miércoles, 6 de marzo de 2013

Paciano (Pacià) de Barcelona, Santo

Obispo, 9 Marzo
Paciano (Pacià) de Barcelona, Santo
Paciano (Pacià) de Barcelona, Santo
Obispo

Etimológicamente significa “pacífico”. Viene de la lengua latina.

Este catalán universal vino al mundo en el siglo IV. Antes de que lo nombraran obispo de Barcelona, en el año 365, había estado casado.

Su hijo Dexter era el Ministro de Asuntos Exteriores del emperador Teodosio y gobernador en tiempos de Honorio.

Era una persona muy inteligente. Por este motivo se entregó, entre otras cosas, a escribir muchos libros, que tenían como eje central de sus narraciones, la disciplina de la Iglesia.

Es una pena que se haya perdido casi todo este rico material. El propio san Jerónimo escribía las dedicatorias de los libros de la gente ilustre. Pues bien, de Paciano dijo que leyendo sus libros se aprendía la elocuencia , la delicadeza de su lenguaje, reflejo de su castidad y pureza, su santidad de vida y su profundo estudio meditativo de la Sagrada Escritura.

Su único libro, “Exhortación a la penitencia” es todo un clásico en esta materia y una guía práctica para alcanzar la santidad.

Es curioso que Juan Pablo II haya publicado en mayo del 2002 una Exhortación titulada “Misericordia Dei = Misericordia de Dios”, en la que invita a los cristianos que no descuiden este Sacramento del perdón de Dios.

Es el signo más palpable a nivel de realidad eclesial, de cómo se muestra Dios un Padre con entrañas de misericordia.

También se conservan sólo tres cartas de las muchas que escribió contra los herejes novacianos. De estas cartas data el famoso dicho que todo el mundo conoce: "Mi nombre es Cristiano, mi apellido Católico".

También hay un sermón sobre el bautismo en la Enciclopedia Benedictina.

Lleno de la gracia de Dios y con fama de santidad, Paciano murió en Barcelona en el año 390.


San Paciano de Barcelona, obispo
fecha: 9 de marzo
†: c. 390 - país: España
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Barcelona, en la Hispania Tarraconense, san Paciano, obispo, que, al exponer su fe, proclamaba que «cristiano» era su nombre y «católico» su apellido.

San Paciano es conocido sobre todo por sus escritos, pues apenas si sabemos algo de su vida. Estuvo casado algún tiempo, probablemente antes de su ordenación sacerdotal. Su hijo, Flavio Dexter, fue ministro del emperador Teodosio y capitán en la guardia de corps del emperador Honorio. San Jerónimo, que era íntimo amigo de Flavio, profesaba el más grande respeto a san Paciano, cuya elocuencia, saber y santidad alabó en la dedicatoria de su "Catálogo de Varones Ilustres" a Flavio.

San Paciano vivió hasta edad muy avanzada y fue un escritor fecundo. De sus numerosas obras sólo se conservan una exhortación a la penitencia, un sermón sobre el bautismo y tres cartas a un noble llamado Sinforiano, que había abrazado la herejía de Novaciano y escribió a San Paciano una carta en la que censuraba a la Iglesia, porque ésta concedía la absolución de todos los pecados a quienes se arrepentían y porque tomaba el nombre de católica. En la respuesta de San Paciano se halla la famosa frase: «Christianus mihi nomen; Catholicus vero cognomen. Illud me nun cupat: istud ostendit. Hoc probor: inde significor»: «Mi nombre es Cristiano; mi apellido es Católico. El primero describe lo que soy, el segundo lo explica y lo pone a prueba».

En una de sus cartas, San Paciano insiste en que sólo los que permanecen unidos a la Iglesia permanecen fieles a la Cátedra de San Pedro: «Sólo a Pedro dirigió Cristo las palabras famosas ("Tú eres Pedro", etc.), para que la unidad se fundase en una sola persona (Ut ex uno fundaret unum)».

Entre los escritos de san Paciano había uno llamado Cervulus, dirigido contra una obscena procesión pagana que se celebraba anualmente y en la cual, según parece, algunos cristianos tomaban parte. La ceremonia se celebraba alrededor de un ciervo recién nacido, frente al cual danzaban algunos hombres con disfraces de animales. San Jerónimo y otros escritores aluden a esa costumbre. Como tantos otros censores, el santo obispo descubrió que su crítica no había hecho más que despertar la curiosidad del pueblo, pues al principio de su tratado de la penitencia se queja de que el único efecto de su condenación fue el de aumentar el número de espectadores de la procesión.

En Acta Sanctorum, marzo, vol. II, hay una breve biografía de San Paciano. Ver también a Bardenhewer, Patrologie. El viernes y el sábado de la semana XIX del Tiempo Ordinario (es decir, hacia julio/agosto) se leen dos fragmentos de su «Sermón sobre el bautismo»: los números 5-6 y los números 6-7. En Patrología, de Quasten-Di Berardino, BAC, tomo III, 1981, págs. 156-158, hay otra introducción a su vida y obra, con una amplia bibliografía y referencias de ediciones.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI





¡Felicidades a quien lleven este nombre!

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