lunes, 18 de febrero de 2013

Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo

Eremita Franciscano, 19 de febrero
Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo
Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo

Eremita

Martirologio Romano: En Neto, en Sicilia, san Conrado de Piacenza Confalonieri, eremita de la Tercera Orden de San Francisco, que, abandonando los placeres seculares, perseveró durante más de cuarenta años en una vida austera de oración y penitencia (1351).

Fecha de canonización: 12 de septiembre de 1625 por el Papa Urbano VIII.
Los ecólogos probablemente no tienen ninguna simpatía por este santo, pues durante una cacería no dudó en quemar el bosque con tal de hacer salir las liebres y los faisanes.

Para aplacar la ira de los colonos que vieron destruidas sus cosechas y sus casas por el voraz incendio, el gobernador de Piacenza, Galeazzo Visconti, hizo condenar a muerte al primero que cayó en sus manes y cuya única culpa era la de haberse encontrado en el monte durante el incendio.

El verdadero culpable era Conrado Confalonieri que había nacido en Piacenza en l290; estaba casado y su profesión era la de soldado de aventura.

Era fundamentalmente un hombre de bien, y por eso no dudó en entregarse, cuando supo que un inocente iba a pagar con la vida su acto de ligereza. Después de haber confesado su culpa, manifestó que estaba dispuesto a pagar los daños. Y así lo hizo, aunque quedó en extrema pobreza.

Como los caminos del Señor son infinitos, el pirómano cazador, actitud muy poco franciscana, entró arrepentido y en paz a la Tercera Orden franciscana de Calendasco en 1315, después de haberse separado de común acuerdo de su esposa, Eufrosina, que, siguiendo el ejemplo del marido, entró al monasterio franciscano de Piacenza.
Dentro del sayo franciscano palpitaba todavía el corazón del errante hombre de armas.

Después de varios años de piadosa peregrinación de un santuario a otro, fray Conrado fijó su residencia en un pueblito llamado Noto, más abajo de Siracusa, en un lugar apartado. Pero la fama de su santidad lo seguía como la sombra, y al ver que las demasiadas visitas le quitaban el tiempo para la oración, se retiró de allí y fue a vivir en una gruta apartada que después la gente bautizó con el nombre de “gruta de San Conrado”. Allí murió el 19 de febrero de 1351.

La Orden franciscana venera a este ilustre miembro seglar de su familia y celebra su memoria el 19 de febrero, desde que Urbano VIII, por decreto del 12 de septiembre de 1625, concedió a la Orden celebrar misa y oficio del santo eremita.
Beato Conrado Confalonieri de Piacenza, eremita
fecha: 19 de febrero
n.: 1290 - †: 1351 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Urbano VIII 12 sep 1625
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
En Neto, en Sicilia, beato Conrado Confalonieri de Piacenza, eremita de la Tercera Orden Regular de San Francisco, el cual, abandonando los atractivos seculares, cultivó durante más de cuarenta años una vida austera de oración y penitencia.
refieren a este santo: Beato Guillermo Cuffitelli

Conrado Confalonieri nació en Piacenza en 1290. Noble, felizmente casado, era muy aficionado a la cacería, un día iba con numerosos acompañantes persiguiendo una presa, que se internó en un monte impenetrable; no resistiendo el afán de cazar la presa, ordena a sus acompañantes prender fuego al monte, pero luego no fue posible controlar el incendio, que destruyó mieses y granjas vecinas. Conrado y su gente entraron en la ciudad sin ser notados; no había ningún testigo que pudiera acusarlos del daño involuntariamente causado. Los damnificados denunciaron el hecho ante la autoridad, se hizo una investigación, apresaron a un pobre hombre cerca del lugar de los hechos, y lo condenaron a muerte.
En la plaza de la ciudad, poco antes de la ejecución, Conrado no pudo resistir el remordimiento de conciencia y se reconoció culpable, y así salvó al inocente que iba a ser ajusticiado. Entonces él fue condenado a pagar todos los perjuicios, lo cual hizo vendiendo todos sus bienes y los de su mujer.
Los dos esposos quedaron en la miseria total. Pero no se angustiaron, sino que tomaron el hecho como una señal del cielo. De mutuo consentimiento se separaron, la mujer, Eufrosina, ingresó al monasterio de las Clarisas en el convento de Piacenza, y él se hizo terciario franciscano, después de peregrinar a la tumba de San Pedro en Roma y luego a otros santuarios, en busca de la soledad emigró a Sicilia, y cerca de Noto llevó una vida eremítica en la gruta llamada dei Pizzoni. Allí vivió en oración y penitencia durante 36 años. Se hizo famoso por sus durísimas penitencias. Los viernes bajaba a Noto a visitar a los enfermos del hospital, hacía oración delante de un célebre crucifijo que hay en la catedral. Gozó del don de milagros. En esa misma catedral  de San Nicolás, en Noto, fue sepultado después de su muerte, acaecida el 19 de febrero de 1351, a los 61 años de edad. Es venerado junto a san Nicolás de Bari como patrono de la ciudad. El papa Urbano VIII aprobó su culto el 12 de septiembre de 1625.


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