viernes, 3 de mayo de 2013

Bienvenido de Recanati, Beato


Religioso, 5 de mayo
 
Bienvenido de Recanati, Beato
Bienvenido de Recanati, Beato

Religioso de la Primera Orden Franciscana

Martirologio Romano: En Recanati, en la región del Piceno, en Italia, beato Bienvenido Mareni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores ( 1289)
Pío VI concedió oficio y misa en su honor el 17 de septiembre de 1796.

Bienvenido nació en Recanati, en las Marcas, en 1200, de la familia Mareri. Fue religioso en la Orden de los Hermanos Menores en el convento franciscano de su ciudad natal, alcanzando la más alta perfección en la fidelidad absoluta a la regla dada por San Francisco. Transcurrió su vida en humildes trabajos manuales, que sin embargo no lo distrajeron de una constante unión con Dios. Hizo el oficio de cocinero del convento, santificándose entre ollas y calderos, entre actividades prácticas y éxtasis místicos, más elevados que los vuelos de cualquier poeta. Desde el comienzo de su vida religiosa se aplicó con ardor a la práctica de la humildad y de la penitencia.

En una fidelidad inviolable al franciscanismo encontró el medio para llegar rápidamente al ápice de la perfección. La Eucaristía era objeto de su adoración y de su amor. la vida oculta de Jesús en el tabernáculo era el libro donde el buen religioso acudía a aprender el amor ardiente a Dios y a los hermanos, el desprecio de las cosas del mundo, la fidelidad a las obligaciones de su estado, el amor al silencio, a la oración y a la vida oculta.

Un día, después de haber encendido el fuego en la cocina, hechos los primeros preparativos para la comida principal, el Beato Bienvenido se dirigió a la iglesia para participar en la santa misa. La contemplación del divino misterio lo arrobó en éxtasis; siguieron otras misas, y él permaneció inmóvil durante varias horas en contemplación a Dios. Terminado el éxtasis se acordó del almuerzo que debía preparar para sus cohermanos, salió rápidamente reprochándose su olvido. Con gran gozo encontró que ya todo estaba preparado.

Dios había querido así recompensar la caridad de su siervo fiel. Otro día, durante un éxtasis, el Niño Jesús se posó en sus brazos. Estos carismas divinos inflamaron de ardor seráfico el alma del Beato. Sus conversaciones eran más celestiales que terrenas. A los 89 años llegó finalmente la muerte tan esperada por él, la cual habría de liberar su alma de los lazos del cuerpo y le permitiría contemplar eternamente a Dios sumo bien. Murió en el convento de Recanati el 5 de mayo de 1289, llegando con un último suspiro, en un dulcísimo naufragio. Gracias a los milagros que ilustraron la tumba del Beato Bienvenido se propagó su culto.


Beato Bienvenido Mareni, religioso
fecha: 5 de mayo
fecha en el calendario anterior: 21 de mayo
n.: c. 1200 - †: 1289 - país: Italia
otras formas del nombre: Benvenuto
canonización: Conf. Culto: Pío VI 17 sep 1796
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Recanati, en la región del Piceno, en Italia, beato Bienvenido Mareni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores.

La vida del beato Benvenuto de Recanati es poco pintoresca. Nació en Recanati, pueblecito de las montañas de la Marca de Ancona, a cierta distancia de Loreto, e ingresó en el convento de los franciscanos conventuales de su pueblo natal. Se distinguió sobre todo por su piedad y humildad, que le hacía buscar siempre los más bajos oficios. Con frecuencia era arrebatado en éxtasis después de la comunión; en tales casos perdía toda sensibilidad corporal. En una ocasión, al volver en sí de un arrobamiento, el hermano Benvenuto cayó en la cuenta de que se le había pasado la hora de preparar la comida de sus hermanos; pero al entrar en la cocina vio con sorpresa que los ángeles le habían suplido en el trabajo. Los comensales declararon ese día que jamás habían comido mejor. Entre otras gracias sobrenaturales, el hermano Benvenuto tuvo la dicha de tener en sus brazos al Niño Jesús, según se cuenta. Su muerte ocurrió el 5 de mayo de 1289. Pío VI, en 1796, confirmó el culto de este santo hermano lego.

En el artículo que consagra al beato el P. Léon, Auréole Séraphique (trad. ingl.), vol. II, pp. 175-176, hace notar que los cronistas de la orden consignaron muy pocos detalles de su vida. La revisión de las crónicas de Mazzara y Marcos de Lisboa confirma esta afirmación.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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