos nosotros, en
mayor o menor medida, necesitaremos ser
purificados. La mirada de Jesús nos purifica y además nos hace
capaces de vivir con Dios, de vivir con los santos, sobre todo de vivir en
comunión con nuestros seres queridos que nos han precedido."
Todos nosotros (todos los
hombres) es una proposición universal. A fuerza de ser precisos no todos deben
ser purificados. La Virgen María es seguro que no (Cfr. CIC 1024). Pero en
verdad Ratzinger esta haciendo extensivo a todos los justos aquello que la
tradición consideró que era solo para algunos. Pareciera querer decir que todos
deberán pasar por el Purgatorio para llegar al cielo. El CIC dice que "los que
mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados viven
para siempre con Cristo" (CIC 1023). De la vida de algunos santos pareciera
desprenderse que nada tenían ya que purificar.
A mi me llaman
particularmente la atención estas imprecisiones claras en un teólogo del calibre
de Ratzinger. Es por eso que he querido contraponerlas al catecismo sin entrar
en discusiones teológicas más elaboradas. Y es que como dice el blog Ex Orbe,
por momentos pareciera que el teólogo Ratzinger, le gana el lugar al Papa
Benedicto XVI, y elabora teorías teológicas que trascienden los simplemente
especulativa para pasar a lo Magisterial con resultados, al menos, inquietantes.
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