martes, 11 de septiembre de 2012

Ricarda o Riquilda, Santa


Emperatriz, Septiembre 18
 
Ricarda o Riquilda, Santa
Ricarda o Riquilda, Santa

Emperatriz

Martirologio Romano: En Andlau, de la Baja Lotaringia (Alsacia), santa Ricarda, quien, siendo reina, despreció el poder terreno por servir a Dios en el monasterio fundado por ella misma (c. 895).

Etimología: Ricarda = fuerte en la riqueza. Viene de la lengua alemana.


Nació y murió en Alsacia, Francia, en el año 900. Era hija de Echanger, conde de esta ciudad.

Se casó con el conde Carlos el Grueso en el año 862. Era biznieto de Carlomagno, y en aquel tiempo, rey de los Francos de Ranania.

Carlos En el 881, con el apoyo del Papa Juan VIII, llegó a emperador de Occidente y, al mismo tiempo de Alemania, Francia, dueño de una parte de Italia y protector de Papado.

Pese a ello, abandonó al Papa cuando éste le llamó para que le ayudara. Al no acudir, el Papa fue masacrado a martillazos en el palacio de san Juan de Letrán.

Tras veinte años de matrimonio, Ricarda fue acusada de adulterio y repudiada, ella rechazó la acusación y fue sometida a la prueba del fuego para demostrar su inocencia, Dios demostró con un patente milagro su inocencia.

Y así acabó el inmenso imperio carlovingio. Sus siete hijos se repartieron cuanto quedaba.

Su padre murió al año siguiente . Y Ricarda no estaba a su lado en esos momentos cruciales para la vida de una persona.

Como no había seguido la vida Cristo en su estricto cumplimiento, nunca se sintió feliz a pesar de sus riquezas.

Se fue a la abadía de Alsacia, Andlau, para pasar allí sus últimos años.

En 1049, el Papa León IX vino a venerar sus restos y los colocó en el altar.


SANTA RICARDA,
Emperatriz
(895 d. C.)
   Santa Ricarda hija de Erchanger, conde de Alsacia, se había casado con el biznieto de Carlomagno, Carlos el Gordo, quien era entonces rey de los francos de Renania y luego se convirtió en emperador de Occidente, rey de Alemania y Francia y protector titular del papado. El nuevo emperador era instruido y devoto pero eso no fue obstáculo para que permitiera a los bárbaros saquear Francia y para que abandonara a Juan VIII que le pedía auxilio desde el palacio de Letrán, donde fue finalmente asesinado. Acabó con el imperio carolingio y murió poco después. Algunos años antes, Ricarda había sido repudiada por su marido, quien la hizo condenar por adulterio. La reina se defendió, y, sometida a la prueba del fuego, Dios demostró con un patente milagro su inocencia. La Reina perdonó a su marido, abdicó su corona y se retiró a la abadía de Andlau, en el bajo Rin, que había fundado poco antes, donde murió santamente en 894. En 1049, el Papa León IX fue a venerar sus reliquias y la elevó a los altares.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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