jueves, 18 de abril de 2013

Atanasia o Anastasia, Santa

Abadesa, 18 de abril
 
Atanasia o Anastasia, Santa
Atanasia o Anastasia, Santa

Abadesa

Martirologio Romano: En la isla Egina, Grecia, santa Atanasia, viuda, que vivió como solitaria y fue también hegúmena, ilustre por sus virtudes y observancia monástica .( s.IX)
Santa Atanasia o Anastasia (siglo IX) Nació y murió en la isla de Egina, Grecia.

Aspiraba a la vida religiosa, pero fue obligada a casarse dos veces. La primera vez con un hombre rico y bastante joven. Formaron un matrimonio feliz hasta que murió su marido defendiendo el puerto de Egina del que pretendían apoderarse los musulmanes procedentes de España. Las leyes de la isla forzaban a las viudas jóvenes a contraer un nuevo matrimonio, ya que ésta se había despoblado tras la guerra. Su nuevo esposo, más rico aún que el primero, era un hombre bueno y misericordioso con los pobres, igual que ella. Se dedicaban juntos a la oración y a socorrer a los indigentes.

Cuando llegaron a la vejez, se separaron para preparar su muerte cada uno por su cuenta. Anastasia se quedó en su palacio que transformó en convento y dirigió una comunidad de religiosas. Las monjas llevaban una vida extremadamente austera moderada bajo la hábil guía de un abad llamado Matías, que les sugirió que se mudaran a un lugar más solitario: Tamia.

Allí, el monasterio creció y prosperó. La fama de Atanasia llegó a oídos de la emperatriz de Constantinopla, Teodora, esposa del Emperador Teófilo el Iconoclasta. Ésta le pidió que fuera a Constantinopla, para ayudarla a restaurar la veneración de las imágenes. Allí permaneció Atanasia durante siete años. De regreso a Tamia, cayó gravemente enferma, pese a lo cual, siguió asistiendo al oficio divino hasta la víspera de su muerte.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Hegúmeno: En la antiguedad, título dado al laico o clérigo monástico que ha sido elegido como líder por la comunidad del monasterio. Su equivalente en la actualidad es el Abad.



 Santa Atanasia, viuda
fecha: 18 de abril
fecha en el calendario anterior: 14 de agosto
†: s. IX - país: Grecia
otras formas del nombre: Anastasia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En la isla de Egina, en Grecia, santa Atanasia, viuda, que primero vivió en soledad, y después fue también hegúmena, destacando por sus virtudes y observancia monástica.

Atanasia nació en una de las islas del Mar Egeo. Contrajo matrimonio con un oficial del ejército, pero su esposo murió dieciséis días después en una escaramuza contra los árabes que habían asaltado la costa. Atanasia quiso entonces consagrarse a Dios, pues había tenido una visión acerca de la futilidad de las cosas de este mundo que la había impresionado mucho. Pero sus padres la persuadieron de que contrajese nuevamente matrimonio. Su segundo esposo era un hombre muy devoto y piadoso, que la alentó en la práctica de las buenas obras y le ayudaba en ellas. La santa repartía liberalmente limosnas entre los pobres, asistía a los enfermos, a los forasteros, a los prisioneros y a todos los necesitados. Después de la misa de los domingos y días de fiesta, solía reunir a sus vecinos para leerles y explicarles algún pasaje de la Biblia. Al cabo de algún tiempo, el esposo de Atanasia decidió tomar el hábito monacal, con el consentimiento de su esposa; ésta, a su vez transformó su casa en un convento, del que fue elegida abadesa.

Las religiosas llevaban una vida extremadamente austera, hasta que se encargó de la dirección espiritual un santo abad llamado Matías, el cual descubrió que estaban tan debilitadas por la penitencia, que apenas podían andar. Matías aconsejó a santa Atanasia que moderase las austeridades de sus súbditas y consiguió que el convento se trasladase a Timia, a una casa tranquila y apta para la vida monástica, pues la casa de la santa estaba en plena ciudad. En Timia el número de las religiosas aumentó de tal modo, que hubo necesidad de ensanchar la casa. La emperatriz Teodora, a cuyos oídos había llegado la fama de la santa, la llamó a Constantinopla y la nombró su consejera. Atanasia hubo de pasar siete años en la corte, en una celda que era una réplica exacta de la que tenía en su monasterio. Finalmente, la emperatriz la dejó partir nuevamente a Timia. Poco después de su llegada, cayó enferma. Durante doce días trató de llevar la vida ordinaria; pero al fin, ya sin fuerzas, tuvo que enviar a sus religiosas a cantar el oficio divino sin ella. Cuando volvieron las religiosas, encontraron a su abadesa agonizante. La santa sólo tuvo tiempo de darles la bendición antes de morir.

Las pruebas históricas no son muy fuertes en este caso. En efecto, aunque el autor de la biografía (traducida del griego por los bolandistas, en Acta Sanctorum, agosto, vol. III) pretende hacerse pasar por contemporáneo de la santa, el hecho no es del todo claro. Por otra parte, apenas hay huellas del culto de santa Atanasia. Sin embargo, varios sinaxarios hablan de ella el 4 de abril. I. Martynov, Annus Ecclesiasticus Graeco-Slavicus, pp. 107-108, menciona a la santa el 12 de abril.
Imagen: Atanasia y Andrónico, restos de un fresco en la iglesia ortodoxa de San Andrónico de Kythrea, en Chipre.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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