miércoles, 9 de enero de 2013

Adrián (Adriano) de Canterbury, Santo


Abad, 9 de enero
 
Adrián (Adriano) de Canterbury, Santo
Adrián (Adriano) de Canterbury, Santo

Abad

Martirologio Romano: En la ciudad de Canterbury, en Inglaterra, san Adriano, abad, el cual, nacido en África, llegó a Inglaterra desde la ciudad de Nápoles, de la Campania, y muy preparado en ciencias eclesiásticas y civiles, educó egregiamente a gran número de discípulos (710).

Etimología: Adrián = Adriano = Aquel que viene del mar, es de origen latino.

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
San Adrián había nacido en África. Era abad de Nérida, cerca de Nápoles, cuando el Papa San Vitaliano, a la muerte de San Adeodato, arzobispo de Canterbury, le escogió por su ciencia y virtud para instruir a la nación inglesa, aún joven en la fe. El humilde siervo de Dios trató de declinar la elección, recomendando a San Teodoro para el cargo, pero se mostró dispuesto a compartir los trabajos de la misión. El Papa accedió a sus súplicas y le nombró asistente y consejero del nuevo obispo, en lo cual San Adriano convino gustosamente.

San Teodoro le nombró abad del monasterio de San Pedro y San Pablo de Canterbury, que más tarde había de llamarse San Agustín, donde nuestro santo enseñó el griego, el latín, la ciencia de los Padres y, sobre todo, la virtud. Bajo Adrián y Teodoro, la influencia de la escuela monástica de Canterbury se extendió enormemente. San Aldelmo acudió a ella desde Wessex, Oftforo desde Whitby, y otros estudiantes desde Irlanda. Era una escuela de Derecho Romano y de Ciencias eclesiásticas. Beda refiere que los discípulos de San Adrián conocían bastante bien el griego y hablaban el latín como el inglés. San Adrián ilustró el país con su doctrina y el ejemplo de su vida, durante treinta y nueve años. Murió el 9 de enero del ano 710.

Goscelino de Canterbury nos ha dejado una narración muy interesante del descubrimiento de los restos de San Adrián, que se hallaban incorruptos y despedían una suave fragancia. Las recientes excavaciones confirman este relato.

La tumba de San Adrián se hizo famosa por los milagros en ella obrados, según nos dice Goscelino, citado por Guillermo de Malmesbury.
9 de enero, día de San Adrián de Canterbury

Hoy, 9 de enero, conmemoramos a San ADRIÁN de CANTERBURY, Abad.

SAN ADRIÁN DE CANTERBURY (¿?-710) nació en el norte de África, probablemente.

Por la naturaleza de sus conocimientos, es factible que los orígenes familiares de San Adrián de Canterbury provengan de un medio ilustrado.

Se sabe que de joven ya era abad de Niridanum, la actual Nerida, cerca de Nápoles, Italia.

Cuando se supo que San Adeodato, el eminente arzobispo de Canterbury, había fallecido, en 664 el papa San Vitaliano le ofreció el cargo a San Adrián; sin embargo, nuestro abad declinó con humildad al no sentirse apto, y tras sesuda reflexión propuso a San Teodoro de Tarso, que era de origen griego.

Teodoro, que en efecto tuvo una labor muy destacada como arzobispo de Canterbury, aceptó siempre y cuando Adrián lo acompañara en calidad de consejero.

Al pasar por Francia, San Adrián fue detenido porque alguien lo acusó falsamente de ser espía. Por esta causa, sólo pudo llegar a Canterbury hasta el año 670.

San Teodoro lo recibió con alegría y lo nombró abad del monasterio de San Pedro y San Pablo de Canterbury, que posteriormente pasó a llamarse de San Agustín.

Bajo la dirección de San Adrián, la escuela monacal de Canterbury se convirtió en el centro del conocimiento en Inglaterra, y en el principal centro de formación de futuros obispos que habrían de ejercer su misión en Francia y Alemania.

El propio San Adrián enseñaba griego, latín, derecho romano, Sagradas Escrituras y Padres de la Iglesia. Los estudiantes provenían de toda Inglaterra, e incluso de la lejana Irlanda.

Durante casi 40 años, San Adrián ejerció cotidianamente como maestro, preparando a grupo tras grupo de misioneros para la difusión de la fe.

Casi cuatro siglos después, en 1091, durante la restauración de una parte del monasterio, fue descubierto el cadáver incorrupto de San Adrián de Canterbury, del cual emanaba un delicado aroma.

SAN ADRIÁN DE CANTERBURY nos enseña el valor de enseñar y formar a las nuevas generaciones.


San Adriano de Canterbury, abad
fecha: 9 de enero
†: 710 - país: Reino Unido (UK)
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos», Alban Butler
En Canterbury, en Inglaterra, san Adriano, abad, el cual, nacido en África, desde Nápoles viajó a Inglaterra, donde, muy preparado en ciencias eclesiásticas y civiles, educó egregiamente a gran número de discípulos.

San Adrián había nacido en Africa. Era abad de Nérida, cerca de Nápoles, cuando el papa san Vitaliano, a la muerte de san Adeodato, arzobispo de Canterbury, le escogió por su ciencia y virtud para instruir a la nación inglesa, aún joven en la fe. El humilde siervo de Dios trató de declinar la elección, recomendando a san Teodoro de Tarso para el cargo, pero se mostró dispuesto a compartir los trabajos de la misión. El Papa accedió a sus súplicas y le nombró asistente y consejero del nuevo obispo, en lo cual san Adriano convino gustosamente.

San Teodoro le nombró abad del monasterio de San Pedro y San Pablo de Canterbury, que más tarde había de llamarse San Agustín, donde nuestro santo enseñó el griego, el latín, la ciencia de los Padres y, sobre todo, la virtud. Bajo Adrián y Teodoro, la influencia de la escuela monástica de Canterbury se extendió enormemente. San Aldelmo acudió a ella desde Wessex, Oftforo desde Whitby, y otros estudiantes desde Irlanda. Era una escuela de Derecho Romano y de Ciencias eclesiásticas. Beda refiere que los discípulos de san Adrián conocían bastante bien el griego y hablaban el latín como el inglés. San Adrián ilustró el país con su doctrina y el ejemplo de su vida, durante treinta y nueve años. Murió el 9 de enero del año 710.

Goscelino de Canterbury nos ha dejado una narración muy interesante del descubrimiento en el 1091 de los restos de san Adrián, que se hallaban incorruptos y despedían una suave fragancia; las recientes excavaciones confirman ese relato.

Sobre el descubrimiento de los restos, ver Migne, PL., vol. CIV, cc. 36-38, y Archaeologia Cantiana (1917), vol. XXXII, p. 18. La tumba de San Adrián se hizo famosa por los milagros en ella obrados, según nos dice Goscelino, citado por Guillermo de Malmesbury y por Capgrave. El nombre de nuestro santo se encuentra en los calendarios ingleses. Ver Acta Sanctorum, 9 de enero, que reproduce algunos pasajes de Beda y de Capgrave; y Biblioteca Hagiográfica Latina, de los Bollandistas, n. 558.

 

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