13 de septiembre
Salta, República Argentina
Salta, República Argentina
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La procedencia de la imagen no está
determinada, pero su análisis muestra que la cabeza y las manos son de
distinto origen al cuerpo tallado, al que fueron añadidas.
Inicialmente la Virgen del Milagro fue
una Inmaculada de bulto completo con manto, todo tallado en madera. Esta
imagen fue labrada nuevamente para hacerla articulada y poder vestirla
con indumentarias de tela. Al respecto, Monseñor Toscano escribió:
“La novedad que todo lo invade, comenzó por ponerle vestidos de tela,
costumbre que se ha perpetuado hasta hoy, desperfeccionándosele, con
este motivo, algo de la cabeza para acomodarle pelo postizo, y los
brazos para hacerlos susceptibles de ser cubiertos de ropa”.
El ajuste a la nueva moda fue realizado
por Tomás Cabrera, como consta en la tarjeta orlada sobre el pecho que
dice: “Tomás Cabrera, la encarnó. Año 1795”. (Encarnar significa
darle color carne a las esculturas, y nada tiene que ver con el tallado
del cuerpo completo). La túnica tallada está ornamentada con finas líneas
de oro sobre pintura que simulan brocato y una ancha faja de pan de oro
en su borde inferior.
En
el año 1692 la imagen de Inmaculada Concepción de María, que luego se llamaría
Virgen del Milagro, se encontraba a tres metros de altura en un nicho del
retablo del Altar Mayor. Cuenta la historia que aquel 13 de septiembre, después
de los fuertes y reiterados temblores que destruyeron la ciudad de Esteco y
fueron percibidos con singular intensidad en la ciudad de Salta,, se encontró
la imagen de la Inmaculada en el suelo sin que sufrieran daño su rostro y manos
y según la tradición perdió los colores del rostro que quedó pardo y
macilento. La imagen fue llevada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano
donde se oró toda la noche.
Al día siguiente, 14
de septiembre, se colocó la imagen, que todos querían venerar, en el exterior
de la Iglesia Matriz donde continuaron los cambios de colores del rostro y fue
entonces cuando muchos fieles comenzaron a llamarla “del Milagro”.
Una nueva
historia empezaba para esta sencilla imagen y para los salteños, que jamás
abandonarían su culto y su devoción Según la tradición oral y el exhorto de
Chávez y Abreu, el padre jesuita José Carrión recibe la revelación de que el
Santo Cristo Crucificado de la Iglesia Matriz, que tenían sin devoción y sin
sacarlo en procesión, habría perdonado a Salta a pedido y súplica de la Madre
de Dios del Milagro.
Los padres jesuitas recordaron al Santo Cristo y lo liberaron de su encierro; lo
colocaron frente a la iglesia que la Compañía de Jesús tenía en el centro de
la ciudad. La imagen fue sacada en procesión por los fieles salteños con el
ruego de que cesaran los temblores, lo que finalmente ocurrió.
En la ciudad de Salta, todos los años, del 6 al 15 de septiembre, se
llevan a cabo las celebraciones del Milagro. Es la mayor
manifestación de fe de la provincia en honor a las sagradas imágenes
de Señor y la Virgen del Milagro, patronos de Salta. El día 15 culmina
con una multitudinaria procesión de la que participa el pueblo de Salta
y peregrinos de todo el país.
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