sábado, 16 de febrero de 2013

Teotono, Santo

Sacerdote y Fundador, 18 de febrero
Teotono, Santo
Teotono, Santo

Presbítero y Fundador de la
Congregación de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz

Martirologio Romano: En Coimbra, en Portugal, san Teotonio (o Theodón), que peregrinó dos veces a Jerusalén y, después de renunciar a la custodia del Santo Sepulcro, volvió a su patria y fundó la Congregación de Canónigos Regulares de la Santa Cruz (c. 1162).

Fecha de canonización: Su culto fue confirmado por Benedicto XIV en el año 1167.
Don Teotonio nació hacia el año 1086 en Ganfei en Portugal. Recibió su educación en el monasterio de Benedictino de Ganfei. Inmediatamente después viajó a Coimbra para estudiar humanidades y teología. Posteriormente su tío Cresconio, obispo de Coimbra, lo envió a Viseu donde aprendió, bajo la guía del archidiácono Tello, el arte de la lectura y el canto según la usanza de aquelos tiempos. Fue en esta ciudad donde recibió la ordenación sacerdotal.

Llegó a ser prior de Nuestra Señora de Viseu, y en su período mejoró la situación material del convento y su testimonio de vida contribuyó mucho al clero; predicaba con el ejemplo y era un excelente consejero espiritual para muchas personas. Terminado su período emprendió una peregrinación a Jerusalén.

Rehusó el obispado y se entregó al ministerio de la Palabra y al sacramento de la confesión, en medio de un pueblo corrompido, dando pruebas –en muchas circunstancias– de su fidelidad a la virtud de la castidad.

Emprendió una segunda peregrinación a Jerusalén. Al regresar a Coimbra fundó, con 11 compañeros, la Congregación de los Canónigos Regulares de la Santa Cruz. El 28 de junio de 1131, con la presencia del rey Don Alfonso, quien lo tenía en gran estima, se colocó la primera del nuevo monasterio. El 24 de febrero del año siguiente es elegido prior de ese monasterio, puesto que ejerció durante casi veinte años. San Teotonio se propuso convertir al monasterio de la Santa Cruz en un foco de santidad y cultura, y para este fin trabajó tenazmente para dotarlo de todas aquellas obras que consideraba indispensables para la formación teológica de sus monjes, lo que pudo llevar a término gracias a la magnificencia de su gran amigo y penitente: el rey Alfonso, gesto que más tarde imitó Don Sancho I, el cual, en 1192, ordenó que se entregaran anualmente al Monasterio 400 maravedís de oro para que se pudieran mandar religiosos a las Universidades de Francia, París y Montpellier. De hecho, el impulso científico que dio a su Monasterio San Teotonio no fue frívolo ni momentáneo, puesto que por varios años el Monasterio de la Santa Cruz mantuvo su prestigio de centro cultural de primer orden, contando entre sus monjes con hombres eminentes en ciencia y virtud que fueron lumbreras de la Iglesia de Portugal.

Fiel a las oraciones diarias nunca permitió que los monjes rezasen los oficios con premura, El Rey Alfonso atribuyó sus victorias a las oraciones de Teotonio y en muestra de gratitud concedió la libertad a todos los Cristianos mozárabes. Teotonio dejó el cargo de prior a los 70 años de edad.

Murió el 18 de febrero de 1162, con ochenta años de edad. Su cadáver descansa en el monasterio de Santa Cruz. Su culto fue aprobado por Benedicto XIV en 1167. Fue el primer santo portugués en ser canonizado en los tiempos modernos.

La Congregación que él presidió tuvo un gran florecimiento por 700 años, hasta que finalmente en el año 1834 fue suprimida violentamente por un gobierno enemigo de la Iglesia.

Fue designado como el patrono de Viseu.
San Teotonio, presbítero y fundador
fecha: 18 de febrero
n.: c. 1082 - †: c. 1162 - país: Portugal
otras formas del nombre: Theodón
canonización: Conf. Culto: Benedicto XIV (1740-1758)
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Coimbra, en Portugal, san Teotonio, que peregrinó dos veces a Jerusalén y, tras rehusar el cargo de custodio del Santo Sepulcro, volvió a su patria, donde fundó la Congregación de Canónigos Regulares de la Santa Cruz.

San Teotonio es muy venerado en Portugal. Era sobrino de Cresconio, obispo de Coímbra y había sido destinado al sacerdocio desde muy joven. Después de su ordenación fue enviado a Viseu, y al poco tiempo se había convertido en el director espiritual de todos los habitantes de la población. A una vida muy santa y austera, unía una gran elocuencia que pronto le valió mucha fama. Renunció al cargo de arcipreste para hacer una viaje a Tierra Santa. A su vuelta, siguió trabajando en Viseu. La reina y su esposo Enrique, conde de Portugal, le rogaron repetidas veces que aceptara el gobierno de una diócesis, pero el santo se rehusó siempre. San Teotonio profesaba un gran amor a los pobres, así como a las almas del purgatorio, en cuyo honor cantaba una misa solemne todos los viernes, a la que seguía una procesión de todo el pueblo al cementerio, durante la cual recogían grandes sumas para los pobres. El santo condenaba el vicio con gran libertad de palabra y era muy respetado, aun por los principales personajes del lugar. Una vez que asistieron a un sermón suyo la reina viuda y el conde Fernando, cuyas relaciones eran el escándalo de la ciudad, san Teotonio pronunció un sermón tan violento contra ellos, aunque sin nombrarles, que ambos personajes salieron apresuradamente del templo, llenos de confusión. En otra ocasión, cuando se revestía para celebrar la misa de Nuestra Señora, recibió un mensaje de la reina, rogándole que abreviase un poco las ceremonias. Teotonio le respondió que la misa se celebraba en honor de un Soberano más grande que todos los de la tierra, y que la reina estaba en libertad de partir cuando quisiera. Tal respuesta llenó de santa confusión a la soberana, que esperó hasta el fin de la misa para pedir perdón y penitencia al santo.
A su regreso de una nueva peregrinación a Tierra Santa, Teotonio supo que su antiguo preceptor, Tello, quería fundar en Coímbra un monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín y se decidió a ingresar en dicha comunidad. Pronto fue elegido prior, aunque había sido el duodécimo en entrar. El rey Alfonso, que tenía veneración por el santo, colmó de beneficios al monasterio de la Santa Cruz. Otro tanto hizo la reina Mafalda, aunque no por ello le permitió Teotonio penetrar en la clausura. En una época de relajación, san Teotonio se distinguió por su insistencia en la celebración exacta y reverente de los divinos misterios, y jamás se resignó a que sus monjes los celebrasen de prisa. El rey atribuyó a sus oraciones las victorias que obtuvo sobre sus enemigos y el hecho de haber recobrado la salud y, en prueba de gratitud, prometió libertar a todos los prisioneros cristianos mozárabes. San Teotonio llegó a ser abad del monasterio en el que pasó los treinta últimos años de su vida. Murió a los ochenta de edad. Cuando el rey Alfonso recibió la noticia de su muerte, exclamó: «Su alma llegará al cielo mucho antes de que su cuerpo toque la tierra». Los obispos de Portugal lo consideraron santo ya al año siguiente de su muerte, aunque al no ser una canonización en plena regla, durante el pontificado del papa Benedicto XIV (1740-1758) se confirmó su culto.
La vida de San Teotonio, escrita por uno de sus contemporáneos que fue monje del monasterio de Santa Cruz, tan sabiamente gobernado por el santo, da la impresión de un documento muy equilibrado y fidedigno. No hay en él trazas de milagros extravagantes, a pesar de que cada linea de la biografía es un testimonio de veneración. Dicha biografía se encuentra en Acta Sanctorum, febrero, vol. III. Cf. también Florez, España Sagrada, vol. XXIII, pp. 105 ss., y Carvalho da Silva, Vida do admiravel Padre S. Theotonio (1764).


fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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