martes, 7 de mayo de 2013

Pedro Nolasco, Santo

Presbítero y Fundador, 6 de mayo
 
Pedro Nolasco, Santo
Pedro Nolasco, Santo

Presbítero y Fundador
de la Orden de la Bienaventurada María de la Merced

Martirologio Romano: En Barcelona, en España, san Pedro Nolasco, presbítero, quien con san Ramón de Penyafort y el rey Jaime I de Aragón fundó, según se cree, la orden de la Bienaventurada María de la Merced, para la redención de los cautivos. Se entregó ardientemente con trabajo y esfuerzo a procurar la paz y a liberar del yugo de la esclavitud a los cristianos, en tiempo de los infieles (1258).

Nace en Barcelona, España, 1189.

A los 15 años sufre la muerte de su padre y se dispone a repartir santamente sus muchos bienes a lo que su madre asiente.

Años mas tarde, estando en edad de casarse, peregrina a Monserrat. Allí, a los pies de la Virgen, pudo comprender mejor el vacío de las vanidades mundanas y el tesoro que es la vida eterna. Prometió entonces a la Virgen mantenerse puro y dedicarse a su servicio.

Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos al Africa. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos por eso perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación de el mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" Mt 6,20.

En 1203 el laico San Pedro Nolasco iniciaba en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman grupos -cofradías- para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota. Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.

Intervención de la Virgen para la fundación
La noche del 1 al 2 de agosto del año 1218, la Virgen se le apareció a Pedro Nolasco. Según una tradición dudosa, también se apareció la Virgen a San Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a los tres por separado su deseo de fundar una orden para redimir cautivos.

El hecho es que la Virgen María movió profundamente el corazón de Pedro Nolasco para fundar la orden de la Merced y formalizar el trabajo que el y sus compañeros hacían ya por 15 años. El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la orden mercedaria. Su patrona es La Virgen de la Merced. "Merced" significa "misericordia".(Mas sobre La Virgen de la Merced y San Nolasco).

La nueva orden fue laica en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Eran acompañados con frecuencia de ex-cautivos, ya que, cuando uno era rescatado, tenía obligación de participar durante algún tiempo en este servicio. Normalmente iban cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, Africa, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.

Los frailes hacían, además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, un cuarto: dedicar su vida a liberar esclavos. Al entrar en la orden los miembros se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, en caso que el dinero no alcanzara a pagar su redención. Entre los que se quedaron como esclavos está San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios.

El Papa Gregorio Nono aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General.

El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada vez que obtenía algún triunfo lo atribuía a las oraciones de este santo.

Antes de morir, a los 77 años (el 25 de diciembre de 1258), pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados".

Su intercesión logró muchos milagros y el Papa Urbano VIII lo declaró santo en 1628.

La misión redentora la continúa hoy la familia mercedaria a través de sus institutos religiosos y asociaciones de laicos. Es también la misión de todo buen cristiano.
 
 
San Pedro Nolasco
Acuarela de Juan José Abella Rubio

San Pedro Nolasco
Estatua del Santuario de
Nra. Sra. del Rosario, S. Nicolás, Argentina
Foto: corazones.org
 
San Pedro NolascoFundador de la Orden de la Madre de Dios de la Merced (los Mercedarios)
1189-1258
Fiesta: 29 de Enero
Nace en Barcelona, España, 1189.

A los 15 años sufre la muerte de su padre y se dispone a repartir santamente sus muchos bienes a lo que su madre asiente.
Años mas tarde, estando en edad de casarse, peregrina a Monserrat. Allí, a los pies de la Virgen, pudo comprender mejor el vacío de las vanidades mundanas y el tesoro que es la vida eterna. Prometió entonces a la Virgen mantenerse puro y dedicarse a su servicio.
Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos al Africa. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos por eso perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación de el mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" Mt 6,20.
En 1203 el laico San Pedro Nolasco iniciaba en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman grupos -cofradías- para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota. Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.
Intervención de la Virgen para la fundaciónLa noche del 1 al 2 de agosto del año 1218, la Virgen se le apareció a Pedro Nolasco. Según una tradición dudosa, también se apareció la Virgen a San Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a los tres por separado su deseo de fundar una orden para redimir cautivos.
El hecho es que la Virgen María movió profundamente el corazón de Pedro Nolasco para fundar la orden de la Merced y formalizar el trabajo que el y sus compañeros hacían ya por 15 años. El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la orden mercedaria. Su patrona es La Virgen de la Merced. "Merced" significa "misericordia".(Mas sobre La Virgen de la Merced y San Nolasco).
La nueva orden fue laica en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Eran acompañados con frecuencia de ex-cautivos, ya que, cuando uno era rescatado, tenía obligación de participar durante algún tiempo en este servicio. Normalmente iban cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, Africa, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.
Los frailes hacían, además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, un cuarto: dedicar su vida a liberar esclavos. Al entrar en la orden los miembros se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, en caso que el dinero no alcanzara a pagar su redención. Entre los que se quedaron como esclavos está San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios.
El Papa Gregorio Nono aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General.

El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada vez que obtenía algún triunfo lo atribuía a las oraciones de este santo.
Antes de morir, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados".

Su intercesión logró muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1628.
La misión redentora la continúa hoy la familia mercedaria a través de sus institutos religiosos y asociaciones de laicos. Es también la misión de todo buen cristiano.
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?"  Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis." Mateo 25:39-40

Pedro Nolasco.   

San Pedro Nolasco
Visión de San Pedro Nolasco.jpg
San Pedro Nolasco, Francisco de Zurbarán, Museo del Prado, Madrid
Nacimientoca. 1180
Barcelona
Fallecimiento6 de mayo de 1245
Barcelona
Venerado enIglesia Católica Romana
Canonización1628
ÓrdenesMercedario Emblem mercedarians.gif
Festividad6 de mayo
AtributosCadenas, estandarte, rama de olivo
San Pedro Nolasco (Barcelona, 1180 - Barcelona, 1245) fue un fraile español, fundador de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced para la redención de cautivos.

 Biografía

Mercader nacido en Barcelona.
En 1203 Pedro Nolasco, como seglar, iniciaba en Valencia la redención de cautivos de manos de los musulmanes. Con su propio patrimonio organizaba expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciante le facilitaba esa labor. Después fundó grupos para recaudar la limosna para los cautivos.
En la noche del 1º al 2 de agosto de 1218 se le apareció la Virgen pidiéndole que fundara una orden que se dedicara a la redención de los cautivos.
El Papa Gregorio IX la aprobó en 1235 y le dio la regla de San Agustín. Estaba compuesta por religiosos y caballeros que recibieron la institución canónica del obispo de Barcelona y la investidura militar de Jaime I. Sus miembros se obligaban, por un cuarto voto, a entregarse como rehenes para la liberación de los cautivos si no tenían el dinero necesario para su rescate. Los mercedarios pronunciaban cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia y, cuarto, estar dispuestos a entregarse como rehenes si ése fuera el único medio de cumplir con su promesa. Muchos eran, por entonces, los cristianos capturados y vendidos como esclavos a los musulmanes de África, lo que siguió ocurriendo hasta que desapareció la piratería. Los mercedarios cumplieron con la promesa hecha y en su historia constan, perfectamente documentadas, 344 redenciones y más de 80.000 redimidos.
Pedro Nolasco fue canonizado y su fiesta se celebra el 6 de mayo. Se le representa vistiendo el hábito blanco de los mercedarios, con unas cadenas rotas que simbolizan la liberación de los cautivos, un estandarte con las armas de la Corona de Aragón, una cruz y un ramo de olivo.
Zurbarán le representó en un ciclo de cuadros para el convento de los Mercedarios de Sevilla, conservados hoy en el Museo del Prado de Madrid, y que constituyen la iconografía más conocida de este santo.
Es el Patrón de El Viso del Alcor (Sevilla), debido a la vinculación de esta población de los Alcores sevillanos con la orden mercedaria.

Véase también

Mercedario

Referencias

 Enlaces externos


 Velas
29 de Enero
 San Pedro Nolasco
 
Fundador de la Comunidad de
Padres Mercedarios
(+1258)
San Pedro NolascoNació cerca de Barcelona, España, hacia 1189.
A los 15 años quedó huérfano de padre, y dueño de grandes posesiones. La madre le colaboró en todos sus deseos de hacer el bien y de obtener santidad.
Estando en edad de casarse hizo una peregrinación a la Virgen de Monserrat y allí se puso a pensar que las vanidades del mundo pasan muy pronto y no dejan sino insatisfacción y que en cambio lo que se hace para la vida eterna dura para siempre. Entonces promedió a la Virgen mantenerse puro y se le ocurrió una idea que iba a ser de gran provecho para muchas gentes.
En aquel tiempo la cuestión social más dolorosa era la esclavitud que muchísimos cristianos sufrían de parte de los mahometanos. Estos piratas llegaban a tierras donde había cristianos y se llevaban a todos los hombres que encontraban. Las penalidades de los prisioneros cristianos en las tenebrosas cárceles de los mahometanos sobrepasaban lo imaginable. Y lo más peligroso era que muchos perdían su fe, y su moralidad se dañaba por completo.
Esto fue lo que movió a Pedro Nolasco a gastar su gran fortuna en libertar al mayor número posible de esclavos cristianos. Cuando se le presentaba la ocasión de gastar una buena cantidad de dinero en obtener la libertad de algún cautivo recordaba aquella frase de Jesús en el evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe". (Mt. 6,20) Y este pensamiento lo movía a ser muy generoso en gastar su dinero en ayudar a los necesitados.
Y sucedió que, según dicen las antiguas narraciones, que una noche (agosto de 1218) se apareció la Sma. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de Aragón (que era amiguísimo de nuestro santo) y les recomendó que fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a libertar cristianos que estuvieran esclavos de los mahometanos.
Consultaron al director espiritual de juntos, que era San Raimundo de Peñafort, y éste los llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, al cual le pareció muy buena la idea y la aprobó. Entonces el militar Pedro Nolasco hizo ante el obispo sus tres votos o juramentos. de castidad, pobreza y obediencia, y añadió un cuarto juramento o voto: el de dedicar toda su vida a tratar de libertar cristianos que estuvieran siendo esclavos de los mahometanos. Este cuarto voto o juramento lo hacían después todos sus religiosos.
Los antiguos dicen que la Virgen les recomendó:
Fundad una asociación con hábito blanco y puro que sea defensa y muro de la cristiana nación.
San Raimundo predicó con gran entusiasmo en favor de esta nueva Comunidad y fueron muchos los hombres de buena voluntad que llegaron a hacerse religiosos. El vestido que usaban era una túnica blanca y una cruz grande en el pecho. San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General de la Congregación y el Papa Gregorio Nono aprobó esta nueva Comunidad.
San Pedro Nolasco ayudó al rey Don Jaime a conquistar para los cristianos la ciudad de Valencia que estaba en poder de los mahometanos, y el rey, en agradecimiento, fundó en esa ciudad varias casas de la Comunidad de los Mercedarios.
El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Y cada vez que obtenía algún resonante truinfo lo atribuía a las oraciones de este santo.
San Pedro hizo viajes por muchos sitios donde los mahometanos tenían prisioneros cristianos, para conseguir su libertad. Y viajó hasta Argelia, que era un reino dominado por los enemigos de nuestra santa religión. Allá lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad.
Como había sido un buen comerciante, organizó técnicamente por muchas ciudades las colectas en favor de los esclavos y con esto obtuvo abundante dinero con los cuales logró la libertad de muchísimos creyentes.
Poco antes de morir repitió las palabras del Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". Tenía 77 años de edad.
Por su intercesión se obraron muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1628. La Comunidad fundada por él se dedica ahora a ayudar a los que están encarcelados. Es un apostolado maravilloso.
Jesús nos recuerda lo que prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).



San Pedro Nolasco, presbítero y fundador
fecha: 6 de mayo
fecha en el calendario anterior: 28 de enero
n.: c. 1189 - †: 1258 - país: España
canonización: C: Urbano VIII 30 sep 1628
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Barcelona, en España, san Pedro Nolasco, presbítero, que, según la tradición, junto con san Ramón de Penyafort y el rey Jaime I de Aragón fundó la Orden de Nuestra Señora de la Merced, para la redención de los cautivos. Se entregó ardientemente, con trabajo y esfuerzo, a procurar la paz y a liberar del yugo de la esclavitud a los cristianos que habían caído cautivos de los infieles.

Pedro, que descendía de la noble familia Nolasco del Languedoc, nació hacia el año 1189. A los quince años perdió a su padre, quien le dejó en herencia cuantiosas posesiones, y el joven quedó bajo la tutela de su madre, que favoreció todas sus buenas aspiraciones. Cuando llegó a la edad de casarse, Pedro empezó a considerar seriamente la vanidad de todas las cosas terrenas. Una noche, atormentado por este pensamiento, se postró en oración hasta la mañana siguiente, consagró su castidad a Dios y prometió repartir todo su patrimonio entre los pobres. Algunos autores afirman que Pedro tomó parte en la campaña de Simón de Montfort contra los albigenses. El conde venció a los herejes, derrotó y mató a Pedro de Aragón en la batalla de Muret, y tomó prisionero al hijo de éste, Jaime, que tenía cinco años. Se cuenta que el conquistador puso al niño bajo la tutela de Pedro Nolasco, quien tenía entonces veinticinco años, y que envió a los dos a España. Pero la mayoría de los historiadores admiten actualmente que no hay pruebas suficientes para relacionar a san Pedro con la campaña contra los albigenses, ni con la educación del futuro rey Jaime.

En aquella época, los moros ocupaban la mayor parte de España, y una enorme multitud de cristianos vivían en la península y en África, bajo su tiranía. La compasión por los pobres había sido siempre la virtud característica de Pedro. El triste espectáculo que ofrecían esos cristianos y la idea de los peligros a que se hallaban expuestas su fe y sus virtudes, bajo tales amos, conmovió el corazón del santo, que empezó pronto a gastar su fortuna en el rescate de cautivos. En cuanto veía a un esclavo exclamaba: «Almacenemos tesoros que no se pudren». Sus fervientes exhortaciones movieron a otros a dar limosnas para rescatar a los prisioneros. Finalmente, Pedro concibió el proyecto de fundar una orden religiosa encargada de perpetuar esa obra de caridad. Las dificultades no escasearon; pero se cuenta que la Virgen se apareció a san Pedro, al rey de Aragón y a san Raimundo de Peñafort, en la misma noche, y les animó a llevar a cabo el proyecto, asegurándoles que no les faltarían su patrocinio y su protección. San Raimundo, el director espiritual de san Pedro y del rey Jaime, se convirtió en un celoso promotor de la obra. El rey se constituyó en protector de la nueva orden y, para comenzar, le cedió una estancia en su palacio.

El 10 de agosto de 1223, el rey y san Raimundo condujeron a san Pedro a la iglesia y le presentaron a Berengario, obispo de Barcelona, quien recibió los tres votos religiosos del santo. Este hizo ahí mismo un cuarto voto, comprometiéndose a consagrar toda su fortuna y aun su libertad, si fuera necesario, a la redención de cautivos. Sus seguidores hicieron lo mismo. San Raimundo predicó en esa ocasión, y declaró que el Todopoderoso se había complacido en revelar al rey de Aragón, a Pedro Nolasco y a él mismo su voluntad, que consistía en fundar una orden religiosa encargada del rescate de los cristianos prisioneros de los infieles [se llama ordinariamente «Mercedarios» a los miembros de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. Actualmente se dedican a toda especie de obras de caridad y apostolado, aunque siguen haciendo el voto de redimir cautivos]. El pueblo acogió la noticia con inmenso júbilo. San Pedro recibió el nuevo hábito de manos de san Raimundo, quien le nombró superior general de la orden y redactó las reglas y constituciones. Otros dos nobles hicieron la profesión religiosa junto con san Pedro. Cuando san Raimundo fue a Roma en 1235, obtuvo del papa Gregorio IX la confirmación de la fundación y de las reglas.


Después de conquistar el reino de Valencia, el rey Jaime fundó ahí algunas casas de la orden; una de ellas en la propia ciudad de Valencia. La ciudad había sido tomada con la ayuda de las oraciones de san Pedro Nolasco, cuando los soldados desesperaban ya de la victoria. El rey atribuyó todos sus grandes triunfos sobre los infieles, las conquistas de Valencia y de Murcia, a las plegarias del santo. Por lo que se refiere al fin principal de la orden, San Pedro mandó que hubiese siempre entre los infieles un par de religiosos encargados de la redención de los cautivos, llamados «redentores». Uno de los primeros religiosos dedicados a este oficio fue el mismo san Pedro, y Valencia gozó el privilegio de ser la primera ciudad en que el santo ejerció esta actividad. San Pedro no se contentaba simplemente con consolar y rescatar a multitudes de cristianos, sino que, con su caridad y buen ejemplo, se convirtió en el instrumento del que Dios se valió para que muchos mahometanos creyesen en Jesucristo. El santo hizo varios viajes a las regiones de la costa de España ocupadas por los moros, así como una travesía por Argelia, en la que fue hecho prisionero. Pero los más terribles peligros no eran capaces de hacerle desistir de sus esfuerzos por convertir a los infieles, ya que el santo religioso estaba literalmente devorado por el deseo del martirio.

San Pedro renunció a los oficios de superior general y «redentor» pocos años antes de su muerte, ocurrida el día de Navidad de 1256. En sus últimos momentos exhortó a los religiosos a la perseverancia y concluyó con estas palabras del salmista: «El Señor ha enviado redención a su pueblo y ha sellado su pacto para siempre». En seguida, encomendó el santo su alma a Dios, apelando a la caridad que había hecho venir a Jesucristo a redimirnos del cautiverio del demonio, y murió. Tenía entonces sesenta y siete años de edad. Dios honró sus reliquias con muchos milagros. La canonización tuvo lugar en 1628.

[La siguiente nota es de los revisores de la edición Butler, posiblemente de Herbert Thurston y Donald Attwater:] El relato de la vida de San Pedro Nolasco hecho por Alban Butler, que acabamos de resumir sin ningún cambio sustancial, representa la versión tradicional de la Orden de la Merced. Pero debemos confesar que muy pocos de sus datos han escapado de los manos de la crítica, y lo menos que puede decirse es que todo lo relacionado con la fundación de la Orden está envuelto en la incertidumbre. Las mismas fuentes mercedarias no están de acuerdo sobre la fecha exacta de la fundación hecha en presencia del obispo Berengario. Algunos la sitúan en 1218, otros en 1223, como lo dice el artículo, otras más en 1228; el P. Vacas Galindo, O.P., en «San Raimundo de Peñafort» (1919), la sitúa en 1234. Hubo una violenta disputa entre los dominicos y los mercedarios sobre la importancia del papel de san Raimundo, que era dominico, en la fundación de la Orden. Los dominicos le atribuyen un papel de primera importancia, en tanto que los mercedarios aseguran que fue simplemente el confidente de san Pedro y que, en la época de la fundación, era canónigo en Barcelona y no había todavía entrado en la orden de Santo Domingo. Pero en la versión de los mercedarios hay un punto difícil le explicar: a principios del siglo XVII, precisamente cuando se urgía en Roma la canonización de san Pedro Nolasco, los mercedarios «descubrieron» con extraña oportunidad, en la pared del convento de Barcelona, un cofre lleno de documentos hasta entonces desconocidos, que probaban con irrefutable evidencia exactamente los puntos que los promotores de la causa querían demostrar. El más famoso de esos documentos, conocido con el nombre de «documento de los sellos», era un acta notarial de 1260 -por lo menos eso era lo que el mismo documento afirmaba-, destinada a la Santa Sede, para probar la santidad de Pedro Nolasco. Ahora bien, esa acta, que contiene la narración de la aparición de Nuestra Señora a San Pedro, al rey Jaime y a San Raimundo de Peñafort (y que afirma que una colmena de abejas construyó un panal en la manó de San Pedro, cuando éste se hallaba en la cuna), es actualmente considerada por todos los críticos como un documento fraudulento, a pesar de haber sido, durante tres siglos, el memorial más auténtico de la vida del santo. El mismo P. Gazulla, campeón de los mercedarios, demostró en una conferencia leída ante la Academia Literaria de Barcelona bajo el título de «Al margen de una refutación» (1921), que Pedro de Bages, el notario que firma el acta de 1260, había muerto antes del 4 de febrero de 1259. Dado que este documento básico es espurio, resulta difícil conceder la autenticidad a los otros documentos del famoso cofre. Pero sería inútil llevar adelante esta discusión.

Ver el libro del P. Vacas Galindo, O.P., del que acabamos de hacer mención; N. Pérez, Mere, San Pedro Nolasco (1915); M. Even, Une page de l'histoire de la charité (1918); Analecta Bollandiana, vol. xxxix (1921), pp. 209 ss., y vol. XL (1922), pp. 442 ss; y dos artículos del P. Kneller, S. J., en Stimmen aus María Lach, vol. LI (1896), pp. 272 y 357, F. D. Gazulla ha publicado varios volúmenes sobre el punto de vista de los mercedarios, en particular una refutación del libro del P. Galindo en 1920, y La Orden de N. S. de la Merced: Estudios histórico-críticos (1934), 1218-1317; sobre esta última obra, cf. Analecta Bollandiana, vol. v (1937), pp. 412-415.
Nota de ETF: parece que también la fecha de su muerte es controvertida. Distintos hagiógrafos dan fechas completamente distintas: 1249, 56, 58, 25 de diciembre, 28 de enero, 6 de mayo, 13 de mayo... No he retocado el texto del Butler en ese punto ya que la discrepancia no parece poder resolverse con facilidad; sepa el lector que si el nuevo Martirologio lo inscribe el 6 de mayo es porque hay una razonable convicción de que es ésa la fecha de su nacimiento en el cielo; el año que figura en la edición española del Martirologio es 1258.
Los cuadros son: «Visión de san Pedro Nolasco», de Zurbarán, 1629, actualmente en el Prado, Madrid, y «La Virgen aparece a Pedro Nolasco», de Jerónimo Jacinto de Espinosa, siglo XVII, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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