miércoles, 9 de enero de 2013

El Evangelio de Marcos

En el evangelio de Marcos, se nos presenta a Jesús como: Hijo de Dios. Son las primeras palabras de Marcos: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios“. Pero, ¿qué significa esto? Todo el Evangelio de Marcos quiere contestar con hechos a esta pregunta. Marcos, más que los demás evangelistas, nos muestra, antes que nada, a Jesús actuando. Concentra su atención en los gestos y en las acciones de Jesús, y a diferencia de los otros evangelios, no encontramos en éste largos pasajes de enseñanza.
El relato que Marcos pinta es el de verdadero hombre, capaz de sentir las mismas fuertes emociones y los sentimientos característicos de cualquiera de nosotros.
Marcos nos presenta a Jesús como el Siervo de Dios, que no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos, Marcos 10,45.
Casi la mitad del evangelio se ocupa en narrar la historia de la última semana de la vida de Jesús en Jerusalén. Aun en los primeros capítulos, la muerte de Jesús ocupa un lugar primordial; Jesús sabe que le espera tal destino y lo comenta en varias ocasiones. Desde 8,31 el tema de Marcos es sufrimiento, muerte y resurrección. Aunque el relato de la resurrección es breve, su significado es grande. La resurrección es la prueba de la divinidad de Jesús, pero también de que el Evangelio merece verdaderamente el nombre `Evangelio’, buenas nuevas. El Hijo de Dios vivió en esta tierra como el Hijo del hombre para dar el sacrificio de su vida a fin de otorgarnos el perdón de los pecados.
En el Evangelio según Marcos no se advierte un propósito tan evidente como en el caso de Mateo. Sin embargo, podemos decir que tenía un objetivo: consignar por escrito todos los acontecimientos importantes de la vida de Jesús, para no olvidarlos y guardarlos contra distorsión o falsificación. Al hacerlo, Marcos nos muestra claramente quien fue el Jesús que vivía en esta tierra, y cuán grande es el mensaje del evangelio; este mensaje nos ofrece la vida en el reino de Dios, la vida con un Dios con el que hemos sido reconciliados. Marcos empieza su libro con el Evangelio de Jesucristo y termina con el mandato de predicar este evangelio en todo el mundo. El propósito final, entonces, es mostrar la grandeza del Señor Jesús y la importancia de la predicación del Evangelio.
Es posible que Marcos haya querido que la publicación de su Evangelio alentase a la iglesia romana, que por esta época estaba empezando a sentir los primeros efectos de la persecución a manos de Nerón. El menciona la persecución como la suerte del discípulo en un lugar donde los otros sinópticos no la mencionan (10,30). Pero éste, no es el propósito final de Marcos, ya que tenemos que buscarlo principalmente en el conservar del Evangelio de Jesucristo para las generaciones siguientes.
Según una tradición muy antigua, Marcos fue el intérprete del apóstol Pedro. Papías, una persona importante en la iglesia antigua, dijo que “Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió fielmente todo lo que pudo recordar, ya sea de los dichos o de los hechos de Cristo, pero no en orden, puesto que no había sido oidor ni compañero del Señor; pero posteriormente, como ya se ha indicado, acompañó a Pedro, que adaptó su instrucción según lo requería la necesidad, no como si estuviera haciendo una compilación de los oráculos del Señor. De modo que Marcos no cometió error alguno, cuando escribió ciertas cosas en la forma en que las recordaba; porque se dedicó a lo siguiente solamente: a no omitir nada de lo que había oído, y a no incluir ninguna afirmación falsa.”
La mayoría de los eruditos opina que Marcos es el Evangelio más antiguo, y que fue escrito después de la caída de Jerusalén y la destrucción del templo, enfatizando que estos acontecimientos no eran nada más que el principio de un tiempo duro y extremadamente difícil antes del retorno de Jesús.

El Evangelio fue primero vivido por la comunidad primitiva y después redactado. Los escritos evangélicos surgieron en la segunda generación cristiana: los primeros cristianos alimentaron su fe apoyándose en el mensaje predicado por Jesús y transmitido por testigos oculares. La comunidad se limitó a vivir su experiencia pascual, expresada en la predicación apostólica. Gradualmente se irá viendo la necesidad de sistematizar las convicciones religiosas de la comunidad en torno a la persona y a la autoridad de Jesús. De esta forma, los Evangelios van a asumir las inquietudes de la fe de la comunidad. Esta condicionó con sus vivencias y con sus necesidades la forma de transmitir el mensaje.
Antes de la redacción de los Evangelios, fueron apareciendo breves escritos en los que se recogían frases de Jesús, que trataban de iluminar a las comunidades ante las nuevas situaciones que iban apareciendo. Los Evangelistas se inspirarán en estas primeras fuentes.
Se redactan los Evangelios, con información de primera mano (testimonio de testigos, tradición oral, fuentes escritas…), donde Jesús ofrece a los cristianos las respuestas que necesitan y encuadran estas respuestas en el marco de su vida pública. Por esta razón, los evangelistas ven a Jesús dirigiendo su mensaje a la comunidad cristiana y el Evangelio se convierte en norma de vida.
Las realidades más importantes a las que las comunidades debían respohder, de acuerdo a la actitud que Jesús había mostrado en su vida y en su enseñanza, eran:
- Actitud ante el judaísmo.
- Actitud ante la riqueza.
- Actitud ante las persecuciones.
- Sentido de la autoridad.
- Relación entre los diversos miembros de la comunidad.
Aunque la pretensión de los evangelistas no es ofrecer una imagen puramente histórica de Jesús, una biografía, presentan lo fundamental del Jesús histórico, pero haciendole hablar y actuar como “Cristo de la fe”. Ni la comunidad ni los Evangelistas se inventaron al Jesús histórico de acuerdo a sus necesidades. Lo que hacen es interpretar el proceder de Jesús a la luz de la fe cristiana. Por todo esto es esencial conocer los objetivos que se marcó cada evangelista al redactar su obra, los presupuestoque le condicionaron. Hay que estudiar cada Evangelio en particular, pero sabiendo que se trata de un único “Evangelio” (mensaje de buena nueva),visto desde cuatro ángulos distintos (libros), para cuatro situaciones diversas (comunidades cristianas primitivas). Ningún evangelista pensó en nosotros al escribir su obra, ni intentaron realizar entre los cuatro, de forma complementaria una obra de conjunto.
En cada una de las comunidades no eran los mismos los centros de interés y los problemas inmediatos. De ahí la diferencia entre un Evangelio y otro en cuanto al material que recogen y a la orientación que dan. De todas formas, coinciden en mostrar la identidad del Jesús de la historia y el Cristo de la fe, creído en las comunidades y confesado como Señor, Mesías, Hijon de Dios.
De los cuatro Evangelios, los tres primeos presentan entre sí tales semejanzas que pueden ponerse en columnas paralelas y abarcarse con una sola mirada, de ahí su nombre de “Sinópticos”.

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