domingo, 6 de enero de 2013

Pedro Tomás, Santo


Obispo, 6 de enero
Pedro Tomás, Santo
Pedro Tomás, Santo

Obispo de Constantinopla

Martirologio Romano: En Famagusta, ciudad de Chipre, tránsito de san Pedro Tomás, obispo de Constantinopla, de la Orden de los Carmelitas, que fue legado del Pontífice Romano en Oriente (1366).

Etimológicamente: Pedro = Piedra, es de origen latino
Tuvo un desarrollo espiritual estupendo. Gracias a él pudo afrontar con garantías todo lo que le esperaba después. Sin una preparación a fondo en lo religioso, es muy difícil para un creyente solventar todo lo que se le echa encima cuando menos lo piensa.

¿Qué hizo este joven para ser santo?. Nada de particular. Supo vivir en continuo contacto con Dios, el eje que da vida a toda persona de fe. Fue un mártir del siglo XIV. Si el nombre de Pedro lo creó Jesús para designar la primera “piedra de la Iglesia”, desde entonces este nombre es de los más comunes a lo largo y ancho de las distintas lenguas.

Fue un monje que en su tiempo llegó a ser obispo, arzobispo y patriarca. Y por si esto fuera poco, también se le encomendaron altas y difíciles misiones diplomáticas.

Vino al mundo al inicio del siglo XIII en un pueblo del Perigord. Como joven de una densa perseverancia, se metió a carmelita para, de esta forma, observar mejor los consejos evangélicos de celibato, obediencia y pobreza.

Dadas sus cualidades, se convirtió con los años en el Superior General de la Orden Carmelitana y en uno de los miembros más cualificados de la entonces Curia pontificia.

El Papa Inocencio IV lo envió a Génova como embajador para que lograse que la paz entre la grandiosa ciudad de Milán y la República de Venecia se hicieran realidad.

Tras este éxito, el Papa lo mandó por motivos muy distintos a que trabajara por la unión entre la iglesia ortodoxa y la romana.

Tanto fue su éxito que, a su vuelta, lo nombraron legado universal para el Oriente y Patriarca de Constantinopla. Fue el Papa Urbano V.

El mismo rey de Chipre se lanzó a llevar a cabo una cruzada contra los turcos. El se unió a ella con la cruz, en lugar de con la espada.

Murió en Famagusta, Chipre, el 6 de enero de 1366.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

San Pedro Tomás, obispo
fecha: 6 de enero
fecha en el calendario anterior: 28 de enero
n.: c. 1305 - †: 1366 - país: Chipre
canonización: Conf. Culto: Pablo V 1608
En Famagusta, ciudad de Chipre, tránsito de san Pedro Tomás, obispo de Constantinopla, de la Orden de los Carmelitas, que fue legado del Pontífice Romano en Oriente.
La carrera de san Pedro Tomás es una curiosa combinación de vocación religiosa y vida diplomática. Nació en 1305, de humilde linaje, en la aldea de Salles, al sudoeste de Francia. A temprana edad entró en contacto con los carmelitas, quienes le recibieron gozosamente en el noviciado de Condom. En 1342, Pedro fue hecho procurador general de la orden. Este nombramiento le llevó a vivir en Aviñón, que era entonces la residencia de los papas; este nombramiento muestra que el santo tenía todas las cualidades de un hombre de negocios. Su notable elocuencia le dio pronto a conocer, e incluso se encomendó a él la oración fúnebre para Clemente VI. Se puede decir que, a partir de ese momento, aunque el santo conservó su sencillez de monje, consagró la vida a las negociaciones, como representante de la Santa Sede. Sería imposible describir aquí las complicadas circunstancias políticas que solicitaron su intervención; baste con decir que fue legado papal en negociaciones con Génova, Milán y Venecia. En 1354, fue consagrado obispo y representó al Papa en Milán, durante las ceremonias de la coronación del emperador Carlos IV como rey de Italia. De ahí pasó a Serbia y, más tarde, se le confió la misión de allanar las dificultades surgidas entre Venecia y Hungría. En un viaje a Constantinopla, recibió la orden de hacer un nuevo esfuerzo para obtener la reconciliación entre la Iglesia bizantina y la occidental.
Lo más sorprendente, por lo menos en nuestra época, es que Inocencio VI y Urbano V parecen haber puesto a Pedro Tomás al mando de expediciones de carácter claramente militar. En 1359, fue enviado a Constantinopla con un fuerte contingente de tropas y una buena cantidad de dinero, como «Legado Universal a la Iglesia de Oriente»; en 1365, fue de nuevo puesto, prácticamente, al mando de las fuerzas lanzadas al ataque de la infiel Alejandría. Esta expedición terminó desastrosamente. El legado papal fue alcanzado por varias flechas en el asalto. Tres meses después (6 de enero de 1366), murió en Chipre y como se dijo que la muerte le sobrevino como consecuencia de las heridas, se le honró como a un mártir, aunque no está inscripto en el Martirologio a ese título.
Es probable que una de las razones por las que los papas confiaron a san Pedro Tomás tantas misiones diplomáticas, haya sido su sentido de la economía, ya que la tesorería papal atravesaba entonces momentos muy críticos y el santo evitaba toda pompa y ostentación innecesarias. Por su parte hubiese deseado viajar del modo más humilde, y no hurtaba el cuerpo a las grandes austeridades que tales expediciones imponían, aun a los hombres más recios. Tampoco hemos de olvidar que, si bien sus biógrafos escriben en el tono poco crítico de un panegírico, todos están de acuerdo en proclamar su deseo de evangelizar a los pobres, su espíritu de oración y la confianza que su santidad inspiraba a todos. La biografía de Mézieres, que es nuestra fuente principal, no ofrece muchos detalles de tipo más íntimo; pero el mejor tributo a la impresión que el santo obispo producía en sus contemporáneos, consiste precisamente en el hecho de que Felipe Mézieres, que era un devoto cristiano y un eminente político, haya podido hablar de su amigo en términos tan elogiosos y desprovistos de toda envidia. Un decreto de la Santa Sede, de 1608, concedió a los carmelitas celebrar la fiesta de san Pedro Tomás, como obispo y mártir, lo que puede considerarse una confirmación de culto; pero no ha habido hasta ahora una canonización formal.
Ver Acta Sanctorum, II, 29 de enero; P. Daniel, Vita S. Petri Thomae (1666); Parraud, F Vie de St Pierre Thomas (1859).

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