miércoles, 9 de enero de 2013

¿Para ser cristianos debemos estar Bautizados?


Yo, cristiano, pienso en esa admirable historia de salvación que Dios ha venido realizando atreves de los siglos desde la creación. Veo la entrada del pecado en el mundo desde Adán y la condenación que el pecado trae al romper la amistad con Dios, mi Padre.
Veo el cuidado extraordinario de Dios que se asoma, que se hace presente y que habla a su pueblo de Israel hasta que llega la plenitud de su presencia en Cristo.
El vuelve a poner las cosas en su lugar, él hace posible nuestra amistad con el Padre; él siendo justo, muere por nosotros los pecadores para que estemos en paz con Dios.

Pero Jesús no sólo viene, anuncia un mensaje, muere y resucita por nosotros, sino también pone un medio para unirnos a él y de transmitirnos la salvación que nos trajo: fundó su Iglesia para que en ella todos los hombres encuentren la salvación traída por él. Pero esa Iglesia marcha desde hace 20 siglos y continua su peregrinación por el tiempo hasta el regreso del Señor.
También es cierto que no todos los hombres pertenecen a ella; más todavía, de cada seis humanos que habitan hoy en nuestro mundo, solo uno es de su Iglesia. ¿Cómo, pues, me hago solidario con Cristo tan distante de mí en el tiempo? ¿Cómo entro en su camino de salvación? Uniéndome al grupo de su nuevo Pueblo, de su Iglesia. ¿Cómo? Por el bautismo. El bautismo me hace entrar en la Iglesia, pertenezco a ella, soy parte de ella, soy cristiano. Por el bautismo entro a una misma fe, a una ley común de amor, camino con una misma esperanza con los demás hermanos cristianos.

Por el bautismo me hago miembro de la Iglesia querida por Cristo y voy por el camino indicado en ella. De ahí arranca la importancia del bautismo que hoy se pone tanto de relieve. Pero se trata de un bautismo comprendido en todas sus exigencias. No es el simple hecho de haber recibido las aguas bautismales lo que salva; a partir de entonces comienza una marcha que salva. Quien no camina no llega a la meta. Pero no basta dar el primer paso para pensar que hemos llegado. El primero es necesario para que haya un segundo y tercero……hasta el último. Si no hay el primer paso, tampoco habrá el segundo ni los que siguen. El bautismo es el primer paso que lleva a la salvación y en sí lleva también la voluntad de seguir adelante en la marcha. Como el estudiante que se inscribe para el curso: no basta la inscripción, pero hace falta la inscripción. como el campesino que siembra: no basta con sembrar, pero si no siembra, tampoco habrá cosecha. Se necesita estudiar en el año para aprobar. Se necesita cuidar la siembra para cosechar. Se necesita el bautismo y se necesita caminar por el compromiso del bautismo. El camino es ser cristiano cada día para no salirse de la salvación empedrada.
“Porque por la fe todos son hijos de Dios, por estar unidos a Cristo Jesús. Todos ustedes que han entrado en unión con Cristo por el bautismo, se encuentran cubiertos por él como por un vestido. Ya no es cuestión de ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque al estar unidos a Cristo Jesús todos ustedes son uno solo” (Gál 3,26-28)

De modo que el bautismo nos une a Cristo y nos reviste de El.

“Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones y háganlas lis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado a ustedes” (Mt 28, 19-20)

Así que por el bautismo comenzamos a ser discípulos de Cristo y obligados a obedecer sus mandatos.

La Iglesia nos dice:

“Los fieles, incorporados a la Iglesia por el bautismo, quedan destinados por el carácter al culto de la religión cristiana, y regenerados como hijos de Dios, están obligados a confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios mediante la Iglesia” (Conc. Vat II, L.G. n. 11).

“El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por bautismo como por una puerta. A esta sociedad de la Iglesia están incorporados plenamente quienes, poseyendo el Espíritu de Cristo, aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella, y en su cuerpo visible están unidos con Cristo, el cual la rige, mediante el Sumo Pontífice y los obispos, por los vínculos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno y comunión eclesiástica. No se salva , sin embargo, aunque esté incorporado a la Iglesia, quien no perseverando en la caridad, permanece en el seno de la Iglesia en cuerpo, pero no en corazón” (Con. Vat. II, L. G., n. 14).

“Dios llama a todos los hombres y a cada hombre a la fe y por la fe, a ingresar en el pueblo de Dios mediante el bautismo. Esta llamada por el bautismo, al Confirmación y la Eucaristía, a que seamos pueblo suyo, es llamada a la comunión y participación en la misión y vida de la Iglesia y por tanto, en la Evangelización del mundo” (Puebla, n. 852).

RESPUESTA:PARA SER CRISTIANOS DEBEMOS ESTAR BAUTIZADOS.

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