19 de septiembre
(853 d.C.)
(853 d.C.)
Pomposa quiso imitar a Colomba,
decapitada por la fe el 17 de septiembre. Vivía en la comunidad de San
Salvador, al pie de la Pinna Mellaría, adonde
se había retirado para servir a Cristo junto con sus padres, sus hermanas y su
familia. San Fandilas era sacerdote de este monasterio. Pomposa nació en Córdoba
y había convencido a los suyos a renunciar a los bienes perecederos para
conquistar los eternos. Todos habían prometido a Dios su castidad. Sus padres
habían enajenado su patrimonio y habían hecho construir el monasterio de San
Salvador, en un lugar famoso por las abejas, de allí el nombre Pinna
Mellaría ("pico colmena"; cf.
en África del Norte el nombre árabe Oum en-Neh-al "la
madre de las abejas", es decir lugar en donde pululan las abejas). Pomposa,
la más joven de la comunidad, se distinguía por sus virtudes, su mortificación
y su celo por meditar la Sagrada Escritura. El abad Félix pudo contar a San
Eulogio, el historiador de los mártires de Córdoba, muchos rasgos edificantes
de esta joven santa; por desgracia, Eulogio no los escribió, por temor de
fatigar al lector. Cuando Pomposa supo la
noticia del martirio de Colomba, se llenó de gozo y se inflamó en el deseo
inmenso de imitarla. ¿Cómo hacerlo? Unos años antes había tratado de
"ir al martirio", según palabra de San Eulogio, pero los suyos la
tuvieron bajo llave y muy vigilada.
Pero, esa noche, después del
oficio nocturno, uno de sus hermanos, contra la costumbre, abrió la puerta del
monasterio, quitó la llave y dejó la puerta atorada solamente con una pequeña
cuña. Pomposa se dirigió silenciosamente a la puerta, la abrió y salió. En la
bóveda celeste brillaban las estrellas como lámparas. Tal vez nuestra santa,
nutrida en la Sagrada Escritura, se preguntaba en qué combate tantos guerreros
allá arriba hacían brillar sus luces como los soldados de Gedeón (Jud. 7:20)
o bien, pensaba que ese hormiguero de luces
era un escuadrón de vírgenes que hacían honor al esposo (Mat. 25). La virgen
llegó de mañana a Córdoba, después de una marcha penosa por los caminos
empedrados. Se presentó al juez, dio testimonio de su fe y escarneció al
profeta impúdico, Mahoma. Se le dio muerte
mediante un golpe de espada, ante las puertas del palacio. La decapitaron el 13
de las kalendas de octubre, el año 891 de la Egira (19 de septiembre de 853).
Su cuerpo fue arrojado al río, pero fue recuperado y enterrado. Al término de
veinte días, los monjes lo transportaron al santuario de Santa Eulalia, en
donde lo depositaron a los pies de Santa Colomba.
Pomposa no conoció los honores del martirologio antes de la
primera edición del romano.
S. Eulogio, Memoriale sanctorum, L, III, c. XI; Patrologia
Latina, vol. CXV, col. 812-813, 897. H. Leclercq, Les martyrs, vol.
V, pp. 44-46. Acta Sanctorum, 19 de septiembre, vol. VI, pp. 92-95.
Flores, España Sagrada,
vol. X, pp. 4005-407.
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