miércoles, 17 de julio de 2013

De Profundis

 

 



Un amigo hizo un pequeño estudio sobre la interpretación hebraica y cristiana del primer versículo del Salmo 130, llamado comunmente De Profundis. Por su extensión lo dejo en dos partes.

"Desde lo profundo clamo a Ti, Señor"




1.LA TRADICIÓN HEBREA

Se ha hecho notar la ironía de que un cántico de la ascensión inicie con un grito «desde lo profundo». El término mimma'amaqîm, no es común en el Antiguo Testamento1. Para los hebreos la profundidad tenía relación con lo inaccesible, lo incomprensible, con la profundidad del océano, de la tierra o del Abismo. Es por eso que el salmista se encuentra en una situación desesperada. No tenemos información fiable acerca del contexto original en el que fue compuesto el salmo y el uso litúrgico que se le daba2. Para algunos exégetas es curioso que siendo un salmo penitencial no ocupe el primer lugar sino el onceavo3.
La historia de la interpretación de los cánticos de la ascensión podría empezar con las diferentes versiones que se encuentran en el Talmud de Babilonia y en el de Jerusalén. El escenario de la historia en ambos es la excavación de David en preparación para la construcción del Templo. Mientras que el Talmud de Jerusalén ve en los cánticos el modo que tiene David para reencauzar las aguas que amenazaban al mundo, el Talmud de Babilonia ve en los cánticos un medio por el que el rey levantó las aguas después de que estas se habían hundido hasta un nivel inaceptable4.
La conexión de las profundidades con el Templo es significativa en el ritual de la Fiesta de los Tabernáculos. Parte de la liturgia parece haber tenido el propósito de contribuir a garantizar el agua necesaria para la actividad agrícola a través de su elevación. Al parecer los levitas cantaban los salmos de la ascensión como parte de este ritual5.
Nuestro salmo tenía un papel aún mas específico cuando la lluvia no llegaba. En ese caso el ritual especificaba un determinado tiempo de ayuno donde se agregaban bendiciones y se cantaban los cánticos de la Ascensión 120, 121 y 130, y el salmo 102 en ese orden. Cada una de estas bendiciones terminaba con su oración propia6.
Estas referencias muestran el uso de estos salmos en el periodo del Segundo Templo, y ciertamente dan una idea de como fueron vistos en esa época y en los primeros siglos de la era cristiana. Desde la perspectiva de la crítica moderna, la naturaleza de la agrupación de estos cuatro salmos es clara solo en parte7. En ellos se encuentran elementos en común como el lamento individual, el pedir a Dios salir de una situación de angustia y la confianza en Dios. Por otro lado hay elementos importantes que los difer-encian, como son la preocupación por los enemigos humanos (en el salmo 120) y la detallada descripción de la condición del salmista (en el 102). La ausencia de estos fueron motivo para que algunos exégetas pusieran en duda la clasificación del salmo 130 dentro del género de lamentación individual8.
Algo que diferencia al salmo 130 de los otros tres, es el énfasis en el pecado humano. La tradición rabínica posterior no lo relacionó con un pecado concreto. Así un comentarista medieval, David Kimhi9 hace un paralelo entre la profundidad (que el especifica como las profundidades de las aguas) y el exilio de Israel. Para Kimhi, este exilio no es una simple referencia a la historia antigua de Israel. Es mas bien una realidad presente de las que sus contemporáneos necesitan ser redimidos. Kimhi cree que la redención es un proceso en dos etapas. En primer lugar, Dios redime a Israel poniendo el deseo de arrepentirse de corazón y perdonando sus pecados. Entonces, Dios rescata a Israel de su cautiverio.
Una interpretación similar entre la profundidad y el exilio hace, en su comentario a este salmo, el rabí Abraham ben Meir ibn Ezra10. Sin embar-go, no la considera la única posible. También puede estar haciendo referencia a la pobreza y a la desgracia. Se puede observar que si primero se paso de una interpretación desde lo individual hacia lo nacional. En esta última se hace el camino inverso desde lo nacional hacia lo individual.
La exégesis cabalística se decantó por una interpretación individual. Así, para Moisés de León11 el salmo es anónimo porque es el salmo de todo hombre que debe dirigir su oración desde lo más profundo del alma. Para este autor la profundidad se refiere a la fuente de todas las fuentes. La profundidad celeste de donde brotan todas las bendiciones12.
En cambio el Midrash recuerda un diálogo en el que los Hijos de Israel le preguntan a Dios cuando serán redimidos de exilio. El Todopoderoso responde que cuando estén hundidos al nivel más bajo, sin duda los rescatará13. También es dramático el del rabí Abba ben Kahana dice que la asamblea de Israel se dirigió a Dios en estos términos «soy amada porque fui puesta en la profundad de la tribulación. Pero cuando El Santo ma haga salir de la tribulación floreceré de obras buenas delante de Él»14.
Es curioso, en cambio, la interpretación del Talmud de Babilonia (Berakot 10b) en el que rabí Josi ben Rabbi Chanina en nombre de rabí Eliezer ben Jaqob, dice que el hombre no debe estar en un lugar elevado para orar. A partir de esta interpretación se ponía el atril en la parte más baja de la nave de la sinagoga15. El Midrash Tehilim comenta este versículo diciendo que «nunca se debe estar sobre una cama, silla, banco, taburete o cualquier otro lugar alto para orar, debemos estar en un lugar bajo, porque no debe haber ninguna soberbia en presencia del Todopoderoso»16. Tanto el Barakot como el Midrash Tehilim defienden la misma tradición con respecto al salmo 102. Este pasaje es también citado en referencia al estudioso de la Torah, que extrae los designios del corazón humano, el cual es comparado con las «aguas profundas»17.
Parte del enigma que encierra nuestro salmo tiene que ver con lo poco exhautivo de la descripción de la situación del salmista. La relación entre los salmos 130 y, por ejemplo, el 102 sirven en cuanto el último puede ser utilizado como clave de lectura del primero. Es claro que esta relación no es evidente. Sin embargo, se puede hipotetizar, que el haberse mantenido unidos tanto en la liturgia, como en algunas de las interpretaciones rabínicas, traspasa lo meramente casual18.
Por otra parte, parece ser un hecho que la raíz del término traducido como «profundidad» en el salmo 130, empezó a generalizarse a partir del Segundo Templo y sobre todo a partir de la etapa post-bíblica, utilizándose tanto para describir la profundidad del pensamiento divino y humano como para referirse a los misterios del mundo o simplemente aquellas cosas difíciles de entender. Esta relación se ve, por ejemplo, en los pasajes en que hay una conexión ya sea mitológica o histórica entre la sabiduría y la profundidad del mar19.
Antes de concluir esta sección se debe mencionar el papel del Salmo 130 en el resto de la tradición litúrgica judía. Tanto esta como la cristiana lo han considerado un salmo penitencial. Tiene un papel específico durante el día diez de Penitencia entre Rosh Hashaná y Yom Kipur. La preocupación del salmo sobre la pecaminosidad humana, hace que sea apropiado para tales ceremonias. En cambio, no es tan claro que lugar ocupa la imagen de la profundidad.
Es sugestivo que esta imagen tenga un lugar recurrente en estas fiestas más allá del uso del Salmo 130. Por ejemplo, en la ceremonia del Tashlik recuerda el envío de los pecados a las profundidades del mar en Miq 7,19. Este pasaje se encuentra en varias ceremonias lo mismo que el libro de Jonás donde, obviamente, la profundidad del mar ocupa un lugar destacado. Aunque tanto en un libro como en el otro la palabra usada para referirse a la profundidad no es la misma que la del Salmo 130.
Concluimos esta primera parte haciendo notar que si el término «profu-ndo» en los orígenes tenía un sentido unívocamente negativo, el uso flexible que se le dio, permitió, a la tradición judía posterior darle tanto un enfoque negativo como positivo20.
1Una vez con el genitivo «mar» en Is.51,10, tres veces con el genitivo «agua» en Sal 69,3.15 y en Ez 27,34.
2H. Nasuti, «Plumbing the depths» 105.
3Cfr. L.Alonso Schökel, I Salmi, II, 696. El hecho de que el grito inicial sea desde lo mas profundo y que la colección sea de cánticos de una ascensión, agrega argumentos para que nuestro salmo ocupe uno de los primeros lugares.
4Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 104.
5Cfr. R.Patai, Man and temple in Ancient Jewish myth and ritual, 29, 54-60, 86.
6Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 104.
7Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 105.
8Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 107. Ciertamente es esta una posición muy minoritaria. Cfr. L.Alonso Schökel, I Salmi, II, 696 y G.Ravasi, Il libro dei salmi, III, 634.
9David Kimhi (1160-1235) fue un rabino y filósofo nacido en Narbona famoso por sus comentarios a los libros de los profetas, del Génesis, Salmos y otros del Antiguo Testamento.
10Abraham ben Meir ibn Ezra (1092-1167) califcado como el Sabio, fue un destacado intelectual sefardí nacido en Tudela (España). Fue uno de los mas destacados literatos hebreos del medioevo y sus comentarios a la Biblia se distinguen por su erudición.
11 Moisés de León (1250-1305) fue un rabino y filósofo judio sefardí. Se interesó por la cábala ante el aumento de la influencia racionalista dentro del judaismo.
12 citado por G.Ravasi, Il libro dei Salmi, 628.
13 A.C.Feuer ed. Tehilim – Psalms. A new traslation
14 citado por G.Lenzi ed. I salmo del pellegrinaggio, 179.
15 Cfr.G.Lenzi ed. I salmo del pellegrinaggio, 178.
16 A.C.Feuer ed. Tehilim – Psalms. A new traslation.«furthermore one should never stand upon a bed, chair, bench, stool or any high place to pray but should pray from a low place, for there must be no haughtiness in the presence of the almighty»
17 Prov. 20,5.
18 Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 109.
19 Ver, por ejemplo, Sab.10,18-19 o Ecli. 25,5.
20 Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 110









"Desde lo profundo clamo a ti, Señor"




2.LA TRADICIÓN CRISTIANA

El salmo 130 siempre ha ocupado una posición importante dentro de la tradición cristiana. La redención de Israel cantada en el v. 8 fue vista cumplida en Jesucristo, que «salvará a Israel de todos sus pecados»1. Contribuyó a esta importancia el hecho de que fuera incluido dentro de los siete salmos penitenciales y en la tradición litúrgica. En esta sección estudiaremos la recepción que tuvo este salmo en la época patrística.
Para entender la importancia de lo «profundo» en esta tradición es necesario notar que en la LXX fue traducido como βαθος. Este mismo término fue usado para traducir otros pasajes como Miq 7,19 o Jon 2,4, lo que no se correspondía exactamente con la biblia hebrea2.
Además βαθος fue usado en los textos del Nuevo Testamento. Muy influyente fue el uso que le dió Pablo en Rom 8,38-39, donde se refiere a lo profundo como algo que es incapaz de separarlo de Cristo. En cambio, en Rom 11:33 lo utiliza como elogio a la sabiduría y ciencia de Dios. En este uso tanto negativo como positivo de βαθος, Pablo esta en consonancia con la tradición hebrea vista anteriormente.
Orígenes, en su comentario de nuestro salmo, señala que la persona que busca en las profundidades de Dios, es el que clama al Señor desde las profundidades. También asocia la profundidad a la oración. De esta manera el comienzo del salmo querría indicar una oración verdadera, no superficial, que no solo esta en los labios sino también en lo profundo de la persona3.
Se sabe que Orígenes tuvo una gran influencia sobre San Juan Crisóstomo. Para el padre griego, la profundidad indica una oración intensa, que une corazón y mente, con gran celo, que transforma la vida interior de la persona4. También Teodoreto de Ciro, se refiere a la profun- didad como la oración que nace del corazón5.
En los padres latinos, Hilario de Poitiers, hace directamente referencia a la interpretación paolina positiva de la profundidad (Rom 11,33). Así cuando comenta el salmo 130 dice «la mente humana no penetra en los arcanos y profundos decretos del inescrutable juicio divino»6. Pero también explora una interprtación ya propuesta por Orígenes. El grito desde lo profundo es un grito sincero, desde el corazón, interior, y no solo con los labios y exterior. Pero para el padre latino puede haber una tercera interpretación. La profundidad puede ser el lugar del sufrimiento humano. Así lo relaciona con el salmo 68, donde dice «Estoy hundido en el fango del Abismo y no puedo hacer pié; he caido en las aguas profundas y me arrastra la corriente». Esto muestra que para Hilario el mismo término puede tener varias interpretaciones al mismo tiempo. Algunas positivas y otras negativas.
San Agustín, uno de los más importantes pensadores de occidente, tambíén lo comento en sus Enarrationes in Psalmos. El santo de Hipona por un lado continuó la tradición patrística y por el otro innovo, revelando parte de su teología en el comentario. Agustín estuvo de acuerdo con muchos otros intérpretes en cuanto que el salmista es un hombre fiel que reza con el corazón. Como en la tradición hebrea, cita a Jonás como el ejemplo de uno que ora a Dios desde la profundidad y es escuchado. Por el otro lado, vió en el abismo la situación de todo hombre mortal7 que por el pecado a perdido la imagen divina que Dios había puesto en el momento de la creación. Para lograr que sea liberada8 es necesario que actúe Dios, de lo contrario quedara atrapada para siempre en el abismo. En realidad solo aquellos que no reconocen sus pecados estan en el fondo del abismo. En cambio, aquellos que lo reconocen y gritan a Dios estan siempre ascendiendo hacia Él9. El comentario total del salmo muestra a Agustín muy influenciado por la escatología paolina. Situa así a la audiencia entre el ahora de la remisión de sus pecados pasados y el aún no del goce de la vida eterna. Aquellos que no pueden acoger la ley de Cristo en los fuertes términos del Sermón de la Montaña no podrán tampoco acoger la misericordia divina de la que habla la segunda parte del salmo10. Nos parece entonces que si bien la exégesis agustiniana tiene muchos puntos de contacto con la hebrea, su desarrollo a partir de la doctrina paolina hace que se diferencie, mostrando elementos que hacen pensar en una verdadera y propia interpretación dentro del ambiente cristiano.
La interpretación agustiniana, como no podía se de otra manera, hizo escuela. Su influencia se extenderá por todo el medioevo. Entre uno y otro esta Casidoro. Ya influenciado por Agustín, realiza también un aporte interesante. Para Casidoro, el salmo expresa el desarrollo ascendente de la vida espiritual. Para él cuanto mas se asciende en esta, más se necesita la humildad y la oración, porque somos incapaces de estar libres de toda culpa y siempre tenemos necesidad del perdón divino11. Casidoro no solo asocia como Agustín, a Jonás, con la figura que ora desde la profundidad sino también a Pedro y al recaudador de impuestos12: «Es desde la profundidad que Pedro lloró, que el publicano se golpeaba el pecho, que Jonás gritaba hacia el Señor. El vientre del pez fue, para el profeta, una Iglesia».
Para Nasuti, el hecho de que a partir de Agustín, y continuiando con Casidoro y Gregorio Magno, se hiciera de este salmo una lectura espiritual, que impuslaba a la oración fervorosa, a la humildad y a la caridad hizo posible que la tradición cristiana posterior viera en la profundidad un factor mas bien positivo13.

4.CONCLUSIÓN

Nuestro análisis histórico de la exégesis de lo profundo en el Salmo 130 estuvo lejos de ser exhaustiva. Las fuentes hebráicas han sido difíciles de encontrar. Sobre las fuentes cristianas hemos elegido del ámbito patrístico la que en nuestra opinión eran mas importantes. El hecho de que no hayamos analizado la exégesis protestante comenzada con Lutero, que tenía como preferido nuestro salmo, nos muestra lo estrecho de nuestros límites.
Al comenzar este estudio dijimos que la cultura hebrea concebía la profundidad como un factor negativo, y que en cambio, el cristianismo hizo una lectura positiva. Terminado nuestro estudio tenemos que decir que una división tan radical nos parece exagerada. Hemos visto que a travez del tiempo también la exégesis hebraica ha entendido la profundidad en un sentido positivo. Por ejemplo, al adoptar esta imagen en relación a la humildad que debemos tener ante Dios. Por lo pronto, en la exégesis cristiana subsistió esta amvivalencia. El doble sentido en el que lo entiende Pablo (en relación a lo que nos puede separar de Dios y como calificativo del pensamiento divino) es suficiente ejemplo.
H.Nasuti, en su artículo reiteradamente citado, propuso que las exégesis podían ser clasificadas en 1) mitológicas 2) históricas 3) orientadas al pecado 4) orientadas a la virtud. Nos atrevemos a decir que también esta nos parece exageradamente esquemática.
Nos parece notar que el sentido negativo de profundo tuvo que ver con la terminología hebraica. En la medida que el término paso a la LXX y de allí a la tradición cristiana, el concepto se fue volviendo cada vez más ambiguo. Ciertamente, profundo es un término relativo, que depende del sujeto al cual es relacionado. Esta ambigüedad, lejos de ser una pobreza permitió una exégesis creativa sobre todo por parte de la teología simbólica patrística. Por supuesto, no fue este el único caso. El ejemplo paradigmáti- co son las interpretaciones medievales del Cantar de los Cantares.
Lo mismo se puede decir de la exégesis hebrea. Mas allá de que algunas nos pueden parecer curiosas a nuestra sensibilidad, es indudable que muchas de ellas poseen una gran riqueza.
1 Mt 1,21
2 Hacemos aquí referencia al hecho de que la Biblia hebrea utilizaba palabras distintas y no a que la traducción griega no fuera correcta.
3 Origenes, Exegetica in Psalmos, PG 12; 1648.
4 San Juan Crisóstmo, Expositio in psalmun, PG 55;373-377.
5 Teodoreto de Ciro, Interpretatio in Psalmun, PG 80; 1899-1902.
6 Hilario de Poitiers, Comentario a los salmos, 126.
7 Profundum enim nobis est vita ista mortalis.
8 Liberatur imago ipsius
9 Cfr. San Agustín, Enarrationes in Psalmos, 219.
10 Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 113.
11También Gregorio Magno dirá que «Mas los justos se acercan a Dios y mas se sienten pecadores y enfermos». Gregorio Magno, In Septem Psalmus Poenitentiales Expositio, PL 79; 632.
12Casidoro, Expositio in Psalterium, PL 70;446-449.
13Cfr. H. Nasuti, «Plumbing the depths» 115

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