sábado, 16 de febrero de 2013

Gertrudis (Catalina) Comensoli, Santa

Fundadora, 18 de febrero
Gertrudis (Catalina) Comensoli, Santa
Gertrudis (Catalina) Comensoli, Santa

Fundadora del
Instituto de las Hermanas del Santísimo Sacramento
(Sacramentinas)

Martirologio Romano: En Bérgamo, en Italia, santa Gertrudis (Catalina) Comensoli, virgen, que fundó una congregación de religiosas para la adoración del Santísimo Sacramento y la educación de la juventud (1903).

Fecha de canonización: 26 de abril de 2009 por el Papa Benedicto XVI
De familia pobre, muy religiosa y creyente en la Historia Sagrada predicada por el párroco en la clases de Doctrina Cristiana, Catalina, quien era de inteligencia vivaracha y de ánimo sensible, vive en casa los misterios cristianos de la fe. Además asiste frecuentemente a la catequesis y al oratorio parroquial. En esta atmósfera de fe se impregna en su corazón el amor a la Presencia de Jesús en la Eucaristía, profundizándose la devoción a este misterio por la ayuda de buenos confesores, al punto de anhelar fuertemente el fundar un Instituto que tenga como fin la adoración a este insondable misterio. En 1867 se consagra en la Compañía de Santa Ángela Mérici volviéndose maestra de las novicias. Su padre se enferma, por lo que ella entra a laborar como empleada doméstica en casa de la famosa familia de don Giovanni Baptista Rota, un año después, es llamada a San Gervasio por Condesa Ippolita Fè Vitales, cuñada de los nobles Simoni de Bienno, para ser dama de compañía y ayudar con el hijito que había nacido en marzo de 1871. Se queda en San Gervasio aproximadamente 12 años.

Convertida en una mujer sabia, rica en capacidades humanas y en sensibilidades interiores, dueña de una espiritualidad profunda y a una creciente atención a las necesidades educativas de las "jovencitas" y de los enfermos de San Gervasio, madura cada vez más en ella el ideal de fundar un Instituto entregado a la adoración y a la educación, que se concreta con el encuentro en Bérgamo con el Padre Francisco Spinelli. En el siglo XIX era necesario un sacerdote Superior que garantizara el buen funcionamiento de un Instituto femenino, puesto que se pensaba que las mujeres no eran capaces de gobernar y administrar. Del 1879 al 1882 el proyecto se va implementando y, después de le haber sido sometido para su aprobación al obispo de Bérgamo Mons. Gaetano Camillo Guindani, el instituto es fundado el 15 de diciembre1882. En la ciudad y en la diócesis la iniciativa es bien acogida, porque es lo única sobre el territorio bergamasco con el objetivo primario de la adoración perpetua. La Casa Matriz se abre en Bérgamo, al poco tiempo otras casas se abren en Lombardía y en Véneto.

Un derrumbamiento financiero forzó a la separación de los dos Fundadores y por lo tanto a la división en dos Institutos. El 19 de enero 1889 la Madre Gertrudis escribe: "Este es el día de la terrible catástrofe Mi Jesús, de aquí a pocos minutos estarán aquí, vienen a clausurar todo... sustentadme en la dura prueba, ayudadme por caridad. Los hombres clausuran nuestras cosas. Vos sellad mi corazón dentro de vuestro dulce y amable Corazón, ya no me sacaréis… siempre tenedme con Vos, mi querido Jesús, hágase Tu voluntad. Amén.". "…mi pobre instituto, si es de Vuestro agrado lo sustentaréis”. "Tan sólo Vos podéis levantarme, tan sólo Vos ayudarme. Tan sólo confío en Vos. ¡único Dios!". (Los Escritos, p. 57, 59; Brescia1981).

El siniestro acontecimiento parece llevar todo a la ruina, pero la Madre Gertrudis, después de un fugaz pesimismo, lo considera una prueba permitida por Dios y reacciona con fuerte fe y tenacidad, confiada en la Divina Providencia, aunque tenga que refugiarse junto con las monjas que le quedan en Lodi, llena de dolor, con paciencia y con la esperanza de la reconstrucción. Sometiéndose totalmente a la Voluntad de Dios "Haced lo que a Os complazca mi Dios, conque quedéis glorificado acepto el sufrir cualquiera pena. Vuestra voluntad, no la mía… busco la pura gloria de mi Dios; Amén” (Los Escritos, p. 58, Brescia1981).

Renace el instituto lozano y vivo como un tierno árbol que ha encontrado sus raíces en el terreno fértil de la oración, del sufrimiento, de la fe y de la humildad; renace gracias a la energía y al equilibrio de la Madre Gertrudis, de las monjas que han colaborado con todas sus fuerzas y con todo el amor de que fueron capaces para la realización de un sueño que ya les pertenecía; renace gracias al concreto y atento sostén del obispo de Lodi, Mons. Giovanni Baptista Rota, natural de Chiari, en cuya familia Catalina Comensoli fue doméstica; renace gracias al obispo de Bérgamo que en 1889 encomienda con diligencia a las Monjas Sacramentinas a Mons. Rota, el que toma la determinación de reconocer, con el decreto del 8 de septiembre de 1891, el Instituto de las Monjas Sacramentinas de Bérgamo, canónicamente erigido en Lodi con Casa Matriz temporal en Lavagna de Comazzo.

La finalidad del instituto es doble: Adorar a Jesús Sacramentado y Atender obras de caridad hacia lo próximo según las disposiciones de la Divina Providencia, teniendo como objetivo especial "el educar a la juventud".

En el 1892 la Madre Comensoli reconquista, aunque sea por alquiler, la primera casa de Bérgamo y vuelve con las monjas, después de dos años, a la amada Casa Matriz, cuna de la Congregación a la que da un decisivo y vital impulso.
La Madre Gertrudis abre 21 casas antes de su muerte. Las monjas, a su muerte, son 179. Atienden: a las huérfanas, a las niñas menores de edad, a las estudiantes en los pensionados, a los ancianos en los hospitales, los enfermos de pelagra1 y las empleadas domésticas. Además colaboran en las parroquias y en los oratorios, abren centros de estudio y de labores, enseñan en muchas escuelas municipales.

La Madre Gertrudis ve el primer reconocimiento pontificio del Instituto en el Decreto del 11 de abril de 1900 promulgado por Leo XIII.

¡La obra de Dios estaba cumplida!

La madre Gertrudis había dado todas las garantías de continuidad para la adoración pública y perpetua a Jesús Sacramentado, había infundido en sus monjas el precioso patrimonio espiritual de la oración, de humildad y de caridad, sobre todo hacia los pobres, por lo tanto podía ir al encuentro con su esposo Jesús.

El 18 de febrero de 1903, al mediodía, mientras estaba en adoración a su amado en la iglesia, muere. Tenía tan sólo 56 años.

Los Decretos de reconocimiento pontificio al instituto en el 1906 y de sus Constituciones en el 1910, ambos suscritos por Pío X, no los verá sobre la tierra, pero estarán presentes "siempre" sus Monjas Sacramentinas, que se empeñan en difundir el Carisma Eucarístico y en expandir el Reino del Corazón Eucarístico en el mundo.

El instituto en el 2007 está presente en toda Italia, en Brasil, en Ecuador, en Malawi, en Kenia, en Bolivia, en Croacia. Entre 1939/1940 las Monjas Sacramentinas también estuvieron en Etiopía y China, pero como consecuencia de los trastornos políticos, las Monjas fueron internadas en “campos”, maltratadas y ridiculizadas y luego expulsadas en 1943 de Etiopía y en 1951 de China.

El 26 de abril de 1961 S. S. Juan Pablo II reconoce las virtudes heroicas de la Madre Gertrudis.

Un milagro fue atribuido a la intercesión de la Madre Gertrudis, mismo que le abrió las puertas de su beatificación: el 26 de julio de 1979 nació de parto podálico (sentado), un pequeño que presentaba sus miembros inferiores totalmente plegados en alto, de modo irreductible. El diagnóstico era contractura congénita de las articulaciones inferiores, debido a la prolongada inmovilidad del feto en tales condiciones. El 9 de agosto, al término de la novena a la sierva de Dios Gertrudis Comensoli y, sin que hubiera habido ninguna clase de terapia, espontáneamente, todo se normalizó y cesaron los dolores del recién nacido. Hasta la fecha sigue bien de sus piernas. Lo cual fue considerado médicamente inexplicable por la comisión médica de la Congregación para las causas de los santos, sobre todo, debido a la rapidez de la curación sin terapia alguna.

El Papa Juan Pablo II beatificó a Sor Gertrudis Comensoli el 1 de octubre de 1989.

El 26 de abril de 2009 fue canonizada por S.S. Benedicto XVI, en dicha ceremonia se canonizó también a los santos: Arcangelo Tadini; Bernardo Tolomei; Nuño de Santa Maria Álvares Pereira y Caterina Volpicelli.



1 Esta enfermedad es común en ciertas partes del mundo (por ejemplo, en personas que consumen excesivas cantidades de maíz). Suele denominarse como la enfermedad de las tres D: dermatitis, diarrea y demencia, ya que se caracteriza por úlceras cutáneas escamosas, diarrea, cambios en la mucosa, además de confusión mental y alucinaciones. La pelagra puede ser consecuencia del acoholismo debido a las dietas pobres en nutrientes, en este caso la Niacina (vitamina B3). Por consiguiente este padecimiento puede ser mortal o llegar a tal caso a la demencia.
Santa Gertrudis Comensoli, virgen y fundadora
fecha: 18 de febrero
n.: 1847 - †: 1903 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 1 oct 1989 - C: Benedicto XVI 26 abr 2009
hagiografía: Vaticano
En Bérgamo, en Italia, santa Gertrudis (Catalina) Comensoli, virgen, que fundó una congregación de religiosas para la adoración del Santísimo Sacramento y la educación de la juventud.
refieren a este santo: Beato Francisco Spinelli

Nació en Bienno, Val Camónica (Brescia) Italia, el 18 de enero de 1847. El mismo día sus padres, Carlo y Anna Maria Milesi, llevaron a la fuente bautismal a su niña, la quinta de diez hijos, a la que le dieron el nombre de Caterina.
En su infancia Caterina conoció las alegrías de la inocencia y las despreocupaciones de la edad. Frecuentemente el Señor le hacía sentir el deseo de unirse a Él más íntimamente y la pequeña era transportada a menudo por una fuerte necesidad de recogerse en la oración y en la meditación. A quien le preguntaba, ¿qué haces?, ella respondía : «Pienso». Hacia los siete años, no resistiendo ya al urgente llamado de Jesús, una mañana muy temprano, envuelta en el amplio chal negro de su madre, fue a la Iglesia de S. María, y estando de pie en la balaustrada, recibió a escondidas su Primera Comunión. La pequeña gustó anticipadamente momentos de cielo y juró eterno amor a Jesús.
Al crecer Caterina se hizo cada vez más seria y más recogida, absorbida por el solo pensamiento de Jesús presente en la Eucaristía. Y se dio cuenta de que el Maestro queda largos días abandonado. Con el pasar de los años se volvió un apóstol de la Eucaristía. Quería llevar a Jesús Sacramentado sobre una alta montaña para que todos lo vieran y lo adoraran. Instituyó entre sus mejores compañeras la Guardia de Honor, y elaboró el programa de su vida : «Jesús, amarte y hacerte amado».
Atraída hacia una vida más perfecta, dejó la familia y entró en el Instituto de Hijas de la Caridad, fundado por Santa Bartolomea Capitanio, en Lovere (Brescia). Caterina hizo entender las mejores esperanzas sobre su persona, pero las admirables y misteriosas vías de la Providencia eran distintas: la Postulante, enferma, debió dejar el Instituto.
Regresó a su familia y encontró cambiadas las condiciones económicas, por esto abandonó el pueblo natal y entró en calidad de sirvienta, no casualmente, en la casa del Párroco de Chiari, el Padre Juan Bautista Rota, el cual, un año más tarde, fue elevado a la sede episcopal de Lodi. Así Caterina fue a servir en la casa de la condesa Fè-Vitali. Fueron encuentros y experiencias preciosas para la joven. En la Navidad del 1876 reforzó su unión con Jesús y escribió de su puño y letra un comprometido método de vida, al que permanecerá siempre fiel.
En la fiesta del Corpus Christi del 1878, con el permiso de su confesor, hizo perpetuo el voto de virginidad, el mismo que había hecho el día de su Primera Comunión a escondidas. Caterina, sin descuidar sus deberes de sirvienta, se dedicó a la educación de los niños de S. Gervasio (Bérgamo) y los guío por la vía de la honradez y de las virtudes religiosas y sociales.
Con la mortificación, la oración asidua, una intensa vida interior y el ejercicio de las obras de misericordia Caterina se preparó a acoger la voluntad del Señor. Libre de los vínculos familiares, después de la muerte de sus padres, Caterina trató de concretar su ideal eucarístico. Abrió su corazón a Mons. Speranza, entonces Obispo de Bérgamo el cual se encontraba en Bienno como huésped de los condes Fè-Vitali, y le contó el proyecto de fundar una Congregación. El Prelado la animó y le aseguró que ésta es la voluntad de Dios.
En el 1880 encontrándose en Roma con sus patrones logró hablar con el Papa León XIII del proyecto de fundar un Instituto religioso dedicado a la Adoración. El Papa lo modificó sugiriéndole de unir a la Adoración la educación a las jóvenes obreras. Sostenida por el nuevo Obispo de Bérgamo, Mons. Güindani y por su “Padre y Superior”, el sacerdote Francesco Spinelli, el 15 de diciembre de 1882, Caterina con otras dos jóvenes hizo la primera hora de adoración.
Así empezó la obra de las Hermanas Sacramentinas de Bérgamo. Mas tarde, el 15 de diciembre de 1884, Caterina hizo la vestición religiosa y tomó el nombre de Sor Gertrudis del Santísimo Sacramento. La nueva Congregación se reveló obra de Dios. Y como todas las obras de Dios tuvo que atravesar el vendaval de las adversidades, que puso a dura prueba el pequeño árbol. Este sin embargo ha echado ya profundas raíces en el terreno fecundo de la oración, de la mortificación y de la humildad. No importa que Sor Gertrudis con las Hermanas debieran, siguiendo el consejo del mismo Obispo de Bérgamo, abandonar el primer nido y refugiarse en Lodi.
El Obispo de Lodi, Mons. Rota, acogió paternamente a aquellas hijas confiadas por el Obispo de Bérgamo. Con gesto magnánimo les donó una casa en Lavagna di Comazzo, que llegó a ser provisionalmente la Casa Madre del Instituto. Superadas las pruebas, el 8 de septiembre de 1891, Mons. Rota, con decreto especial, erigió canónicamente el Instituto. El 28 de marzo de 1892 la Madre Gertrudis regresó a Bérgamo, cuna de la Congregación, a la cual dio un impulso decisivo y vital. ¡La obra de Dios está cumplida! La Fundadora ha dado todas las garantías de continuidad para la adoración pública perpetua a Jesús Sacramentado; ha transmitido a sus hermanas su precioso patrimonio espiritual: espíritu de oración, de sacrificio, de mortificación, de obediencia, de humildad, de caridad, sobre todo, hacia los pobres. Ya podía ir al encuentro del Esposo. El 18 de febrero de 1903, a medio día, inclinando la cabeza hacia la iglesia de la Adoración, Madre Gertrudis empezó la adoración eterna. La noticia de su muerte se difundió por toda la región. Cuántos la conocieron, especialmente los pobres y humildes, tan queridos por ella, unánimemente la declararon santa. Fue beatificada en 2001 por SS Juan Pablo II, y canonizada en la Plaza de San Pedro el 26 de abril de 2009.

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