viernes, 7 de octubre de 2011

SAN JOSÉ: EL VARÓN JUSTO


Centrar la atención en la personalidad de José, su actitud ante el misterio de Dios y ante la misión que le es encomendada. José se muestra como lo que es: un hombre "justo", un hombre "bueno".

José se ve en la presencia de lo divino. Aquella concepción era de Dios, y, ante el Misterio de Dios presente en María, José reacciona como reaccionan ante la presencia de lo divino todos los "justos" en la Biblia: como Moisés, que se esconde ante la Gloria de Dios presente; como Isaías, atemorizado por la aparición; como Isabel, que pregunta por qué viene a ella la Madre de su Señor; como el centurión del evangelio, que dice que no, que él no es digno; como Pedro que, cuando ve en Jesús el poder divino, le dice: apártate de mí, Señor, que soy un pecador.

El "justo" se sitúa así ante Dios: se siente pecador, indigno, y se retira. Porque José es justo y bueno, se siente obligado a retirarse; no tiene derecho a retener a María como suya porque Dios ha tomado posesión de ella; no puede figurar como padre de la criatura que es sólo de Dios. Donde entra Dios personalmente haciendo de María objeto de su presencia y de su bendición, José no tiene nada que hacer y toma la actitud del que es "justo" y se siente indigno.

Y porque es "justo" y bueno comprende que no puede romper con María por el procedimiento legal, pues, o tendría que revelar el misterio, o expondría a María a unas sospechas injustas; cualquiera de estas dos cosas era injusta. Por eso, como esto ocurría "antes de vivir juntos", decidió dejarla en secreto".

Como se ve, la versión de la duda de José -tan popular- que nos lo presenta lleno de esas angustias psicológicas que rayan la sospecha, no tiene nada que hacer en el texto del evangelio. El evangelista no va a interesarnos en unas zozobras psicológicas, sino ha de revelarnos cómo se han cumplido los designios de Dios y qué actitud religiosa han tomado los hombres ante estos designios.

Todo esto está apoyado en una exégesis segura, que se abre camino y se va a imponer acabando con esa otra versión popular. Un estudio a fondo del original de las palabras del ángel a José, descubre en el uso de las partículas "gar...de" uno de los casos en que "gar" anuncia la causa de lo que se afirma, pero esta causa se expresa después de afirmar otra cosa ya conocida por el interlocutor. Así, el sentido de las palabras del ángel a José es este: "`ciertamente', la criatura que hay en ella viene del Esp. Santo, pero tú no te retires, no tengas reparo en llevarte a María por esposa, `porque' tienes la misión de darle nombre". (Por otro lado, San Bernardo en sus homilías resumía ya la opinión de los Padres en esta línea que hemos expuesto y que nos parece la justa). Y aquí, de nuevo, se muestra José un hombre "justo" porque sabe situarse ante Dios en actitud de obediencia y de fidelidad. Acepta y cumple la misión encomendada. Así, José se manifiesta justo y bueno porque sabe percibir la presencia de Dios y se sitúa ante Él como un pecador, y busca la manera de actuar y retirarse sin hacer daño a nadie. Y, en cuanto conoce la voluntad de Dios sobre él, la cumple. Vive de cara a Dios, dentro de sus planes y, cumpliendo su voluntad divina, es instrumento y objeto del amor de Dios.

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