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Serena, santa |
Emperatriz
Martirologio Romano: Santa Serena de Roma, emperatriz, mujer del emperador
Diocleciano. Convertida y bautizada por San Ciriaco, practicó la religión
católica en el palacio del emperador y salvó las vidas
de muchos cristianos, interponiendo su valimiento ante aquel monstruo de
crueldad.
Santa Serena fue emperatriz
romana de finales del siglo III. Fue esposa nada menos
que de Diocleciano. La cruelísima persecución que desencadenó este emperador
contra los cristianos en los últimos años de su reinado,
después de un largo período de paz, movió a piedad
el corazón de Serena, que intercedió repetidamente ante su esposo
para que pusiera fin a tantos y tan crueles martirios.
Pero no amainó la tormenta, sino que fue in crescendo.
Y llegó a ser tal la admiración que despertó en
Serena el valor de los cristianos, que acabó sintiéndose atraída
por aquella fe tan recia y se convirtió al cristianismo,
siendo bautizada por san Ciríaco. A pesar de la severidad
con que se perseguía a los cristianos, Serena pudo practicar
su fe en la corte sin ser molestada por nadie.
La corte imperial era inaccesible a los jueces, y el
emperador amaba demasiado a su esposa como para incomodarse por
su fe después de haberla tolerado tantos años. Pudo por
tanto Serena acabar sus días en paz, reconfortando a los
cristianos perseguidos. La Iglesia la elevó al honor de los
altares y conmemora su fiesta el 16 de agosto, el
día siguiente de la Asunción
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