|
Estanislao de Jesús y María (Juan Papczynski), Beato |
Sacerdote y Fundador de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción
de la Bienaventurada Virgen María
Martirologio Romano: En Gora Kalwaria, Polonia,
beato Estanislao de Jesús y María Papczynski, presbítero y fundador
de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la
Bienaventurada Virgen María
Etimológicamente: Estanislao = Aquel que es gloria
y honor de su pueblo, es de origen polaco y
eslavo.
Estanislao de Jesús y María
(nombre de pila Juan) Papczynski, sacerdote y fundador de los
Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen
María, primera congregación masculina polaca, fue beatificado el domingo 16
de septiembre en Polonia, en el santuario mariano de Lichen,
por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, s.d.b.
El
crecimiento en las virtudes y en la educación
"Son dos
los adornos que dan mucho brillo a las santas instituciones
religiosas: la virtud y la educación", así escribía el
padre Papczynski en el ocaso de su vida (1690), en
una de sus cartas, mencionando asimismo los atributos que caracterizaron
también su propia vida. Nació en Podegrodzie, en el seno
de una familia numerosa, cerca de Stary Sacz, el 18
de mayo de 1631.
Corrían los tiempos en que Polonia,
uno de los mayores Estados de Europa, con un territorio
de casi un millón de kilómetros cuadrados, gozaba con orgullo
de su poderío y esplendor. En aquellos días no se
prestaba gran atención a los acontecimientos que hoy consideramos signos
que auguraban las tragedias nacionales, cuyas tristes consecuencias, en corto
tiempo, también el padre Papczynski tendría que sufrir.
Su padre,
Tomás, que era un sencillo y apreciado herrero, durante algunos
años fue alcalde y encargado de la iglesia en Podegrodzie.
Su madre era una mujer piadosa y diligente. Eran relativamente
pudientes por la posición social que tenían, y no ahorraron
esfuerzos ni medios para la sólida educación y formación de
su hijo, quien, no sin considerables dificultades, estudió en colegios
de escolapios y jesuitas. Tuvo que interrumpir en varias ocasiones
sus estudios, al principio a causa de dificultades en el
aprendizaje, y más tarde como resultado de las guerras y
epidemias que se difundían por el país. Así, en 1648,
como consecuencia de la epidemia que se extendía en Lvov,
enfermó gravemente; con la ayuda de personas desconocidas, se salvó
de forma verdaderamente milagrosa.
En 1650 interrumpió sus estudios en
Podoliniec (hoy Eslovaquia) porque la epidemia que se aproximaba del
lado de Hungría obligó a las autoridades a cerrar el
colegio escolapio. Más tarde, en 1651, tuvo que escapar de
Lvov, junto con otros estudiantes del colegio jesuita, porque después
de la derrota de los ejércitos reales se aproximaba a
la ciudad el ejército cosaco.
De igual manera, tuvo que
interrumpir sus estudios teológicos cuando, en mayo de 1656, a
causa de la guerra con Suecia, estalló un combate por
la ocupación de la ciudad. Durante estos intervalos en sus
estudios realizaba trabajos físicos en el campo. Más adelante, en
Secreta conscientiae, confesaría: "Le doy gracias a Dios porque,
por voluntad suya, fui entonces obligado por mis padres a
apacentar rebaños, porque (me atrevo a declararlo con conciencia tranquila),
al pasar el tiempo en los pastizales, en medio de
los rebaños, conservé una conciencia pura y santa. ¡Señor mío!
Lo que te suplico humildemente es que este género de
providencia de tu majestad —el cual espero para el futuro
y en el cual creo— me conduzca hasta el final
de mi vida, para que tú seas glorificado en todos
mis actos, pensamientos y palabras".
Las dificultades en la consecución
de su propia educación y su solicitud personal por ser
fiel a Dios, le exigieron magnanimidad y firmeza de espíritu.
Su valoración del estudio y la educación fue el fruto
de aquellas virtudes; el padre Estanislao llegó a ser un
buen maestro y educador de la juventud.
Primera vocación
Después
de terminar la retórica y el curso de dos años
de filosofía en el colegio jesuita en Rawa Mazowiecka, a
la edad de 23 años, ingresó en la Orden de
las Escuelas Pías (escolapios), oponiéndose a los insistentes esfuerzos de
su madre y de su familia por casarlo. Los escolapios
habían iniciado su actividad en Polonia en 1642 y gozaban
ya de un considerable reconocimiento. Juan los conocía, con anterioridad
a su ingreso, porque en los años 1649-1650 había estudiado
en sus colegios de Podoliniec. La decisión había sido discernida
con detenimiento y brotaba de la fe. No se excluye
que esta decisión haya sido fortalecida, además, por la necesidad
de oponerse a sus parientes, que veían su futuro de
modo diferente.
Después de muchos años confesaba: "Es muy
difícil expresar lo mucho que aprecié mi vocación, la cual
era promovida sólo por Dios mismo". Esperó algunos años para
poder ingresar, ya que en 1646 los escolapios fueron reconocidos
como congregación, pero sin derecho a la profesión de votos,
y este estado se prolongó hasta el año 1656. Como
Orden de carácter mariano, le parecía muy adecuada para él
por su amor a María, en el que se había
formado desde la infancia. Además, su dedicación a la formación
de la juventud descuidada y pobre de origen campesino, y
la idea de "suprema pobreza" contenida en aquella espiritualidad, hicieron
que Juan se identificara con esta comunidad y se adhiriese
a ella de corazón. Llamaba a su Orden: "La
más santa congregación", "más valiosa que la vida", "la más
amada".
En el noviciado recibió el nombre religioso de Estanislao
de Jesús y María. En el primer año del noviciado
hizo tales progresos en la vida religiosa, que al inicio
del segundo año fue enviado a realizar estudios teológicos en
Varsovia. Allí, el 22 de julio de 1656, profesó los
tres votos simples de castidad, pobreza y obediencia e hizo
el juramento de permanecer en la Orden hasta el final
de su vida. Al recibir las órdenes menores y el
subdiaconado algunos días después, tuvo que abandonar el claustro junto
con otros escolapios, porque cerca de los muros de Varsovia
se desencadenó una batalla contra los ejércitos suecos. Los religiosos
huyeron a Rzeszów y después se refugiaron en Podoliniec, donde,
a comienzos de 1658, le fue encomendada al hermano Estanislao
la enseñanza de retórica en el colegio local. El 12
de marzo de 1661 recibió la ordenación sacerdotal de manos
del obispo de Przemysl, Estanislao Sarnowski. Después de tres años
de trabajo como profesor de retórica en Rzeszów, fue trasladado
a Varsovia.
En búsqueda de la perfección evangélica
Con todo
el celo y la pasión propios de su carácter, el
padre Estanislao se involucra en el trabajo pastoral. Había comenzado
a enseñar retórica ya desde antes de su ordenación. Con
el tiempo, para las necesidades de sus estudiantes, elaboró y
entregó a la imprenta el Prodromus reginae artium, un manual
de retórica que después sería varias veces renovado. Consideraba la
enseñanza, que lo ponía en contacto con la juventud, como
el medio perfecto para formar una nueva generación de ciudadanos
de Polonia.
Procuraba transmitir no sólo la manera de "pronunciar
bellas palabras", sino también consejos "para una buena y noble
vida", para que los alumnos "con el paso de los
años, mediante la adquisición de sabiduría y todo género de
virtudes, se convirtieran en la verdadera gloria de su familia,
en la verdadera gloria de Polonia". Tenía consciencia de la
trágica situación de su país: guerras incesantes y agotadoras
que abarcaban todo el territorio, el ahondamiento de la miseria
social, el vaciamiento del tesoro real, el descuido en el
área de la fe y la moral, los irreprimibles privilegios
de la nobleza, las luchas de partidos, la parálisis del
parlamento. Por lo tanto, incluyó en su enseñanza elementos de
crítica a la desigualdad y a las degeneraciones sociales, y
publicó sus opiniones en dos manuales impresos.
El padre Papczynski,
ya desde 1663, se había hecho famoso en Varsovia no
sólo como profesor de retórica, sino también como maestro de
vida espiritual, predicador y confesor. Imprimió algunos de sus sermones,
entre otros, Orator crucifixus (1670), que contiene consideraciones sobre las
últimas siete palabras de Cristo. Fue también un incansable propagador
del culto a la Inmaculada Concepción de María, dirigiendo, entre
otras obras, la cofradía establecida en su honor en la
iglesia de los escolapios en Varsovia.
En la Orden, se
le encomendó la tarea de prefecto del colegio, el encargo
de recolectar las cartas de solicitud en el proceso de
beatificación del padre José de Calasanz, y fue también elegido
como delegado para el capítulo provincial. Sin embargo, al mismo
tiempo, las controversias aumentaban. El padre Estanislao, inspirado por el
espíritu del fundador, defendió celosamente la observancia primitiva de la
Orden de las Escuelas Pías y el derecho de elección
de los superiores provinciales en las provincias.
Sin embargo, comenzaron
a aparecer contra él, por parte de otros hermanos, acusaciones
de instigación y rebeldía. A este período de su vida
lo denominó "martirio de larga duración". Buscó fuerza y apoyo
en la cruz de Cristo. De estas experiencias nació el
libro Christus patiens, que contiene consideraciones acerca de la pasión
del Señor basadas en fragmentos del Evangelio.
Finalmente, movido por
un verdadero amor, y deseando el restablecimiento de la paz
en la provincia dividida a causa de las controversias, solicitó
en 1669 el permiso de abandonar la Orden de las
Escuelas Pías y lo obtuvo mediante un breve apostólico del
día 11 de diciembre de 1670.
Fundador de los Clérigos
Marianos
Mientras aguardaba que llegara la autorización para su partida,
en la residencia escolapia de Kazimierz, cerca de Cracovia, el
padre Estanislao, de manera inesperada, y ante todos los allí
congregados, leyó su Oblatio, un acto —previamente preparado— de consagración
total a Dios uno y trino y a la Madre
de Dios María Inmaculada, y anunció su propósito de fundar
la "Asociación de sacerdotes marianos de la Inmaculada Concepción".
Al
mismo tiempo, confesó su fe en la Inmaculada Concepción y
profesó el llamado "voto de sangre", es decir, la disposición
de defender esta verdad incluso hasta dar la vida por
ella. En los planes de la Providencia divina, la Orden
de los Escolapios fue para el padre Estanislao una escuela
de vida religiosa, un lugar de preparación para entrar en
una nueva vocación. Más tarde confesó que aquel acto de
consagración lo hizo por inspiración divina, y que la "visión"
de la nueva congregación fue formada en su mente por
el Espíritu Santo. Inmediatamente después de abandonar la Orden de
los Escolapios, comenzó a buscar formas de realización de esos
propósitos y, por esa razón, no aceptó las invitaciones de
otras congregaciones que le ofrecieron el ingreso en sus comunidades.
También rechazó varios beneficios que le fueron ofrecidos por algunos
obispos.
Con el apoyo del obispo de Poznan, Esteban Wierzbowski,
se instaló en un terreno de su diócesis, y en
1671 vistió allí un hábito blanco para honrar a la
Inmaculada Concepción. Entre tanto, preparó para la futura congregación una
nueva regla y la llamó Norma vitae. Para dar inicio
a su instituto se encaminó a una pequeña comunidad de
ermitaños en Puszcza Korabiewska (hoy Puszcza Marianska) y les expuso
su visión de la vida religiosa. Los "Ermitaños Marianos" obtuvieron
la aprobación eclesial el 24 de octubre de 1673 mediante
el decreto del obispo Estanislao Swiecicki. En 1677, el obispo
Esteban Wierzbowski donó a los marianos la iglesia de la
Última Cena en Nowa Jerozolima (hoy Gora Kalwaria), junto a
la cual surgió la nueva casa religiosa. El 21 de
abril de 1679, ese mismo obispo erigió canónicamente la congregación
de los Marianos en el territorio de su diócesis. El
padre Estanislao no cesó en sus esfuerzos por conferirle una
forma de vida que no fuera ermitaña —con la que
había surgido la primera casa religiosa—, sino apostólica, según el
modelo escolapio que conocía y apreciaba en gran manera.
El
carisma y desarrollo de la Congregación
Antes que Estanislao Papczynski
fundara la Orden de los Marianos, cuyo primer objetivo era
la difusión del culto a la Inmaculada Concepción de la
santísima Virgen María, la espiritualidad mariana había impregnado ya completamente
medio siglo XVII. Esta espiritualidad estaba vinculada a variadas y
bastante originales formas de piedad, entre las cuales la más
significativa era la esclavitud mariana. Elaborada teológicamente y siendo bastante
popular entre la sociedad, con seguridad tuvo influencia en los
votos del rey Jan Kazimierz y la consagración de Polonia
como esclava de María.
Aunque la espiritualidad de la congregación
de los Marianos refleja, de algún modo, la espiritualidad y
la mentalidad de la Iglesia en Polonia, al mismo tiempo
se puede advertir que su fundador no quería ser un
simple continuador de esa devoción mariana. Concentró su atención, sobre
todo, en el misterio de la Inmaculada Concepción, hallando en
él, de alguna manera, el corazón del cristianismo: el
don gratuito del infinito amor de Dios por los hombres,
obtenido por Cristo, es acogido por María como la primera
entre los creyentes, en total amor y docilidad a Dios,
durante toda su vida.
También, por esa razón puso en
este misterio una gran esperanza de alcanzar los bienes celestiales,
orando con frecuencia: "Que la Inmaculada Concepción de la
Virgen María sea nuestra salvación y protección". Vio en la
imitación evangélica de la vida de María la forma fundamental
del culto a la Inmaculada Concepción.
Su sensibilidad a la
actuación del Espíritu Santo y a los signos de los
tiempos, en especial a las vicisitudes de los más pobres,
hicieron que en 1676 añadiera al objetivo original de la
Congregación la oración por los difuntos, sobre todo por los
soldados caídos y por las víctimas de las epidemias. Los
primeros biógrafos del padre Estanislao citan que él mismo frecuentaba
los campos de batalla, curaba las heridas de los soldados,
enterraba a los muertos y oraba por ellos. Son aquí
significativas las reminiscencias de su servicio durante la batalla contra
los turcos en territorio ucraniano, en los años 1675-1676.
El
padre Estanislao tuvo muchas experiencias místicas vinculadas con el purgatorio,
durante las cuales hubo de experimentar los sufrimientos de los
difuntos sometidos a la purificación. Además de orar más por
ellos en forma personal y de asumir diferentes actos de
penitencia por esa intención, exhortó a sus hermanos a hacer
lo mismo.
El fundador de los Marianos también deseaba ayudar
a los párrocos en su trabajo pastoral y se dedicó
con celo a esta actividad apostólica. La crisis de Polonia,
sentida por todos en aquel tiempo, afectó también a la
Iglesia y se manifestó no sólo en la falta de
formación religiosa —en especial entre las capas sociales más bajas—
sino también, en la carencia de sacerdotes. En su celo
por la santificación del pueblo, el padre Estanislao escribió y
editó en 1675, en Cracovia, el libro titulado Templum Dei
mysticum. En él expone a los fieles laicos la manera
de aspirar a la santidad, apoyándose en las palabras de
san Pablo referentes a que el cristiano es "templo de
Dios" (1 Co 3, 16). El padre Estanislao también se
dedicó con celo a las obras de misericordia, tanto espirituales
como materiales.
Con el objeto de obtener la aprobación pontificia,
en 1690 se dirigió a Roma, pero desafortunadamente se
encontró con la muerte del Papa Alejandro VII. Mientras esperaba
la elección del nuevo Papa, cayó enfermo y tuvo que
regresar a su país. Solamente alcanzó a obtener el consentimiento
de los franciscanos observantes para poner bajo su cuidado la
congregación de los Marianos. Esta anexión a los franciscanos había
sido solicitada por él en 1691 a fin de asegurar
un desarrollo estable para la nueva comunidad. Después de regresar
a Polonia, convencido de la proximidad de su muerte, escribió
su testamento. No obstante, recobró la salud y continuó dirigiendo
el desarrollo de la comunidad.
En la primavera de 1698,
como no se sentía con suficientes fuerzas para hacerlo él
mismo, envió a Roma al procurador general Kozlowski con la
tarea de obtener la aprobación pontificia, y en el otoño
de ese mismo año emprendió la fundación en Gozlin, Mazovia.
Kozlowski obtuvo la aprobación pontificia para los Marianos en el
año de 1699, después de recibir la Regula decem beneplacitorum.
El 24 de noviembre de 1699, Inocencio XII aprobó canónicamente
a los Marianos, la última Orden de clero regular en
la historia de la Iglesia. El Papa encomendó al nuncio
de Varsovia que recibiera la profesión de votos solemnes de
los religiosos Marianos.
Estanislao Papczynski fue superior general hasta el
final de su vida. Murió el 17 de septiembre de
1701 en la casa religiosa de Gora Kalwaria, pronunciando las
palabras: "En tus manos Señor, encomiendo mi espíritu", bendiciendo
antes a quienes lo acompañaban, animándolos a conservar la Regla
y las Constituciones, y expresando su ardiente deseo de unirse
a Cristo.
La Orden fundada por él fue desarrollándose, aunque
no sin considerables dificultades. Al poco tiempo de la muerte
de su fundador, atravesó una crisis que por poco no
acabó con su existencia. Después de superar las dificultades, la
comunidad salió fortalecida y comenzó el dinámico desarrollo de los
Marianos en Polonia, en Portugal y en Roma. El siglo
XIX trajo un tiempo de encarnizadas persecuciones por parte de
las autoridades seculares y la clausura de las casas religiosas
en todos los países en los que se encontraba la
Orden de los Marianos.
A comienzos del siglo XX, quedaba
un solo sacerdote Mariano, en Mariámpole, Lituania. No obstante, Dios
salvó su obra sirviéndose del beato Jorge Matulaitis Matulewicz quien,
con el consentimiento de la Santa Sede y en cooperación
con el superior general, ingresó en secreto en la Orden
y, a escondidas de las autoridades seculares, llevó a cabo
una reforma. El rápido desarrollo que siguió a la reforma
hizo que los Marianos emprendieran sucesivas obras en nuevos países.
Al presente, la Congregación cuenta con más de 500 miembros
en 18 países, en todos los continentes.
Historia del proceso
de beatificación
Estanislao Papczynski murió en olor de santidad. Esta
fama de santidad era conocida ya durante su vida terrena.
Sin embargo, como resultado de las dificultades que atravesó la
Orden de los Marianos después de su muerte, no se
emprendieron entonces las gestiones para su beatificación. La actividad intensa
en esa dirección fue iniciada por el siervo de Dios
Kazimierz Wyszynski, sacerdote Mariano, a mediados del siglo XVIII. El
proceso informativo, iniciado en la diócesis de Poznan, duró desde
1767 a 1769.
A principios del siglo XX, inmediatamente después
del renacimiento de la Congregación, durante el capítulo general presidido
por el beato Jorge Matulaitis Matulewicz en 1923, se tomó
la decisión de reanudar las gestiones del proceso de beatificación.
Sin embargo, el proceso sólo se inició formalmente en 1953.
La Congregación para las causas de los santos emitió en
1992 el decreto sobre la heroicidad de las virtudes del
padre Estanislao, y el 16 de diciembre del 2006, emitió
el decreto que reconocía el milagro realizado por su intercesión.
Mensaje para el siglo XXI
Podría parecer que las circunstancias
de la vida de Estanislao Papczynski, quien vivió hace más
de 300 años, no tienen mucho que decirle al hombre
contemporáneo. Sin embargo, la divina Providencia, en la que él
confió toda su vida sin límites y con perseverancia, quiere
que los ojos del hombre de hoy se vuelvan hacia
la persona de un religioso que persiguió un fin:
que el hombre, redimido por la sangre de Cristo, acoja
plenamente la verdad del Evangelio y la gracia de Dios,
y que responda a ella con la totalidad de su
vida. Con estos objetivos fundó la Congregación; esta es la
verdad que procuró llevar a los hombres. Encontró la inspiración
para sus convicciones en el misterio de la Inmaculada Concepción,
en el que descubrió la inmensidad del amor de Dios
por cada hombre, desde el inicio de su existencia y
sin mérito alguno de su parte.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario