miércoles, 9 de enero de 2013

¡Estén Vigilantes!

 


 LA VENIDA DEL HIJO DEL HOMBRE

El relato del evangelio de este primer domingo de adviento, nos trae un discurso apocalíptico de Jesús. Primero este discurso se centra en la venida del “Hijo del hombre”, que ha sido humillado y ha padecido por toda la humanidad y al que Dios luego ha resucitado de entre los muertos, reconociéndolo como Hijo, salvador de la humanidad. El cristiano espera el día de su manifestación lleno de poder y de gloria”, espera que aparezca, plenamente visible, su victoria sobre el mal y su señorío universal.

En este relato Lucas expresa que el día del “Hijo del hombre” se anunciará con ciertos signos: Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas”. No se trata de manifestaciones que nos permitan calcular con anticipación el momento de la venida de Jesús. Se trata, por el contrario, de acontecimientos que se darán siempre, en cualquier tiempo. De hecho, siempre sucederán catástrofes naturales o desórdenes y acontecimientos dolorosos, lo cual indica que el hombre siempre debe estar a la espera de la venida de Jesús.
Cristo nos anuncia lo que sucederá cuando se cumpla el tiempo de las naciones. Entonces, pues, cuando se acabe, vendrá el día en el que en vez de astros luminosos brillará Cristo como el lucero y Rey de un siglo nuevo, será tanto el brillo de su poder y de su gloria, que el sol que brilla ahora, y la luna y las demás estrellas, se eclipsarán a la venida de mayor luz, la Luz de Cristo.

2.    ESTÁ POR LLEGARLES LA LIBERACIÓN

Los incrédulos habrán de atenerse a las consecuencias de la maldad que les rodea, los creyentes recibirán en compensación el gozo eterno. Porque para los que crean, se acerca la salvación y ya se le aproxima la esperanza. El que cree, irá con la frente en alto al encuentro con el Señor, ha quien ha amado y por quien ha vivido, por quien a sufrido o ha sido perseguido.
Con todo, se darán dos modos de leer los signos, el del que espera con miedo el final de un mundo encaminado a la desaparición y la nada, “Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán”, de ahí la angustia, el miedo, y la del que, creyendo, no minimiza el mal, pero a pesar de todo “levanta la cabeza” y abre el corazón a la esperanza porque está seguro, porque está por llegarles la liberación”
Después de todo, los buenos y los malos han sufrido de la misma manera. Los hombres han temblado y temblamos porque vivimos en un mundo alterado, donde los vicios están a vista y paciencia de todos, donde las virtudes pasan por exámenes rigurosos. Todos estamos pasmado por las alteraciones de este mundo, todos nos conmovemos y nos preguntamos a cada noticia que nos llega, ¡Oh Dios!, como es posible que esto suceda, como es posible que no exista amor y que hayan hombres que ensucian la creación de Dios con la maldad, que hay dentro del corazón de algunos que no trepidan en provocar un mal, una guerra, o un abuso desmedido de los inocentes.

3.    SE VERÁ AL HIJO DEL HOMBRE VENIR SOBRE UNA NUBE

Frente a este mundo angustiante, tenemos la mejor de todas las esperanzas, Jesús nos anuncia que; “Entonces se verá al Hijo del Hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Es decir, si la vida en la tierra ha estado llena de sufrimientos, humillaciones y persecuciones, ahora triunfara la Verdad, como triunfo glorioso de las humillaciones y persecuciones nuestro amado Cristo, que subió a los cielos para estar al lado del Padre. Luego vendrá el día en que volverá glorioso y triunfante sobre todos los que han sido sus enemigos, para ellos habrá castigo y para los que lo han seguido consuelo y alegría.
Estamos en este mundo en una etapa de prueba, no nos dejemos aplastar por ellas, el Señor nos dice; “Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación.” Por tanto, levantemos la vista, abramos nuestro corazón a la esperanza, pase lo que pase, aunque parezcan difíciles de superar, por que al final seremos liberados y nos llegará la gloria, la resurrección, veremos la luz y gozaremos de una felicidad eterna.

4.    ESTÉN PREVENIDOS

En la segunda parte el relato nos destaca dos puntos importantes, Estén prevenidos”.  Es así como preciso tener cuidado con lo que embota el corazón y apaga la esperanza. Hay que vigilar -y aquí aparece la añadidura de la preciosa invitación a la oración- para evitar la perversa fascinación del mal y estar lúcidos para esperar al único que da sentido a nuestra historia: “al Hijo del hombre”
En efecto, el Señor quiere que tengamos cuidado, “Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida”, esta es una advertencia, para que no nos dejemos sorprender, especialmente por las desproporciones y luego nos pide que estemos prevenidos, es decir avisados, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra”.
Lo que Jesús nos pide es que nos alejemos de los males y que seamos serios, decorosos, como también comedidos al hablar y al actuar en todo, es decir seamos moderados y utilicemos los regalos de la virtud de la templanza, y que por nuestro bien estemos vigilantes. Pero al decir: Estén prevenidos”,  es decir, cuidado, también nos dice que somos nosotros los responsables de nuestra conducta, es decir a nosotros nos compete cuidarnos.
Si miramos a nuestro alrededor, sabemos que hay muchos excesos e imprudencias que hacen vacilar la fe y nos inducen o nos provocan, por esos nos dice que “no nos dejemos aturdir”. Aturdirse, es confundirse y desconectarse de la realidad como cristianos, es también pasar de la luz a la oscuridad. No dejarse aturdir, es no dejarse confundir y no desconectarse de nuestra forma de ser de cristianos cuidando de caer en excesos.

5.    OREN INCESANTEMENTE

Dentro de todo esto, Jesús le da mucha importancia a la oración, y nos dice;“oren incesantemente”, es decir primero nos advierte en contra de los males y luego nos dice como ponerle remedio.
Atesoremos la recomendación de Jesús a sus discípulos acerca de su venida; “Estén prevenidos y oren incesantemente”, es decir, vigilemos y en todo tiempo, cuidémonos constantemente, velemos sin descanso, tengamos puestos los cinco sentidos en todo momento para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir” y, “Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.
Roguemos para no nos suceda nada malo, y también hemos de pedir para impedir lo que ha de venir, todo esto porque el no ama y entonces nos advierte para que nos protejamos.
Jesús ha de venir, pero no nos ha dicho cuando, pero el día que venga, vendrá de improviso. A muchos nos sorprenderá, y no va a ser bueno si estamos llevando una vida descuidada y perezosa. Pero a los que estén practicando una vida laboriosa y trabajando para el bien, esto es, no estemos haciendo una vida ociosa, habrá reconocimiento.
Cuidemos este tiempo de espera, no nos dejemos caer en tentaciones, con la recomendación que nos ha dejado Jesús, “oren para que nos caigan en tentación”, (Mt 26,41), No caigamos en la tentación ni en la comodidad ni en el placer mundano. Es decir que las cosas temporales no nos hagan descuidar las espirituales. Así como muchas cosas nos son necesarias para vivir y no podemos prescindir de ella como los alimentos, tampoco podemos prescindir de las cosas espirituales, estas son aún más necesarias. Si no nos alimentamos nuestro cuerpo desfallece, si no rezamos, desfallece el alma.
Si bien es cierto, que trabajar para vivir, es una obligación, no es menos cierto que como cristianos orar también lo es. Pero trabajar sin fe es desalentador y trabajar con una oración en los labios aumenta la eficacia.

6.    OREMOS EN AMOR Y AMISTAD

Oremos amando al amado Dios, San Juan de la Cruz decía: “El mirar de Dios es amar”, Carlos de Foucault decía: “Mientras mas se ama, mejor se reza”. Dios nos ama con mucha fidelidad, y lo mejor, es que nos ama más, cuando mas estamos necesitado de El, cuando muchas veces todos nos han dejado solo en nuestras dificultades, él no nos abandona.
Oremos sintiendo su amistad. Es un trato amistoso, Dios y yo. Como nos enseño Santa Teresa de Jesús, “Tratar de amistad, estando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama”. Dios es nuestro amigo. Estemos preparados. Si estamos listos, sentiremos lo que es estar con un amigo, entonces ya no estaremos tan preocupados de lo que vamos a decir en este tiempo y disfrutaremos como es estar en un verdadero clima de amistad divina.
“¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida (alma)? Mt 16:26

Vivamos unidos en la oración

I Domingo de Adviento Ciclo C

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