jueves, 15 de diciembre de 2011

ENTRE EL “RUIDO” Y LA “PRISA”






Aprendamos a vivir plácidamente entre el ruido y la prisa.



Recuerda que la paz puede estar en el silencio. Sin renunciar a ti mismo, esfuérzate por ser amigo de todos. Di la verdad, tranquila y claramente.



Escucha a los otros, aunque sean torpes e ignorantes: cada uno de ellos tiene también una vida que contar.Evita a los ruidosos y agresivos, porque ellos denigran el espíritu.



Si te comparas con los otros, puedes convertirte en un hombre vano y amargado: siempre habrá cerca de tí alguien mejor o peor que tú. Alégrate de tus realizaciones como de tus proyectos.



Ama tu trabajo, aunque sea humilde; es el tesoro de tu vida.

Sé prudente en tus negocios, porque en el mundo abundan las gentes sin escrúplos. Pero que esta convicción no te impida reconocer la virtud; hay muchas personas que luchan por hermosos ideales; y la vida está llena de heroísmo.



Sé tu mismo. Sobre todo no pretendas disimular tus inclinacines.

No seas cínico en el amor, porque cuando aparece la aridez y el desencanto en el rostro, se convierte en algo tan perenne como la hierba.



Acepta con serenidad el consejo de los años y renuncia sin reservas a los dones de la juventud.

Fortalece tu espíritu, para que no te destruyan inesperadas desgracias. Pero no te crees falsos infortunios.



Muchas veces, el miedo es producto de la fatiga y la soledad. Sin olvidarte de una justa disciplina, se benigno contigo mismo.

No hay comentarios: